09 de Octubre del 2014 | etiquetas: Festival de Sitges, Festivales 2014
TwittearLos directores de "Al Interior" y "Livide" vuelven a escena con una monster movie protagonizada por una criatura con máscara de payaso y gusto por la sangre que asola a un grupo de niños. Y que nadie piense en "Aux Yeux Vivants" como otro mero "Super 8", que también, aunque en este casos resulte más preciso pensar en su polo opuesto.
¿De qué va?
Una madre decide quitarse la vida antes que seguir viviendo con su monstruoso hijo. Años más tarde, tres amigos cometerán el error de adentrarse en el estudio de cine abandonado donde vive la bestia, que hará todo menos dejarlos tranquilos.
¿Quién está detrás?
Los creadores de "Al Interior", una de las películas de terror más comentadas de los últimos tiempos. Siguiendo de cerca el polémico rastro de pelis como "Irreversible" de Gaspar Noé o "Alta Tensión" de Alexandre Aja, "Al interior" es un slasher bañado en gore y ultraviolencia. Un slasher de culto del terror contemporáneo que como no, dejó su inolvidable huella en el Festival de Sitges.
¿Quién sale?
Una criatura con máscara de payaso y gusto por la sangre asolando a tres gamberretes que parecen salidos de "Los Goonies" mismamente.
¿Qué es?
Bien podría señalarse como un "Super-8" pasado por el filtro de Rob Zombie, o directamente, por el realmente violento y terrorífico sello de Juilen Maury y Alexandre Bustillo.
¿Qué ofrece?
Una monstruosa, terrorífica y definitivamente, subvertida vuelta al cine almibarado que producía Amblin en los años 80. Julien Maury y Alexandre Bustillo no solo demuestran una vez más su desbordante cinefilia con aplomo y contundencia, también atisban tener su pequeño corazoncito emanando una apasionada y (relativamente) luminosa nostalgia por el cine fantástico que marcó a toda una generación en los años 80'. Es decir, la evocación de títulos míticos como "Los Goonies", "Cuenta Conmigo" o incluso "E.T." irrumpen en escena, pero que nadie se equivoque, sin llegar nunca aduñarse de ella. Y es que bien podríamos afirmar que estamos ante un nuevo "Super 8", de la misma forma que también podríamos asegurar que se nos evoca desde sus más remotas antípodas. Es decir, lo dulce y empalagoso resulta en en este caso, extremadamente violento, desesperanzadoramente turbio y visceralmente sanguinario. Así es como "Aux Yeux Des Vivants" vuelve demostrar una vez más el dominio del género rey por el que se caracterizan sus rabiosos directores, transgrediendo en este caso el entrañable aroma que emana el melancólico cine de los 80', así como reinventando el cine monstuoso. Como única nota negativa, uno podría advertir del atabalamiento que padecen el segundo y tercer acto. Y es que, da la sensación de que los directores galos se apresuran en querer cerrar la película de un portazo, de forma no tan precisa y detallada como construyen su fenomenal primer acto. Sobre ese majestuoso paisaje que suponen unos grandes estudios en ruinas surge una cinefilia pura, pero ante todo brutal y descarnada.