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Crónica Venecia 2012: "Penance" más de cuatro horas absorbidos por el decálogo de Kiyoshi Kurosawa

Publicado el 30 agosto 2012 por Fimin

30 de Agosto del 2012 | etiquetas: Festivales 2012, Festival de Venecia Twittear cronica-venecia-2012-penance-mas-de-cuatro-horas-absorbidos-por-el-decalogo-de-kiyoshi-kurosawa

Largo y tendido hemos hablado ya de ello. Es tiempo de tele. Lo que parecía una simple utopía, se hace realidad. La caja tonta resurge y se hace inteligente. Muchos son los maestros, curtidos cineastas, que, tras un amplio y prestigioso recorrido cinematográfico, no resisten la tentación de probar de primera mano que es lo que verdaderamente está pasando en esa pequeña gran pantalla que en los últimos años, no para de rugir, y de que manera, a lo largo y ancho del planeta. Las últimas ediciones de los principales festivales últimamente dan fe de ello, y esta Mostra, no podía ser menos.

El año pasado pudo verse en Venecia el "Mildred Pierce" de Todd Haynes, anteriormente descubrimos en San Sebastián los "Misterios de Lisboa" de Raul Ruiz, este mismo año pudimos ver en la Berlinale el "Death Row" de Werner Herzog, y Cannes, no podía ser menos, también se destapó en su última edición con Clive Owen y Nicole Kidman en la piel de "Hemingway & Gellhorn".

Estando como esta el patio, no es de extrañar, pues, que nuestro primer contacto en esta nueva edición de la Mostra sea con la proyección íntegra de más de 4 horas de duración, de una mini-serie japonesa. Podría sonar freak o bizarro tratándose de Venecia, pero en el momento que suena el nombre de Kiyoshi Kurosawa todo pasa a ser mucho más atractivo y estimulante de lo que prometen muchas de las películas que pisarán este año el Lido. Hablamos de la fascinante (y desconcertante a partes iguales) "Penance", una miniserie que adapta una novela del mismo autor que "Confessions" (exitosamente adaptada a la gran pantalla por Tetsuya Nakashima), y que se erige en el inmejorable vehículo para desplegar, en todas sus vertientes, la desoladora y alienada fabula social que tanto, y tan bien, marca la obra del director de "Tokyo Sonata". Abrimos fuego.

¿De qué va?

Todo empieza con el misterioso asesinato de una niña que es secuestrada en su propio colegio delante de cuatro compañeras de clase. Las niñas son incapaces de recordar el rostro del secuestrador, por lo que la madre de la víctima lanza sobre ellas una condena: "Haced todo lo que sea para encontrar al asesino. Si no, deberéis cumplir una penitencia". Y es aquí donde se da rienda suelta al festín Kurosawa, con cuatro capítulos personalizados y dedicados al particular castigo que 15 años después sufren cada una de las cuatro jóvenes, y un quinto capítulo reservado a la traca final.

¿Quién está detrás?

Ni más ni menos que el responsable de "Pulse" y "Tokyo Sonata". En filmin también podéis disfrutar de "Loft" y "Seance". Es Kiyoshi Kurosawa, sin duda, uno de los nombres más estimulantes del actual el cine asiático.

¿Quién sale?

Kyôko Koizumi (Tokyo Sonata), Yû Aoi, Eiko Koike, Sakura Ando ("Love Exposure") y Chizuru Ikewaki.

¿Qué es?

Las "Confessions" de Kiyoshi Kurosawa

¿Qué ofrece?

Martin Scorsese, Todd Haynes o el ilustre presidente del jurado en esta Mostra, Michael Mann, están entre los primeros nombres que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en maestros del cine que últimamente también vemos pasárselo en grande en televisión. Pero no todo se acaba en HBO. Maestros de la talla de Rainer W. Fassbinder, Ingmar Bergman, o más recientemente, nuestro añorado Raúl Ruiz, marcaron una tendencia a la que Kiyoshi Kurosawa se suma ahora con "Penance", un nuevo ejemplo del amplio abanico que se  le abre a un maestro del cine en el momento que puede explayarse con más de 4 horas para trasladarnos su personalísimo mundo desde su inconfundible mirada.

Cierto es que "Penance" nunca logra despojarse de la novela que adapta, que a ratos desconcierta y que otros muchos prefiere la casualidad a la causalidad tirando de soluciones abruptas en momentos en los que parece no tomarse en serio a si misma. Pero cierto es también que Kiyoshi Kurosawa logra hacer suya la historia a través de un ejemplar uso del HD (vista en la gran pantalla parece mentira que esté destinada a emitirse en la pequeña), de una rigurosa factura formal que presenta encuadres para enmarcar, y sobre todo, de una desoladora distopía existencial que no tarda en convertirse en el motor los cinco capítulos que complementan la serie, haciéndose dueña y señora de todas y cada una de las protagonistas, así como de una sociedad en ruinas que se muestra incapaz de sobrellevar el penetrante sentimiento de culpa que constantemente le golpea. Una simple muñeca francesa o un vestido empapado en sangre, en manos de Kurosawa, se bastan para que resuene con más gravedad que nunca la alarma social. Y lo hace con sonidos tan tétricos y sórdidos como surrealistas y cómicos, entre osos de peluche gigantes (que al menos no hablan) o muñecas humanas. Normal, tratándose del responsable de "Pulse". Sin duda, otra de las grandes citas que aguarda en San Sebastián.


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