Dolores, para muchos medios el grupo revelación de 2011, presentaban su “Disco Póstumo” el sábado en la sala Siroco de Madrid. Su LP tan solo lleva tres meses en manos del público y ya tienen fieles seguidores, demostrado con el lleno total de la sala.
Teloneando su aparición, contaron con la compañía de un grupo de pop punk madrileño, Cerdito. Mientras la sala se iba llenando poco a poco, sonaron temas como “Sexual Undergroung”, ”Saliendo de Casa”, “Rey de la Era Espacial”, o ”A Marselle”’. Un sonido lineal con un toque canalla, que como mínimo alimentó la curiosidad de más de uno para seguir descubriendo sus temas en casa.
En esta parte, el público estaba frío, las noches de Enero son así. Lo que no sabían es que, una vez dentro del mundo de Dolores, íbamos a pasar una de las noches más calurosas en este mes de invierno. Es un mundo oscuro, siniestro, con letras de desamor transmitidas con rabia, con sentimiento, un mundo distorsionado, pero un mundo donde el desahogo es la clave principal para el disfrute.
Abrieron el concierto con “Kdr”, contagiados por el frío, empezaron tímidos y distantes. Algo que dio un giro por completo con los primeros acordes de “Fiebre de”, empezaban a estar a gusto y el público comenzaba a divertirse.
Con el sonido del bajo, la guitarra, la batería, los sintetizadores y la voz de Teresa dentro de nuestro cuerpo, llegó “Temblor”, y con ella, llegó uno de los pocos momentos de calma. Preciosa canción de arrepentimiento.
Sus diez temas iban a saber a poco, así que, además de versionar a Los Monaguillosh, presentaron una canción nueva. Una canción que, aunque todavía no tiene nombre, suena a Dolores. Son tan buenos, que en poco tiempo tienen un sonido característico, una personalidad arrolladora y un directo apabullador.
Para el siguiente tema, Pablo, el batería, salió a demostrar sus dotes con el sintetizador, empezaba así “La estructura de las revoluciones científicas”. A continuación, llegó la canción que cierra el disco, “Avenida de América”. Destacable la fuerza e intensidad que transmiten al final de la canción.
Con coros de Tahiche, Juan, y la propia Teresa, como si de animales de tratasen, nos adentramos en la jungla. Este era el pequeño homenaje al grupo Los Monaguillosh, y la versión de “Voces en la jungla”.
Volvemos con ansias a su repertorio, con “Volcán”, nos preparaban para un final apoteósico. Esta canción y las que faltaban por venir, agitan, alborotan, en definitiva, enloquecen al público. Una pena que las dimensiones de la sala, y la gran acogida que tuvo el concierto, fuera un impedimento para que más de uno descargara energías a sus anchas.
Antes del estallido final, ”Cocodrilos de Marfil”, otro de los singles del disco. Y es que, después de haber escuchado muchas veces el LP y haberlos visto en directo, es complicado destacar alguna canción. Sus letras, sus melodías, todas y cada una de ellas, destacan por sí solas. Esa estabilidad en sus composiciones, es la llave fundamental que les ha abierto la puerta hacía el éxito.
Las cuentas no fallaban, faltaban dos grandes temas, “Cortafuegos” y “Nicho-Loft”. Dos joyas guardadas para el final, joyas que hacen brillar la voz de Teresa, una voz potente y característica, una voz, que es otra joya más.
Y así, sin bises, se terminó un directo perfecto. Ese directo que nos transportó al mundo único de Dolores, un mundo donde os puedo asegurar, el dolor llega a ser placentero.
Foto | Natalia Borja