Aun así, en general el evento no me ha dejado mal sabor de boca, a pesar de que se tendría que haber hecho al revés: las mesas de la mañana daban mil vueltas a las de la tarde, que justo es cuando los asistentes están más cansados y necesitan algo más dinámico.
Por cierto, en la bolsa había un libro menos que el año pasado y no me tocó nada en el sorteo (no hubo tantos sorteos, en cualquier caso), así que mi lista de libros pendientes no ha engrosado mucho. En parte es un alivio, aunque siempre me hace ilusión recibir libros gratis. El botín de marcapáginas sí que fue tan generoso como otros años :D