01 de Septiembre del 2013 | etiquetas: Festival de Venecia, Festivales 2013, Crítica
TwittearAviso para navegantes, quien suscribe esta palabras probablemente sea uno de los pocos seres en la faz del universo que no ha sido cautivado por la obra de Hayao Miyazaki hasta el momento. Y digo hasta el momento, porque "The Wind Rises" logra aquello que no lograron sus aclamados antecesores. Ganarme por completo.
¿De qué va?
La historia del creador de los cazas que más tarde se convertirían en los kamizakes que se estrellaron contra Pearl Harbour y desataron el caos.
¿Quién está detrás?
El director de "La Princesa Mononoke" se aleja del mundo de fantasía que ha hecho característico su cine y sobrevuela los comienzos de la Segunda Guerra Mundial a través de una estética y realismo que solo Studio Ghibli podría lograr.
¿Qué es?
Miyazaki en la vida real
¿Qué ofrece?
El nuevo Miyazaki nos llega en su versión más realista, romántica y melodramática. Así es como "The Wind Rises" despega y vuela alto, dejando de lado el mundo de la fantasía y la fábula que tanto ha caracterizado la obra del incontestable referente mundial del cine de animación, para sumergirnos en el dramático realismo (y a ratos epatante onirismo) de una historia impregnada de detalles íntimos, familiares, y un trágico romance inmerso en Tokio, una ciudad azotada por el hambre y la pobreza allá por los años 30.
El principal, y probablemente, único problema con el que debe lidiar "The Wind Rises" es el hecho de presentar como protagonistas a los japonses, aliados de los nazis por aquel entonces. Terreno pantanoso que Miyazaki sortea con éxito presentándonos un personaje carente de inclinación ideológica alguna que sin embargo, se excede en su absoluto fanatismo por la ingeniería aerodinámica. Alguien mucho más preocupado por crear un avión técnicamente incontestable, que una mera máquina de matar. Alguien con quien logro empatizar, muy a pesar del bando en que se encuentre.
"¿Por qué hay tanta pobreza en Japón?" "Porque todo nuestro dinero cae en saco de los alemanes a cambio de que compartan con nosotros su innovadora tecnología". Es una conversación literalmente extraída del film, que nos demuestra claramente que Miyazaki bien sabe el peligroso terreno en que se mueve. Hecho que resulta clave para vivir con profunda ternura y entrañable emoción una sensible y apasionada historia de amor que se erige, sin duda alguna, en el secreto mejor guardado por "The Wind Rises". Los pelos de punta y la emoción a flor de piel. Así es como tomo tierra tras tocar el cielo bajo el mando de un sensible, bello, tierno y definitivamente irresistible Hayao Miyazaki.
Nota: 8 / 10