Crónica de un femicidio en territorio alemán

Publicado el 17 octubre 2019 por María Bertoni
La película de Hormann desembarcó hoy en la cartelera porteña. Antes circuló por el Festival de Cine de Tribeca y el 19° Festival de Cine Alemán en Buenos Aires.

«Basada en un hecho real» adelanta el afiche y confirman los primeros minutos de Sólo una mujer. En efecto la película de Sherry Hormann recrea los entretelones de un crimen de honor que conmovió a la opinión pública europea en 2005. La realizadora nacida en Nueva York y criada en suelo teutón propone una ficción conmovedora y bien documentada sobre el caso de Hatun Aynur Sürücü, joven alemana de ascendencia turca, repudiada por su familia y asesinada por su hermano menor.

Hormann trabajó con el guionista Florian Öller, que a su vez se inspiró en este libro que Matthias Deiß y Jo Goll publicaron en 2011. El soporte periodístico se manifiesta en una reconstrucción rigurosa del calvario que comenzó con un matrimonio arreglado, y en la decisión de acompañar el trabajo actoral con fotos verdaderas de la víctima y sus victimarios.

El compromiso de la directora con la mujer asesinada («sólo una mujer») asoma apenas comienza el film, a partir de la voz en off que representa a Aynur y que adelanta el desenlace fatal de su historia. La narración en primera persona del singular y la ocasional interpelación al espectador estrechan la relación con esta madre soltera de 23 años que Almila Bagriacik encarna atenta a las fortalezas, debilidades y contradicciones de su personaje.

Es notable el esfuerzo por evitar azuzar el sentimiento xeno o islamófobo: Hormann aclara en más de una ocasión que no todos los turcos son musulmanes fundamentalistas y por ende misóginos. Quizás también debería haber recordado la existencia de femicidas de otras nacionalidades y religiones.