Crónica Sitges 2011: Fábula laboral

Publicado el 13 octubre 2011 por Fimin

Todo lo que comienza mal acaba bien. Y viceversa. Es de lo que nos advierte uno de los títulos más sugerentes del festival. "Trabalhar Cansa." ¿Quién dice que no?. La ópera prima de los brasileños Juliana Rojas y Marco Dutra causaba furor en el pasado Festival de Cannes con una mirada cuyo sitio parecía no estar en Sitges pero cuyo mensaje le convierte en idónea para un festival fantástico. Una cosa es partir de lo cotidiano....la otra ver donde acaba.

¿De qué va?

Helena acaba de cumplir un sueño: abrir su primer negocio, un colmado. Su trabajo en la tienda hará que decida contratar a Paula, una asistenta que cuidará de su casa y de su hija. Las cosas se complicarán cuando a su marido, que ha perdido su empleo, le cueste horrores encontrar un nuevo trabajo; y cuando Helena vea que uno de los muros del edificio se está desmoronando.

¿Quién está detrás?

Juliana Rojas y Marco Dutra. Ambos se conocieron en la Universidad de Cine de São Paulo, donde realizaron su corto de graduación O lençol branco (05). En 2007 presentaron en la Semana de la crítica de Cannes su segundo trabajo, "Um ramo." "Trabalhar cansa" es su primer largometraje.

¿Quién sale?

Él en paro, ella, mejor si lo estuviera. La pareja modelo para tiempos de crisis interpretada con gran naturalidad por Helena Albergaria y Marat Descartes. La aparición sorpresa mejor me la guardo...

¿Qué ofrece?

Resulta un pequeño gran descubrimento como se nos revela esta sorprendente fábula laboral idónea para tiempos de crisis, que parte de lo cotidiano para terminar en un sugerente malrollismo digno del mismísimo Cronenberg, siendo además, capaz de coquetear con el terror social, el fantástico y como no, el inconfundible humor latinoamericano (brasileiro en este caso). Buena como película, maravillosa como ópera prima, Juliana Rojas y Marco Dutra logran transmitirnos las mismas sensaciones que en su día lograra impregnarnos la estimulante ambiguedad de "La Nana" de Sebastián Silva. El secreto de ambas está en su personalísimo tono tragicómico. Trabajar cansa, sí, aunque esta ópera prima, ante todo, sorprende.