Crónica Donosti 2012: "Bestias del Sur Salvaje" donde también viven los monstruos

Publicado el 22 septiembre 2012 por Fimin

22 de Septiembre del 2012 | etiquetas: Festival de San Sebastián, Festivales 2012, Crítica Twittear

Mejor Película de Sundance, Cámara de oro en Cannes y Perla en San Sebastián. No podía ser de otra forma para "Bestias del Sur Salvaje", una de las mayores revelaciones de la cosecha 2012 que en Donosti, por fin, llega a nuestros ojos. ¿Donde viven los Monstruos"? ¿"Treme"? ¿Herzog? ¿Malick?. Todos ellos tienen cabida en esta magnética, visceral y estoica lucha contra la modernidad.

¿De qué va?

Las aguas van a subir, los animales salvajes van a reponer las tumbas y en el sur del todo los diques se hunden. Ésta es la historia de una niña de seis años llamada Hushpuppy que resiste junto a su padre en los confines del mundo.

¿Quién está detrás?

Benh Zeitlin. Apunten este nombre porque es una de las grandes promesas y la principal huella a seguir del actual panorama indie.

¿Quién sale?

Los no profesionales, ya profesionales (ambos ruedan lo nuevo de Steve McQueen), Dwight Henry y Quvenzhané Wallis, dicho de otra forma, un papá intrínsicamente herzogiano y su hija Hushpuppy, una suerte de Juana de Arco en miniatura. Por no mencionar los aurochs y demás bestias (además de sus vecinos) que poblan la salvaje, primitiva y fantástica cartografía de "Bestias del Sur Salvaje".

¿Qué es?

La fantasía de "Donde viven los Monstruos" + el espíritu de "Treme" rodado por un híbrido entre Terrence Malick (pero sin divinidad cristiana) y Werner Herzog.

¿Qué ofrece?

Una magnética fusión entre la natruraleza más primitva y la fantasía más visceral dan pie a una salvaje obra de arte capaz de trasladranos inaudita belleza partiendo desde lo sucio, lo feo, pero también desde ese sentido de la libertad para ser dueños de nuestro propio destino que, tanto brilla por su ausencia en nuestro mundo, y por su presencia en el de "Bestias del sur Salvaje". Magia, poesía y realismo convergen en una sola mirada, la de una niña de 6 años que revierte la triste realidad en un desgarrador y feroz imaginario, justamente lo mismo que Benh Zeitlin hace con su insobornable ópera prima.

Nota: 8 / 10