Como ya dejé bastante claro en el anterior post, por mi parte, lo mejor de Riga ya estaba visto, lo cual no quiere decir que la capital letona sea un ¡meh! de manual. El caso es que su compacto y algo desdibujado casco histórico del que ya no le quedan sus antiguas murallas derribadas en el siglo XIX se sitúa al margen derecho del río Daugava, fue un centro mercantil estratégico durante siglos, lo cual se refleja en sus edificios, el casco antiguo alberga un atractivo conjunto de almacenes medievales, casas gremiales y casas renacentistas de estilo centroeuropeo.
Riga estuvo dominada por alemanes, suecos, rusos a través de los siglos, sólo hasta 1991, no tuvo realmente su independencia como país. La idiosincrasia letona viene por tanto muy determinada por el carácter nórdico y ruso del que aún siguen recelando por su convulso pasado.