Uno de los efectos más perversos de la despoblación es la pérdida de biodiversidad faunistica y vegetal, lo que lleva a la desforestación, como resultado del abandono de los campos. La maleza (jaras, aliagas, retamas, zarzas, …) se apodera de besanas no cultivadas y pronto las convierte en monte bajo.
Un nogal seco, dos higueras (entre olivos, también abandonados) y dos manzanos que ya no dan frutos sirven de ejemplo. Y me duele decir que sus higos y manzanas eran las más sabrosas de Puebla de Valles.
Lar-ami, gerente de CR La Vereda de Puebla, entre cárcavas y olivos milenarios. Todo sobre Actualidad, Costumbres, Fiestas, Mundo Rural y Paisajes y Lugares de la Sierra Norte de Guadalajara.