Crónica del 66 Festival Internacional de San Sebastian Parte 3

Publicado el 10 octubre 2018 por La Henryteca @LaHenryteca
Por Victor Fernández

Nuestro colaborador también estuvo en la 66 Edición del Festival Internacional de San Sebastián y nos pasa algunas pequeñas píldoras con reseñas de algunas de las películas del festival, no os lo perdáis. Vamos allá:



EL AMOR MENOS PENSADO

Película de inauguración del 66 Festival de San Sebastián, y opera prima del productor de cine argentino Juan Vera. El amor menos pensado es una comedia romántica que ofrece todas las pocas sorpresas que ya podemos presagiar antes de verla. Una acumulación de clichés, y un guion absolutamente explicativo (la sutileza brilla por su ausencia), son los encargados de llevarnos por este viaje a través de la crisis de los 50/60. Como los personajes no callan ni una sola vez, y todo no es dado al espectador mascado a través de la palabra, la película acaba resultando de una monotonía alarmante, además de durar más de dos horas que, sin duda, se hacen eternas. A parte de ello, la película también falla en una puesta en escena excesivamente estática, llena de planos/contraplanos y con una gran falta de personalidad tras la cámara.


Por destacar algo, sus intérpretes, en especial la pareja protagonista formada por Ricardo Darín y Mercedes Morán, están excelentes, y salvan un poco a la película del desastre. A parte de ello, podemos rescatar también alguna escena cómica, sobre todo esa cita de Tinder que, probablemente, levantará las risas de casi todos los espectadores. A parte de ello, la película es lo mismo de siempre. Un cine soso, falto de delicadeza y sutileza que, de todos modos, quizá pueda conectar con un público cercano a esa crisis de edad que sufren los personajes.


Nota: 3/10


LAS HEREDERAS

Tras triunfar en el festival de Berlín, donde cosecho ni más ni menos que el Premio Especial del Jurado, el Premio a Mejor Actriz (Ana Brun) y el Premio FIPRESCI de la crítica, Las herederas llegó a San Sebastián para abrir la sección Horizontes Latinos. Tratándose de la ópera prima de su director, Marcelo Martinessi, la película cuenta con una personalidad y delicadeza que, como mínimo, merece atención. Con una narración bastante elegante, la película nos conduce por unos personajes no siempre claros, llenos de secretos y hallazgos, que el director nos muestra de manera silenciosa y, quizá, en este caso, excesivamente criptica. Por ahí viene el principal fallo de una película que, a momentos, atrapa en su burbuja, pero que en otros te aleja de ella. No consigue traspasar en emociones, y todo se queda en un halo de misterio no siempre claro, o necesario.

De todos modos, es un filme lleno de aciertos. Un estudio de personajes de lo más sutil, que se acompaña de unas actuaciones, en su mayoría, brillantes. Mención especial merece su protagonista Ana Brun, que construye, casi en su totalidad, solo a través de miradas, un personaje complicadísimo. Es una pena, por ello, que la película tropiece, a veces, en su forma narrativa. La confusión se apodera excesivamente del espectador, en una historia que quizá no debería hacerlo tanto. Finalmente, y por desgracia, todo esto nos lleva a no identificarnos muy bien con la película, a sentir esa sensación de frialdad, cuando los créditos llegan, que no es del todo agradable. Sin embargo, eso no nos perjudica a la hora de ver que, tratándose de una ópera prima, hay tras ella un director bastante interesante.


Nota: 5,5/10


ASAKO I & II

Dentro de la sección Perlas nos encontramos con esta extraña película japonesa, que participo en la sección oficial del pasado Cannes, sin levantar muchas pasiones. Es difícil de calificar, un filme que pasa por multitud de estados, acercándose en su inicio más un anime de carne y hueso que a una película de personajes reales. Toda ella está envuelta en una aurea de cierta impostura, aunque no llega a sentirse pretenciosa. Es, probablemente, un filme muy anclado en la particular cultura de su país, provocando una constante conexión y desconexión en el espectador occidental, que no sabe muy bien si sus personajes están actuando con naturalidad o pretenden acercarse más a un género de comedia. 
De todos modos, la película acaba provocando cierta sensación de vació en su historia. Toda la inclasificable forma que la envuelve no consigue finalmente tapar una trama de amor que es más bien floja. Pretende ser sutil, pero finalmente se estrella en su tramo final. Lo que si se puede destacar de ella, es que no dejará indiferente a nadie. Levantará pasiones y odios, aunque mucha gente también se quedará en medio, con la extraña sensación de que lo que ha visto en imágenes le ha atrapado en muchos momentos, pero, que, en el fondo, la indiferencia ante lo que se cuenta es bastante importante.

Nota: 5/10


APUNTES PARA UNA PELÍCULA DE ATRACOS

Leon Siminiani presentaba su segunda película, dentro de la sección nuevos directores, tras la interesante Mapa (2012). Hace solo un año que también nos dejó, esta vez para televisión, y bajo el formato de miniserie, otro interesantísimo documental: Lo que la verdad esconde: El caso Asunta. Con esta filmografía a sus espaldas, donde también destaca algún que otro cortometraje documental muy reseñable (Límites: 1ª persona, entre ellos), León Siminiani llegaba a San Sebastián con una historia que le ha costado terminar más de cinco años. Quizá nos encontremos con un experimento menor que el de su anterior película, pero no por ello carente de interés. Con su particular humor, la película se convierte en un divertido retrato de un personaje de dudosa moralidad, con el que finalmente empatizas, gracias en parte a la sinceridad con la que Siminiani nos lo expone en pantalla, y por cómo nos hace participes de su propia experiencia, y la de su mujer.

La película es ni mas ni menos que el acercamiento a un ladrón de bancos, apodado como el Robin Hood de Vallecas que, tras su entrada en la cárcel, levanta el interés de Siminiani. Este, finalmente, se propone conocerle, como medio para poder realizar la película de atracos con la que siempre soñó. De esta manera, el documental acaba conformándose como una suerte de homenaje al cine de atracos del periodo más clásico (aquel con el que su director sueña) y un acercamiento a la amistad y a la psicología de gente que lleva una doble vida, en este caso delictiva, pero que no dejan de ser humanos. Una película sin muchas pretensiones, sin grandes logros destacables, pero con una empatía y naturalidad a la que uno finalmente accede con facilidad. Es, ante todo, un divertimento bastante agradable.

Nota: 6/10

FAMILIA SUMERGIDA

Ganadora, inexplicablemente, del premio Horizontes Latinos, Familia sumergida es la ópera prima de Maria Alché, protagonista de esa interesantísima película titulada La niña Santa (2004, Lucrecia Martel). Intentando acercarse al cine de su madrina, la conocida directora Lucrecia Martel, Alché conforma un filme con pretensiones de gran autoría, donde la atmosfera y el ambiente sonoro juega un importante papel, pero donde todo queda reducido a la nada más absoluta, a la pretenciosidad vacía.

La película juega a intentar bucear en los miedos y sentimientos de su protagonista, una madre de familia cuya hermana acaba de fallecer… y poco más. Todo pretende ser un virtuoso e inteligente juego de fantasmas y dobles realidades, que acaban conformándose como un despropósito, no solo aburrido, confuso e inacabable, si no también bastante pedante y enervante, incluso para el espectador más paciente. Uno tiene la sensación de que la directora ha estado hora y media jugando con nosotros, y con unos personajes que no van hacia ningún lado, y, que, lo peor de todo, no nos acaban importando absolutamente nada. Un filme que no merecía el reconocimiento otorgado, dentro de una sección con mejores propuestas (sin ir más lejos, Las herederas). Un despropósito importante.


Nota: 2/10

JESÚS

Ganadora del Premio Nuevos Directores, Jesús es el debut en el largometraje de un jovencísimo director japonés llamado Hiroshi Okuyama, que, además, también escribe, monta y dirige la fotografía de la película. Sin duda, un talento a tener en cuenta, a pesar de que está primera película tenga aun muchos elementos cuestionables.

Es, sin duda, un filme de lo más inclasificable, que mezcla drama con un humor visual bastante “infantiloide”, pero claramente efectivo, y sin duda peculiar y diferente. Con una propuesta visual interesante, aunque demasiado efectista, la película juega a la composición de planos estáticos y muy cuidados, que acaban narrando la historia de un pequeño niño y sus cuestiones de fe (representadas a través de un Jesús en miniatura que se le aparece cada vez que quiere algo). Ante una propuesta tan diferente, uno no puede dejar de poner en valor ciertos méritos de su autor, pero la película peca de demasiado efectismo, tanto en las formas como en la narración. Digamos que le falta cierta sutileza, y el subrayado de muchas de sus propuestas, tanto visuales como narrativas, sobre todo en el tramo final de la película, hacen decaer un poco el conjunto. De todos modos, una película curiosa, distinta, que será gracioso ver llegar a nuestras carteleras, tras el premio recibido. Eso si, premio que quizá le queda un poco grande.


Nota: 5/10

UN ASUNTO DE FAMILIA (Shoplyfters)

Ganadora de la última Palma de Oro en Cannes, y proyectada en San Sebastián con motivo del Premio Especial que recibió su director, Hirokazu Koreeda. Un asunto de familia es una película que nos hace volver a creer en las Palmas de Oro, tras años decepcionantes, y que nos acerca, una vez más, al hermoso y delicado mundo de su director. Koreeda es un maestro de lo íntimo, de lo pequeño. Un asunto de familia es, probablemente, su película más cruda entorno al delicado tema infantil, que tan a menudo trata, desde la maravillosa Nadie Sabe. Un filme que se va construyendo desde lo mínimo, observando a sus personajes, tratándolos con la sensibilidad especial que este director proyecta a cada una de sus películas. 


Aquellos que últimamente le tacharon de hacer un cine cursi, incluso ñoño, tienen aquí el antídoto para reconciliarse con su cine. De todos modos, quizá no estamos ante una de sus mejores películas (Still Walking o Nadie sabe son bastante más redondas), aunque tiene méritos de gran cine. Quizá, su tramo final, sobre todo ciertas explicaciones de más en la trama, aflojan un relato que hasta el momento se había bastado solo de la observación para ser narrado. Aun así, su final, duro y bastante emocionante, cierra una película que, como poco, merece nuestra atención cuando llegue en diciembre a la cartelera.


Nota: 7/10