En cuanto a la organización se ha hablado mucho, no voy a entrar a valorar los diferentes detalles que se pueden leer en los medios, así como las diferentes acusaciones, tan solo me voy a limitar a contar las cosas desde mi punto de vista y como yo lo viví, teniendo en cuenta que fui durante buena parte del reccorrido alrededor de la posición 200.
Por lo tanto, lo único que puedo criticar es el gravísimo error en la indicación de la distancia hasta el avituallamiento del Pico de la Cruz desde El Reventón, donde se marcaron 12,4 kilómetros y según mi GPS fueron casi 17. La diferencia es suficientemente importante como para comprometer cualquier previsión que hayamos planteado, más aún, si tenemos en cuenta que este es uno de los tramos más duros de la prueba donde se va desde unos 1400 metros de altura hasta más de 2300, con muy pocas zonas de sombra y con el sol pegando fuerte.
Hasta el Pico de la Cruz llegué muy justo a pesar de bajar el ritmo al ver que algo fallaba en las mediciones. Sinceramente ver como pasaban los metros y no había atisbo de que llegara el avituallamiento me desmoralizó un poco y me hizo hasta dudar de si estaba contando bien los kilómetros.
Este punto ha sido probablemente el más criticado. Por su parte, la organización ya ha informado en un comunicado que rectificará, algo que está bien, pero también me gustaría comentar que ya no es un tema de poner o quitar un avituallamiento más, todos sabíamos que habían quitado el del Pico de la Nieve desde hace meses(http://www.transvulcania.com/index.php/es/noticias/2-noticias-es/142-nueva-distribucion-de-avituallamientos-mas-exigente-y-segura) , el problema fue el dichoso cartelito con los 12,4 kilómetros, que a todos aquellos que no conocíamos el recorrido nos supuso como poco, un rato de intranquilidad al ver que ese avituallamiento no aparecia.
Después de esto, vamos a la carrera …
Cuando me acerco al arco de salida veo que ya había bastante gente y poco a poco nos fuimos colocando todos según llegamos, aunque realmente nos sirvió de poco, ya que pasado un buen rato la organización nos hizo salir para pasar el control de chip. Esto hizo que la gente se pusiera un poco nerviosa. Probablemente realizar el control de chip en la entrada al arco de salida desde la zona de el Faro según llegan los corredores, podrían evitar esta aglomeración y nerviosismo innecesario.
Con el control pasado estaré entre los 400 primeros. El espacio se contrae según se acerca la hora de la salida hasta llegar a un punto en el que apenas puedes moverte para calentar o estirar un poco. El viento se ha calmado. Por megafonía nos indican que debemos tener cuidado con la salida. Hay un nuevo muro en la zona de el Faro que estrecha más la zona de paso inicial y el tampón será grande.Ya solo quedan unos minutos para empezar y veo como las pulsaciones suben poco a poco, síntoma de que me voy poniendo más nervioso según se acerca el gran momento ... es imposible no pensar en si llegaré bien, si conseguiré acabar y realmente como será lo que me espera por delante.La salida es muy alocada, todo el mundo quiere pasar, todo el mundo sabe que si no estás bien colocado te puedes comer un tapón y cada uno intentamos hacernos nuestro hueco mientras que no tardamos en meternos en el estrecho sendero por el que cada cual va por donde puede, a tramos por dentro, a tramos por fuera intentado encontrar alguna zona con menos grava.
Lo de la grava tiene mención especial. Según avanzas el pie se hunde a cada paso, atrapándote y generando un gasto extra, y en cierta forma modificar la pisada y el impulso, lo que finalmente como cuento más adelante hará que los psoas lleguen castigados al kilómetro 24.
Pasados treinta minutos me tomo el primer gel y en todo momento voy bebiendo pequeños sorbos de agua, mientras que el grupo se va estirando y se va formando la espectacular hilera de frontales que tantas veces hemos visto en las crónicas y videos de ediciones anteriores … pero esta vez estoy yo aquí para vivirlo, contemplarlo y disfrutarlo mientras sigo ganando posiciones por una zona más pistera que da un ligero alivio a la sensación de agobio inicial.Entramos en Los Canarios, sinceramente es grandioso la cantidad de gente que se agolpa a ambos lados y nos anima. Te dan alas en esta rampa final hasta el avituallamiento, donde realmente bebo un poco de agua y nada más, apenas llevamos 6 kilómetros de carrera y aparte de ofrecer un aliciente al espectador, tal vez este avituallamiento no sea muy necesario.
Tiempo en carrera 1 hora y posición 302.
Gravilla, gravilla y más gravilla por un terreno escalonado con zonas de largas subidas es lo que tenemos por delante. Por un momento pienso que tengo que parar y quitarme todo lo que se me ha metido en las zapatillas, voy pensando en que voy a terminar bastante tocado por las rozaduras, pero sinceramente me encuentro muy bien y no veo el momento oportuno, o no quiero verlo … el caso es que el día va levantando y el espectáculo que La Palma tiene preparado para nosotros comienza a mostrarse según voy ganando posiciones y metros positivos hasta llegar a Las Deseadas en un tiempo de 2 horas 26 minutos y posición 257.
Otra nota más. Pensé en llevar polainas para evitar que se metiera toda la tierra y gravilla dentro de la zapatilla, pero por otro lado la refrigeración del pie en mi caso se ve mermada y por ello decidí no llevarlas. En caso de que las lleves te las podrías quitar en el kilómetro 24, desde donde ya no serían tan necesarias en toda la prueba.
En el avituallamiento de Las Deseadas los voluntarios me llenan los bidones mientras que yo como algo de fruta y bebo … que grandes son estos chic@s.
Continúo camino de El Pilar por una zona más tapada con zonas de bajada y llanos no muy técnicos, pero que hay que tomarse con tranquilidad para no desgastarse demasiado. En todo momento sigo comiendo, bebiendo y tomando pastillas de sales cada hora.
Ya en El Pilar, otra vez emoción al ver tal cantidad de gente animando. Mi mujer está esperándome con la gorra, tal y como teníamos planeado, y ya la doy el frontal y el pañuelo tipo buff con el que he iniciado la carrera. A estas alturas losmanguitos blancos de Skins no me molestan y no noto calor en exceso, pero sí que me protegen de los rayos del sol, por lo que decido seguir con ellos. Cargo nuevamente los bidones y como algo más de fruta y frutos secos.
Llego hasta El Reventón tras pasar unos cuantos kilómetros monótonos de pisteo. Para algunos es la zona cómoda de la carrera, también la menos atractiva desde mi punto de vista. Llevo 3 horas 25 min y posición 221. La verdad es que después del susto la cosa no ha ido mal y sigo ganando posiciones. Una vez que nos unimos los corredores de la Maratón y de la Ultra es complicado saber si los que te pasan son de la ultra o de la maratón y pierdes un poco la referencia de cómo vas.Continúo hacia la zona más espectacular de la carrera, lugar donde se han generado buenas partes de las críticas que comenté al principio de esta crónica. Es un tramo con mucha subida en busca de la arista de la caldera, con algún tramo corto de bajada técnica y cada vez por sendero más pedregoso donde poco a poco se va dejando atrás la vegetación y el sol aprieta cada vez con más fuerza.
El espectáculo es sublime, no tengo palabras para detallaros la belleza y la sensación que supone correr bordeando la Caldera de Taburiente.
Por precaución, aunque me queda algo de agua, bajo el ritmo.El avituallamiento no llega, aunque si lo hace mi nerviosismo, veo que las cuentas no me cuadran. Pregunto a las pocas personas que me encuentro en esta zona viendo la carrera a cuanto está el avituallamiento … unos me dicen a 2 kilómetros. Pasado 1 kilómetro vuelvo a preguntar y me dicen a 3 kilómetros. Si ese buen hombre supiera el mazazo que fue en ese momento que me dijera que todavía faltaban 3 kilómetros, estoy convencido de que no hubiera abierto la boca, o me habría engañado y me habría dicho que estaba detrás del siguiente giro ... pero cuanta razón tenía el buen hombre.
A mi derecha, veo la carretera que serpentea hacia arriba … “está claro, esa carretera llega a la cima que es donde deben haber colocado el avituallamiento” pienso, y así era. Unos 500 metros antes de llegar veo a una chica sentada junto al sendero con una nevera, la pido un trago de agua … ella me ofrece también Coca-Cola, “no, no, con agua me vale” la respondo, con tan solo mojarme la boca la sensación de alivio es maravillosa … GRACIAS !!!
Por fin alcanzo el avituallamiento del Pico la Cruz en 6 horas y 51 minutos. La ducha sabe a gloria y me tomo mi tiempo para hidratarme bien, comer fruta y que me llenen los bidones.
Aunque el observatorio del Roque de los Muchachos lleva viéndose desde mucho antes del avituallamiento del Pico de la Cruz, parece que no llegas nunca. El sol pega fuerte, el aire es prácticamente imperceptible y la sensación de calor sube por momentos. El terreno desde el Pico de la Cruz al Roque de los Muchachos es exigente con fuertes subidas y bajadas técnicas por terreno pedregoso. La vista engaña y parece que ya estás llegando, pero el sendero vuelve a bajar para otra vez subir hasta el acceso final a la zona de avituallamiento.
Tiempo en el Roque de los Muchachos: 7 horas 51 minutos y posición 179.
Esta vez el bautismo lo lleva acabo un voluntario con una gran jarra de agua la cual derrama sobre mi cabeza transportándome a la mayor de las glorias. Veo que en este avituallamiento también hay platos de pasta, sinceramente no me entra nada que no sea fresco y que contenga agua, por lo que tiro de fruta y de gel.
Y aquí estoy, a punto de iniciar la temida bajada (al menos para mí), aunque realmente todavía quedan unos cuantos repechos que salvar, más de los que me pensaba. Es un tramo bastante rompe piernas y técnico que tiende a bajar hasta donde realmente se inicia la zona de pura y larga bajada.Aquí creo que la falta de agua de los kilómetros anteriores me pasa factura y no voy con buenas sensaciones … segundo susto de la jornada … la sensación de calor aumenta y con las fuerzas más justas de lo que me hubiera gustado bajo tranquilo y asegurando para no castigarme de más.
La bajada en sí, es técnica, con tramos de sendero no muy inclinados que actúan a modo de descanso, todo ello salpicado de alguna zona de pinar que da cierto alivio a la sensación de calor que llevo encima. Sigo bebiendo abundantemente, comiendo y tomando sales para intentar recuperarme un poco. Se me hace largo y pesado, volviéndose insufrible la zona de asfalto antes de llegar a las famosas “zetas” empedradas sobre Tazacorte.
Llego al último punto de avituallamiento, Tazacorte, en 10 horas y 33 minutos con mejores sensaciones. Me hidrato, me refresco y como un trozo de fruta.
La gran recta en ligerísima subida por la localidad de Los Llanos se hace interminable. Ves uno de los arcos de llegada al final, la gente agolpada dando ánimos, dándo la enhorabuena por terminar, ofreciéndome la mano a cada metro. A pesar de lo larga que se me hace la recta la gente da alas … te emocionan … te hacen dar un poco más y aunque el cuerpo me pide a voces andar, sigo corriendo consumiendo cada metro de esa alargada alfombra azul que supone el carril bici, con el regalo de los Palmeros haciéndote sentir que estas terminando algo grande.
Con esa sensación tan especial llego a meta, contento, feliz, orgulloso y sobre todo satisfecho de mi carrera, con el sentimiento de haber disfrutado de la prueba más espectacular de mi vida.Tiempo en meta: 11 horas y 22 minutosPosición: 189 de la general.
Una vez que me lo creo y hago un balance rápido de daños (nada serio) ... me doy un agua rápido en las duchas colocadas por la organización para antes de pasar por el fisio, y espero durante unos pocos minutos mi turno para que me suelten un poco los gemelos y tibiales.
Como anécdota, en estos minutos de espera se acerca una niña a pedirme un autografo ... obviamente alucino y no deja de sorprenderme el modo tan especial de vivir la carrera que tiene esta gente, es increible. El caso es que la niña lleva la libretilla con unos cuantos autógrafos más y luego pude ver algún chaval más iba por la zona de meta pidiendolos.
Carrera a repetir sin lugar a dudas.