En realidad, no lo tenía previsto, pero en mi último fin de semana en Seoul decidí pasarme por Yoido. Allí, se encuentra la iglesia más grande del mundo, la Yoido Full Gospel Church, con casi 800 mil miembros. Es una iglesia pentecostal afiliada a las Asambleas de Dios. De hecho, ni tan sólo tenía intención de quedarme a un culto, sólo entré porque quería hacer algunas fotos desde el interior. Como no conseguí entenderme con el personal de atención, vagué un poco por el interior y acabé en una sala llena de gente sentada en bancos viendo la retransmisión de un culto por pantallas enormes. Y allí me senté. Al cabo de poco, alguien del personal de la iglesia llamó mi atención, señaló su cabeza y empezó a andar hacia mí. Para ser honestos, diré que lo primero que pensé es que me estaban echando porque llevaba el pelo largo. Pero no, resultó que me acompañó hasta el ministerio de atención a los extranjeros.Allí me explicaron _¡por fin alguien hablaba inglés!_ un poco cómo funcionaba la iglesia y que tenían un servicio de traducción del culto a diversas lenguas, entre las cuales se encuentran el castellano, el francés y el inglés. Me dieron unos auriculares y me senté a gozar del culto.
En realidad, no lo tenía previsto, pero en mi último fin de semana en Seoul decidí pasarme por Yoido. Allí, se encuentra la iglesia más grande del mundo, la Yoido Full Gospel Church, con casi 800 mil miembros. Es una iglesia pentecostal afiliada a las Asambleas de Dios. De hecho, ni tan sólo tenía intención de quedarme a un culto, sólo entré porque quería hacer algunas fotos desde el interior. Como no conseguí entenderme con el personal de atención, vagué un poco por el interior y acabé en una sala llena de gente sentada en bancos viendo la retransmisión de un culto por pantallas enormes. Y allí me senté. Al cabo de poco, alguien del personal de la iglesia llamó mi atención, señaló su cabeza y empezó a andar hacia mí. Para ser honestos, diré que lo primero que pensé es que me estaban echando porque llevaba el pelo largo. Pero no, resultó que me acompañó hasta el ministerio de atención a los extranjeros.Allí me explicaron _¡por fin alguien hablaba inglés!_ un poco cómo funcionaba la iglesia y que tenían un servicio de traducción del culto a diversas lenguas, entre las cuales se encuentran el castellano, el francés y el inglés. Me dieron unos auriculares y me senté a gozar del culto.