Crónica: Expomanga 2015

Publicado el 21 mayo 2015 por Déborah F. Muñoz @DeborahFMu
Lo reconozco: me dormí. Y es que era mi segunda semana trabajando (con horas extra, para colmo) y había tenido ya dos eventos: la presentación de Highlander tenías que ser (próximamente la crónica... sí, sé que no las estoy publicando en orden cronológico, pero tengo mis motivos) y la presentación de mi propio libro, Eladil.
Mi intención era asistir al final de la muestra de Kung Fu Shaolin y a la Mesa redonda sobre la Animación con Rui Kuroki y Naoyoshi Shiotani, pero entre mis horas extras de sueño y una mala pécora que me informó mal y me hizo ponerme en la cola que no era para entrar (los acreditados van por otro sitio) llegué justo cuando acababa esta última.No iba con nadie, pero me encontré con muchos conocidos y, entre unas cosas y otras, no pude participar en ninguna actividad. Decidí tomármelo con calma y prescindir de la Clase de dibujo con Kenneos para ver las exposiciones y todos los puestos. Había de todo, ¡hasta una zona para jugar a tiro con arco! (con arcos de mentira, obviamente) y, como siempre, disfruté de ese paraíso en el que hay frikismo en el ambiente.De paso, aproveché para buscar todos los números que me faltaban para completar Tsubasa reservoir chronicles. Conseguí todos menos el trece. "Una mala distribución con ese tomo, no lo vas a encontrar", me dijo uno de los dependientes. No renuncié a ello, claro, y fui puesto por puesto haciéndome con todos los que me faltaban. Estaban en todas las tiendas a cinco euros y, cuando ya tenía todos menos el famoso número trece, los encontré en otro puesto a cuatro euros. Que ya es mala pata, porque con lo que me hubiera ahorrado me habría comprado un cómic más. Por cierto, el tipo tenía razón. No encontré el trece... pero luego llegué a casa y lo compré en Amazon. Caro, pero lo encontré. Así que, con un poco de suerte, para cuando se publique esta crónica ya los tendré todos.Mi intención era ir solo por la mañana, pero me llevé una sorpresa en el stand de Ediciones Babylon: Javier Bolado, el autor de La canción de la princesa oscura y El anhelo del destino, iba a firmar esa misma tarde. Para que entendáis a qué nivel me gustaron esos libros, diré que fui una de las frikis que asedió (sin éxito) a TimunMas para que sacara el tercero. Así que me alegré mucho cuando Babylon decidió reeditar los dos primeros y anunció que pronto sacaría el último. Y, por supuesto, no podía desperdiciar la oportunidad de que me firmara el autor, así que volví a casa, comí, cogí los libros y de vuelta al salón para que me firmara los libros (qué majo). Acababa de firmármelos cuando giré la cabeza y me encontré con que estaban firmando Estudio Kôsen. Sí, las de Saihôshi: El guardián. Y claro, yo sin mi tomo. Ya es mala pata. Pero no iba a volver otra vez a casa para volver otra vez al salón (ya iba a ser mucho viajecito en un día, además, para qué engañarnos, estaba para el arrastre) y me había fundido el presupuesto con Tsubasa, así que, sintiéndolo mucho, me quedé sin sus firmas y me fui a casa.Follow @DeborahFMu