Querida hija,
Quiero contarte mi experiencia vivida durante este fin de semana pasado. En vista que estaba previsto que pasarías con mis amigos Julio y Lesbia el fin de semana en Juigalpa; decidí viajar sola al Norte, y como desde hace años tenía el deseo de hacer el trayecto de León a Estelí, por fin lo hice. El viaje de Managua a León fue bastante estresante debido a la interminable fila de furgones, lo cual lógicamente hizo que el viaje durara más tiempo a pesar del trabajo constante de la policía.
Llegué a Estelí al final de la tarde y quise conocer El Tisey, yo llevaba unas expectativas enormes sobre este lugar. Que me disculpen los Estelianos y Segovianos en general, pero el lugar no llenó mis expectativas. Yo realmente esperaba un bosque espeso, unas bajas temperaturas, una vista espectacular; incluso llevaba una chaqueta en el carro previendo que me daría frio en el famoso Tisey. Me imagino que el panorama debe ser muy lindo cuando no hay tanto humo en derredor y supongo que en los 2 últimos meses del año debe hacer friito allá arriba. Bueno, la visita me llevó más tiempo del que esperaba.
Puesta ahí decidí recorrer las calles, fui al parque central enfrente está la iglesia católica, me pareció sencillamente hermoso el tempo, pregunté si había otra iglesia y me dijeron que sí que hay una chiquitita. Recorriendo las calles y buscando la otra iglesia primero encontré un templo evangélico, parece que antes ahí funcionaba un cine. El caso es que bajé del vehículo y entré, yo creí que la congregación estaba en vigilia, pero se trataba de una obra teatral realizada por los jóvenes de la iglesia, era la representación del pasaje bíblico cuando Sansón es seducido por Dalila y él le confía el secreto de su fuerza descomunal; estuve ahí un rato, la congregación gozaba con los mates de la Dalila coqueteándole a Sansón. Un poco antes de que los filisteos se ensañaran con Sansón salí de la iglesia y continué mi recorrido, casi al final de esa calle encontré que a la derecha está la iglesia chiquita (de San Agustín, según me dijeron) y a la izquierda hay una gruta., realmente solo por interés turístico subí, ahí es la gruta de la virgen, y subí porque observé que había vigilancia al pié de la escalinata, pero cuando estaba allá arriba no supe de donde y en que momento aparecieron dos malandros, yo me di perfecta cuenta de las intenciones, entonces serena les mire de frente y me revise rápidamente, solo portaba las lleves del vehículo, la cámara y un celular, fue entonces cuándo “ casualmente recibí una llamada de un amigo Comisionado de la Policía Nacional”, le saludé “animadamente” y le comento que estaba en la gruta de la virgen y que “ya que él estaba en Ocotal que se pasara por ahí para que nos saludáramos personalmente”. Quizá fue algo temerario de mi parte subir ahí a esas horas, pero la “iniciativa” de recibir una llamada “justo en ese momento” surtió efecto; al instante los malandros se sentaron en una grada y cuando yo bajé a la calle, mire que salían rápidamente del lugar. Aunque disimulé bastante yo realmente estaba nerviosa, subí a mi vehículo y me quedé unos minutos enllavada mientras me tranquilizaba, luego pregunté como llegar al Hotel a la orilla de la carretera, y mientras buscaba como salir de la ciudad tomé fotos a la iglesia iluminada, al parque y al edificio de la Alcaldía que es bonito.
Algo que me pareció gracioso y me provocó ternura es que hay un trencito que recorre algunas calles de la ciudad paseando a los niños y niñas, cuyas madres les esperan sentadas en la acera alta del parque frente a la iglesia.
La mañana es fresca no son ni las nueve, ya he sacado agua, he subido hasta donde la piedra enorme, le he dado seguimiento a una pareja campesina que llegó con una niña, le dieron a beber agua junto a la fuente y la llevaron a que toque la piedra con sus manitas, ella quería seguir tocándola. Pregunté el nombre la niña y la llamé: Yajaira, Yajaira mira la cámara; ella me mira y sonríe, aproveché el momento para después ver su carita en la foto.
Les explico que tengo que pasar por Ocotal para tomar fotos a la iglesia que vi iluminada la noche anterior y por Estelí. Después de esa bonita experiencia, me enrumbé hacia Ocotal, ahí encontré a los jóvenes lustradores en el parque, les tome fotos porque también estaban los clientes sentados en los bancos de concreto. También tomé fotos a la iglesia.
Salgo de ahí con la intensión de desayunar en un parador que tiene un mirador impresionante, pero al llegar ahí el restaurante estaba cerrado. Ni modo. . . iré a Estelí. El viaje fue cómodo, poco transito de vehículos, fresca la mañana, hay muchos hornos, la gente se dedica a la elaboración de rosquillas, también hacen ladrillos de arcilla creo. Paso por las entradas de Yalaguina, Condega, fue bonito todo el recorrido.
Finalmente llego a Estelí, oh oh. . . hace un calor insoportable, casi casi como en Managua, me detuve en un comedor, ya es medio día, cuando estoy sentada, recibo una llamada, es mi amigo a quien había llamado la noche anterior cuando pasé por piedras largas. Te acordas? Él casi no creía cuando le digo que estoy en Estelí, me decía no se mueva de ahí, quédese ahí, voy para allá ja ja ja. Como no sé a que distancia está ni el tiempo que le tomara en llegar, decido hacer un recorrido a pie por el parque y los alrededores: La iglesia está cerrada, estando en el parque oigo unas alabanzas y siento un gran gozo en mi corazón, hay una iglesia evangélica haciendo un culto al aire libre pienso yo; pero al cruzar al parque pregunto si esa es una iglesia evangélica entonces me dicen que es una actividad de los evangélicos en el centro recreativo, que bueno digo yo, me voy a alabar a Dios un rato aquí en Estelí, así que entré al centro recreativo donde una radio cristiana celebraba su aniversario. Los jóvenes de la entrada me dan la bienvenida y las jóvenes me saludan con un beso, me senté en las gradas y me dispuse a alabar a Dios con mucha alegría y gozo como dice la alabanza. Un rato después llamó mi amigo, diciéndome que esta junto a mi carro y que donde estoy?. Así que me esperó un ratito, nos saludamos y me invita a comer, nos fuimos a un restaurante y el me dice que no puede creer que había viajado sola y que llegué hasta Ocotal, yo lo corregí: en realidad fui hasta Dipilto brother.
Iglesia de Estelí
Cuando estábamos en el restaurante mi amigo recibió una llamada de alguien que le dice que su papá se había puesto un poco mal, así que salimos corriendo para su casa… gracias a Dios fue una falsa alarma, el anciano dijo que ya estaba mejor. A pesar de la carrera; me fue agradable conocer al viejito, tiene una mirada limpia y bondadosa… quien sin soltar mi mano cuando nos saludamos me piropeó: “usted es una mujer muy guapa”. El puede no tener juventud y hasta carecer de salud, pero no cabe duda que sea un caballero. Realmente me dio un gran gusto saludarlo. Mientras estábamos ahí, mi amigo conversó con unas personas que estaban de visita e hizo un par de llamadas para tranquilizar a sus hermanos y hermanas que al parecer también habían recibido la falsa alarma. Salimos de ahí y nos fuimos a tomar un refresco de chia. Conversamos un rato más, nos tomamos un café y luego me despedí de él y de Estelí. El trayecto a Managua fue tranquilo, fui escuchando música. Al llegar a casa, justo después de guardar el carro en el garaje sonó el teléfono. . .era mi amigo desde Estelí preguntando si yo había llegado ya. Fue amable de su parte estar pendiente de mi; le dije que todo bien. Gracias a Dios el viaje fue tranquilo y la experiencia inolvidable. Mi amor, la próxima vez iremos juntas a las Segovias, espero que conozcamos Venecia en Canta gallo y que lleguemos hasta el Cañón de Somoto. Este viaje fue mi regalo de cumpleaños, le agradezco a Dios que me da vida y salud para disfrutarla; también por proveerme los recursos materiales y financieros para realizarlo. Dios mío!! Gracias por protegerme y por este paseo tan lindo que me has regalado. Mi muchachita, que bueno que tu viaje a Juigalpa también fue bonito. Te quiere tu mamáEspero les haya gustado este post. Comenten, compartan y sobre todo inspírense a viajar y conocer Nicaragua. Hasta la próxima