01 de Septiembre del 2012 | etiquetas: Festival de Venecia, Festivales 2012
Twittear
Seamos honestos, la incursión de una peli italiana en Seccion Oficial de Venecia, siempre puede levantar cierto excepticismo a no ser que se trate, sin ir más lejos, de un Marco Bellochio, por ejemplo. Es comprensible, hay que hacer industria y en estos casos, como toca, se barre siempre para casa. Pero si entre los alicientes de "E stato il figlio" nos encontramos con que significa el debut como realizador en la gran pantalla del habitual director de fotografía del propio Bellocchio, y encima, protagonizada por el gran Toni Servillo, la cosa cambia. Asi que, al Lido.
¿De qué va?
Busu es un alma a la deriva que se dedica a contar una historieta tras otra a todo aquel que se encuentra en su camino. Entre ellas está la de la familia Ciraulo y la que da pie a la película. Completamente arruinados, viven en el distrito más miserable de Palermo, aunque curiosamente tienen un lujoso Mercedes negro. Consiguieron esta 'maravilla' con el "dinero de Serenella", la indemnización que recibieron por la muerte de su hija, víctima de un tiroteo entre mafiosos. ¿El principal problema? el coche no se toca, nene.
¿Quién está detrás?
Significa la ópera prima del habitual director de fotografía de Marco Bellochio, Daniele Cipri, quien adapta la novela homónima del escritor Roberto Alajmo.
¿Quién sale?
El peso de toda la película recae en el actor referente del país vecino y uno de los nombres más estimulantes de toda Europa. Es Toni Servillo, intérprete fetiche de Paolo Sorrentino, responsable de una de las mejores caracterizaciones que el cine europeo nos ha ofrecido en los últimos años poniéndose en la piel de Giulio Andreotti en "Il Divo". Le secundan Giselda Voldi en el papel de su mujer y Alfredo Castro, como el 'hijo pródigo'.
¿Qué es?
Una fábula extremadamente negra, muy realista, surrealista, e incluso metafísica.
¿Qué ofrece?
Una estimable ópera prima que a pesar de tener todos los boletos para no ir más allá de una de esas tantas historietas sicilianas mil y una veces contadas, acaba por erigirse en una pequeña pero más que correcta fábula, con moraleja incluida, sobre la miserable ostentosidad que tanto corrompe al ser humano. No tenemos un duro, vivimos en la mas absoluta miseria, pero ya que la mafia se ha cargado a mi niña, me compro un Mercedes para ser la envidia del barrio. A partir de aqui, ya se sabe, la cosa se lía hasta llegar a sus mas extremas y retorcidas consecuencias con un estilo particularmente llamativo.
La trágica ironía que constantemente protagoniza el discurso del film, su sobrio empaque formal, la caricaturesca caracterización de todos y cada uno de los estrambóticos personajes que transitan el barrio, el punzante humor negro que la articula, su desoladora reflexión social, y sobre todo, el pulso que su novel director muestra tras la cámara, hacen de "E stato mio figlo" una buena anfitriona, hoy, aquí, en Venecia. Más aún tratandose de su debut como director en la gran pantalla. Y es que, ya se sabe, a veces, la mejor forma de acabar volando alto es evitar posibles turbulencias empezando por volar bajo.