05 de Septiembre del 2012 | etiquetas: Tráilers, Festival de Venecia, Festivales 2012
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Tras su atronador y operístico retrato de Mussolini en "Vincere", y estrenar el pasado año en esta misma Mostra la pequeña y olvidada "Sorelle Mai", el ilustre Marco Bellochio (sin duda, el nombre estrella de la representación italiana que este año ha desembarcado en Venecia) tira de Isabelle Huppert y Toni Servillo para volver a la carga con una punzante mirada sobre la sociedad italiana. La oscura sombra que sobrevuela "Bella Addormentata" advierte que durante su rodaje, la financiación pública con la que contaba, fue sospechosamente bloqueada. Las razones, hemos podido comprobarlas de primera mano hoy en Venecia.
¿De qué va?
Es la crónica de los últimos días con vida de la lombarda Eluana Englaro, una mujer que murió en el 2009 tras vivir 17 años en estado vegetativo por sufrir un accidente de tráfico. Una terna de diferentes personajes se ven directamente afectados por diferentes (y trágicos) motivos en el devenir de su definitiva muerte.
¿Quién está detrás?
Como mandan los cánones en su estimulante filmografía, Marco Bellochio parte desde un hecho concreto y señalado para volver a poner el dedo en la yaga de una sociedad italiana en pleno estado de descomposición.
¿Quién sale?
Difícilmente encontremos mejor pareja posible en el actual cine europeo que la conformada por Isabelle Huppert y Toni Servillo. Lamentablemente, nunca llegan a compartir plano en "Bella Addormentata", una pena, muy a pesar de que Alba Rohrwacher esté a la altura como hija de el protagonista de "Il Divo" que, precisamente, vuelve a ponerse en la piel de un político a las órdenes de Berlusconi.
¿Qué es?
El "Mar Afuera" de Marco Bellochio
¿Qué ofrece?
Si nos atenemos a su título, muchos podríamos imaginar la revisión del cuento de Charles Perrault. Si, en cambio, tiramos de argumento, muchos podríamos evocar las figuras de Alejandro Amenábar y Javier Bardem. Pero si nos centramos en el director, toda posible relación con "La Bella Durmiente" y "Mar Adentro" queda evaporada.
Un senador de Berlusconi que trata de votar a favor de la muerte de Eluana pero a quien su partido le coacciona para que vote en contra, su propia hija cuya devota creencia en Dios le lleva a opinar todo lo contrario que su padre, una mujer que parece haber perdido el rumbo de la vida buscando refugio en la religión tras quedarse también su hija en un coma profundo del que no despierta, un atormentado médico que por activa y por pasiva se obzeca en evitar el suicidio de una drogadicta que no busca más que acabar con su vida, o un joven desequilibrado que no hace más que arremeter contra todo devoto que atenta contra cualquier posibilidad de eutanasia, son los principales pilares sobre los que gira esta suerte de metáfora social cuyo objetivo no es tanto formular un alegato a favor de la eutanasia como plasmar la fracturación de una sociedad a la deriva y criticar el más absoluto kaos al que actualmente se ve abocada la corrompida política de nuestro país vecino.
Entre sus más deslumbrantes destellos, la construcción de la entrañable, profunda y sentida relación construida entre Toni Servillo y su hija, o la corrosiva y constante crítica al sistema político italiano perfectamente plasmada en una conversación que, como no, acontece en una sauna entre el senador y un psiquiatra especializado en tratar políticos (ataviados ambos con sendas togas) y entre cuyas líneas podemos leer frases como "¿algo bueno tendrás que tener para ser político no?". Un claro ejemplo de donde quiere realmente llegar Marco Bellocchio en una película que a pesar de no llegar a la grandeza de sus anteriores "Vincere" o "Buenos días noche", se antoja completamente necesaria y reveladora teniendo en cuenta la tempestad que actualmente asola Italia y Europa entera. Y si no, que se lo pregunten a Olivier Assayas.