Correr una primera edición siempre da un poco de respeto por la teórica falta de experiencia pero en este caso ha salido todo muy bien, por lo menos en mi opinión.
La carrera empezaba a las 8 de la mañana en el Tormes. Me llevé una grata sorpresa porque se nadaba bien, el agua estaba todo lo limpia que puede estar y la temperatura era muy buena. El día bien porque ponían lluvia y tormenta y al final solo hizo algo de fresco.
Salimos por tandas lo que facilitaba mucho las cosas aunque las típicas leches no las quita nadie. Son parte del juego.
Salimos del agua y la transición al lado. Me cambio y empiezo con la bicicleta.
Eran cuatro vueltas bastante duras por el viento y el perfil, un auténtico rompe piernas. Se salía de Salamanca por buena carretera y nos dirigíamos a las afueras donde llegábamos a estar en pleno campo y la carretera empeoraba un poco.
Me llamó mucho la atención el nivel y como siempre las bicicletas. Merece la pena correr un triatlón solo por ver a estas preciosidades. Una media de unos 33 kilómetros por hora en ese perfil es algo digno de admirar.
En mitad del recorrido había un grupo que animaba mucho. Tenían su musiquita, megáfono... se agradecía. Estaban también a la salida de la natación (no me di cuenta porque salí un poco tocado) y durante la carrera a pie.
La última parte era sobre todo por el carril bici. Pasábamos por un puente muy bonito y había que dar otras 4 vueltas. La gente animaba y eso hacía que se hiciese ameno. El peligro de dar muchas vueltas es aburrirse. Terreno llano.
La conclusión ha sido muy buena. Una carrera muy correcta para ser un primera edición con un perfil que no es para hacer tiempo pero atractivo. Los voluntarios hicieron perfectamente su papel, buenos y abundantes avituallamientos, recorrido seguro...
Triatlón obligado para la gente de la zona.
Enhorabuena a los organizadores.