CRÓNICAS BARCIANAS y otras historias del exilio español

Por Mauriciojaviercampos @mauriciojcampos
Estos trabajos de recuperación histórica sobre el Grande Oriente Español en el exilio implican una colaboración muy estrecha con los editores de El Masón Aprendiz y los Hh.´. de la G.´. L.´. Simbólica Española.
Palabras previas
Admiro el quehacer y la Masonería pro-activa de las Potencias que integran el Espacio Masónico de España. Son ellas: El Derecho Humano, la Gran Logia Femenina, el Gran Oriente de Francia y la Simbólica Española. Esta mención no va en desmedro de otras Obediencias. Existe un espíritu de cooperación mutua muy loable, que abarca diversos intereses comunes de cara a la sociedad en la cual la Institución está inserta. Desde mi perspectiva no puede existir una Masonería coherente con su época, si más allá de su trabajo interior en las Logias, no se aboca en plenitud a las problemáticas actuales, si permanece ajena a su tiempo y los debates que involucra: derechos humanos, laicismo, mixticidad en pie de igualdad, progreso social en todos sus aspectos, libertad absoluta de conciencia, aceptación de la diversidad, medio ambiente y multiplicidad de etcéteras.
La Masonería española, a pesar de haber visto diezmada sus estructuras y, peor aún, las penurias padecidas por sus miembros bajo la dictadura del Generalísimo Franco, en apenas treinta años se ha reconstituido con notable fortaleza, variedad de vertientes y una calidad de afiliados, pese a su relativamente escaso número, de elevada calidad moral e intelectual. Prefiero no dar nombres, ya que pecaría por omisión y olvido y la lista es muy abarcativa. Vale la pena mencionar la tarea de la Fundación María Deraismes y la revista Cultura Masónica, y la editorial que la publica, por los extensos catálogos y sostenida calidad de sus ediciones.
Después de leer una reciente entrevista a Richart Sennett (The Guardian y Clarín, 14/4/12), rescato los siguientes conceptos que considero acertados al respecto de los tópicos abordados, algunos de los cuales, y en boca de este destacado sociólogo, suenan inquietantes:
"(...) explora las dimensiones de habilidad, compromiso y juicio (...) Todo buen artesano mantiene un diálogo entre unas prácticas concretas y el pensamiento; este diálogo evoluciona hasta convertirse en hábitos, los que establecen a su vez un ritmo entre la solución y el descubrimiento de problemas". 
"Aquí la palabra cooperación es clave y a ella se suma sociabilidad. Sennett habla de salir de la crisis aprendiendo a colaborar. Otro concepto simple en su apariencia pero por demás complicado a la hora de practicarlo y compartirlo con el mundo (...) Colaborar no es una cosa para hacer porque seamos buenos, es una estrategia básica de sobrevivencia que frecuentemente olvidamos de aplicar".
"-Usted sostiene que estamos perdiendo el impulso de cooperar con personas diferentes a nosotros, lo que llama "el Otro intratable". ¿Pero el impulso no se fortalece con el aumento de la migración y la diversidad?"
"-Yo no diría que el impulso de cooperación se debilita, sino que se está deformando. La mayor desigualdad significa que la distancia entre las clases sociales aumenta (...) La indiferencia se convierte en la forma de manejar la diferencia. La gente se vuelca a los suyos, no a un complejo tejido social en el que las personas se mezclan".
"-¿El multiculturalismo pasa por la alienación y la indiferencia en lugar de por la cooperación y la solidaridad?"
"-Por supuesto (...) Cuando tienen que tratarse no saben que hacer".
"-Escuchamos mucho hablar sobre comunidad. ¿Qué significa comunidad para Usted?"
"-Lo que no significa para mí es un lugar para dormir".
"-(...) hace hincapié en la importancia del pensamiento dialógico. ¿Qué es?"
"-Supone concentrarse en escuchar lo que la gente quiere decir pero no dice, en hacer que se exprese. Esa es para mí la base de la cooperación compleja. Es ser capaz de escuchar a otro sin identificarse. Se relaciona con cómo ser curioso respecto de otras personas".
Motivado por los hermanos editores de El Masón Aprendiz, u otros medios como Memoria Masónica del G. O. de Francia, inicié una búsqueda más exhaustiva en mis archivos con respecto a, entre otros temas históricos, las Logias francesas, la mujer y el librepensamiento o, en el caso que nos incumbe en esta oportunidad, el exilio de los republicanos españoles y la obra de los masones del Grande Oriente Español en Argentina y Latinoamérica. Dicho trabajo no va en detrimento de mis investigaciones sobre el Gran Oriente Federal Argentino, Potencia adogmática y liberal que interactuó profusamente con la Orden en Europa.
Después de lo dicho, no me resulta disparatada la idea de tender un puente entre aquella vieja Masonería de la Segunda República, de notable influencia también en nuestra región, sobre todo en el período de 1920-1960, y la actual, practicada en suelo español. Después de cuarenta años, surge revitalizada, no teniendo nada que envidiar a sus predecesores, tanto en su patria, como en Latinoamérica, y constituyéndose en faro para los países de habla hispana y un ejemplo de comunión y ecumenismo digno de intentar imitar.
Aquí, la palabra de Javier Otaola, un referente ineludible de hoy en día, como hacen explícito sus editores, y algunas de sus visiones sobre la Masonería, volcadas en una entrevista en ocasión de la presentación de uno de sus últimos volúmenes.

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"Como aquel personaje que imaginó, era un hombre ilustrado con innumerables historias".Bradbury, por Pablo Capanna
"Pero hay que cuidarse de estos muertos de gesto manso y que solo saben decir frases conciliadoras. Cuando menos se piensa, levantan la losa bajo la que yacen y, con gesto categórico, ofrecen a su pueblo oprimido el ansiado desquite". Luis Jiménez de Asúa.

Sede del Gran Oriente Federal Argentino a fines de los años 30. A pocos metros se encontraba la oficina de prensa al servicio de la República Española (en el Nº 1888 de la calle Sarmiento). Muy activo al respecto fue Juan Manuel Iniesta, miembro del G.O.F.A. y Gran Maestre de la Gran Logia Regional del Centro de España en 1932/33. En Argentina, fue Gran Maestre de la Gran Logia Hispano-Americana y durante varios años delegado del Grande Oriente Español. A su muerte, la revista Verbum le dedicó extensas crónicas a su vida.La sede fue testigo de las conferencias habituales de Augusto Barcia Trelles y Manuel Blasco Garzón, miembros de honor de la Obediencia y de Luis Jiménez de Asúa.  En 1941, Verbum publicaba, en sucesivas páginas del mismo ejemplar, textos de estos últimos tres notables intelectuales españoles exiliados.
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Tres radiografías españolas (1)La quinta columna en la Masonería, por Augusto Barcia
"Quisiera que todos los hombres libres, puros de ideas, sanos de intención y rectos de propósitos, que en tan gran número aparecen inscriptos en  la Masonería, cuidasen con el mayor esmero de ver con claridad y de observar atentamente lo que pasa en rededor de ellos.
Son las Logias hoy, como lo fueron siempre, lugares fáciles de acceso, al propio tiempo que sitios de acción buscados y preferidos por los agentes provocadores. Estoy seguro de que andando el tiempo la historia ha de confirmar cuanto ahora escribo. Sobre ello no siento dudas ni admito vacilaciones.
Las quintas columnas (2), en todo lo que tenga relación con los trabajos para captar o dividir a los hombres de izquierda, se insinúan dentro del campo masónico.
De siempre, entre los neófitos de la Orden, hubo hombres apasionados y de buena fe, que por vehemencia temperamental, por fogosidad excesiva, son materia fácilmente moldeable para los agentes provocadores que se infiltran en las filas de la Orden con propósitos siniestros. Adoptan estos actitudes demagógicas para enardecer a los que con el mejor deseo están ávidos de ver la Institución realizando grandes campañas redentoras, extraordinarios empeños revolucionarios en el mundo profano.
Como nuestro credo y nuestra doctrina nos mandan, antes que nada y más que todo, cuidar de que los afiliados se perfeccionen espiritualmente, y como toda evolución del alma tiene que hacerse paulatina, mesurada y gradualmente, única forma valedera de alcanzar más refinados estados ideales y morales, los verdaderos maestros, que conocen sus deberes y cumplen fielmente su cometido, son blanco de las censuras primero, de los ataques después, de las calumnias, por fin, que ponen en práctica y manejan los agentes provocadores. Sus actitudes apasionadas, sus grandes gestos histriónicos, su valentía verbalista, impresionan a los crédulos, captan a los vehementes e influyen en los que, impacientes, esperan que la gran obra de la Orden se lleve a cabo en unos meses, en una semanas, en unos días y hasta en unas horas. Quieren borrar la acción, imprescindible e indispensable del tiempo. Que en el orden espiritual, como en el material, las semillas no germinan, se desarrollan, florecen, fructifican y maduran más que disponiendo de los días necesarios para que se cumpla plenamente la evolución de su vida.
Vivimos horas muy difíciles y muy ingratas; pero, aún más peligrosas. Si la Orden no cuida de esta doble y difícil misión: depurar bien sus filas y acentuar la disciplina, le aguardan decepciones y fracasos sin fin.
Tengo una triste y dolorosa experiencia, de la que he de hablar detenidamente -cumpliendo lo que estimo obligación ineludible e inaplazable- en fechas muy próximas. Entonces diré, con demostraciones hechas documental y testificalmente, cómo a los hermanos de Bélgica y de Francia, en los años de 1936, 1937 y 1938, les hice advertencias, les formulé prevenciones y hasta me propasé a darles consejos, que seguramente hoy, entre los dolores del remordimiento y de las desgracias que les agobian, recordarán mis palabras.
Allí se advertían divisiones, diferencias, escisiones, polémicas insensatas, disputas absurdas, que minando la unidad de la Orden, la condenaban a la esterilidad y preparaban su completa ruina.
Invito a cuantos tengan interés verdadero y sinceros propósitos de velar por el patrimonio espiritual de nuestra Institución a que estudien con cuidado, analicen con todo esmero lo que fue el proceso del decaimiento, hasta su desaparición, de la Masonería en Italia, en Alemania, en Polonia, en Austria, en Dinamarca, en Bélgica, en Holanda, en Yugoslavia y en Grecia, para llegar a conocer cómo se formaron "las quintas columnas" en estos países.
La terrible, espantosa, infernal persecución de la Masonería en España, obra de la Gestapo y de la Ovra (3), que en su saña satánica llegaron a cometer los crímenes más abominables -no hay en la historia de la Masonería, ni en la de las sectas perseguidas, nada igual- porque en España no lograron penetrar en los Templos ni dividir nuestras fuerzas. Esas horrendas ejecuciones, practicadas con una ferocidad que espantaría  a las hienas si estos animales pudieran comprender lo espantoso de aquellos crímenes y asesinatos, fue simplemente una venganza".
Eduardo Benes, por Luis Jiménez de Asúa
"Checoslovaquia solía ser designada con el título de "República de Profesores". Su animador moderno, Tomás G. Masaryk, había sido catedrático de Filosofía, en Viena primero y en Praga después, durante el mando de la Doble-Monarquía. Eduardo Benes, fue profesor de Sociología en la capital de Bohemia, y más tarde en la Universidad de Dijón, durante su exilio en Francia en los años de la primera guerra universal, mientras conspiraba por el renacimiento de su patria. Muchos personajes del Estado checoslovaco eran también profesores. De Historia lo fue Krofta, el Ministro de Negocios Extranjeros hasta 1938, que ejerció antes cargos diplomáticos, simultaneados con su cátedra de historiador.
Cuando yo llegué a Praga, como Ministro de España, Masaryk era un cuerpo que se sobrevivía. Murió a los ochenta y siete años, en septiembre de 1937. Solo le ví de lejos, paseando en un automóvil a marcha lenta, en los días primaverales del año en que acabó sus días. En cambio sí traté a Benes con más intimidad que la usual en un representante extranjero.
Es un hombre pequeño y enjuto, joven aún. Enormemente culto y acaso el estadista que mejor conocía la política internacional. Desde 1918, hasta que fue elevado a Presidente de la República, Benes desempeñó -con solo una breve interrupción- el cargo de Ministro de Negocios Extranjeros. Fue uno de los mentores de la Sociedad de Naciones y su autoridad en Ginebra tenía peso decisivo. Si quien le hablaba era profesor, enseguida podía comprender que conversaba con un catedrático. Exponía Benes los asuntos como podía explicar una lección en su aula: método perfecto, principios y consecuencias, esquemas y clasificaciones. Otro rasgo -aunque no genético y sí adquirido- era su francofilia. La vida en aquella pacífica Universidad de provincia y su trabajo de libertador en París, le aficionaron, hasta la pasión, a la "dulce Francia". Tercera característica: Benes es un hombre de rectitud moral insobornable.
Para un determinista esos tres ingredientes de su personalidad decidieron su suerte. Sabio, y por ello un poco ingenuo; amador de Francia, y por serlo, incapaz de desconfiar de ella; bueno hasta el más superlativo grado, y por bondadoso, imposibilitado de sospechar deslealtades. Era un hombre proclive a ser víctima de la política de intereses y traiciones que precedió a la guerra actual.
Una noche dramática, del 21 al 22 de septiembre de 1938, los Ministros de Francia y de la Gran Bretaña, dirigidos por "apaciguadores", se presentaron en el histórico Castillo de Praga a la poco diplomática hora de las dos de la madrugada. Iban a exigir al Presidente de Checoslovaquia que cediera a las imposiciones de Hitler, aceptadas ya por Chamberlain en su primer "vuelo de paz" a Berchstesgaden. La resistencia de Benes se quebrantaba por la amenaza de aquellos dos diplomáticos... sin diplomacia. "Si Su Excelencia no acepta, decía uno de los Ministros Plenipotenciarios, tendremos que comunicarlo a Alemania, que procederá en consecuencia". "Hemos de participarle también a Polonia -añadió el otro, más taimado-, a quien le interesa la suerte de este país por tener en su suelo polacos irredentos".
La intempestiva visita de aquellos diplomáticos se celebraba en un castillo que posee una ventana registrada en la historia. Recordemos. Fue hace trescientos años. Estaban ya lejos los días de las guerras hussitas y la Contrarreforma sojuzgaba aquel suelo, precursor de las guerras de libertad religiosa. Tras la conciliadora actitud de Maximiliano II, el catolicismo intransigente de Rodolfo sojuzga a los checos. La más terrible persecución se inicia entonces, en los albores del siglo XVIII, con el imperio de Mathias. Pero los "perros bohemios", como los llamaban los austríacos, eran difíciles de dominar. En 1618 los representantes del Emperador fueron arrojados desde una ventana del Castillo de Praga. Así empezó esa gran lucha religiosa que agitó toda Europa durante treinta años.
Jamás un Jefe puede perder su compostura hasta el punto de hacerse justicia por su mano. Y el pueblo no estaba en el castillo aquella terrible noche de septiembre de 1938. Por eso no fue continuada la tradición "defenestradora" de Bohemia.
Es difícil hablar de Benes para un español. Su nombre lleva una inmensa carga afectiva. Eduardo Benes fue el único Jefe de Estado europeo que comprendió la lucha de la libertad sostenida por la República Española. Y es difícil hablar de ese hombre excelso, por otro motivo. El presidente de Checoslovaquia no es el pasado, que se narra y juzga; es la esperanza de libertad para su pueblo, nuevamente esclavo. Y las esperanzas no se analizan y razonan: se sienten y se aguardan".
Rerum Novarum, por Manuel Blasco Garzón.
"Acaba de celebrarse con cierto aparato llamativo, el cincuentenario de la publicación de la Encíclica Rerum Novarum. Los órganos católicos han aprovechado la ocasión para destacar el suceso como una prueba evidente de la preocupación social de la Iglesia y de su palpitante interés por las cuestiones enlazadas a la relación entre el capital y el trabajo, y desenvueltas en un plan de justicia social.
Sobre su autor, el papa León XIII, de figura magra, estilizada y fina, se han tejido multitud de comentarios resaltando su profundo eco evangélico.
Pongamos a todo esto un breve y conciso comentario. Rerum Novarum, tales son las palabras iniciales del documento romano, supone que los tiempos nuevos exigen una nueva dirección y un nuevo modo de contemplación. Y aquí está el primer punto de crítica. Para el cristianismo, en su pura acepción doctrinal, surgida de la fuente evangélica, los tiempos nuevos no pedían otra cosa que la práctica del ideal. Señalar a los católicos una nueva conducta, implica nada menos que la confesión expresa del olvido de sus deberes cristianos. La Encíclica, pues, tiene en este sentido una alta valoración. Es la confesión de que el catolicismo es la negación y la contradicción de lo evangélico. Y aún de la filosofía clásica de los primeros teólogos. La propiedad tiene una función social. El derecho a la propiedad palpitante en todo hombre se contrapone y lucha con el derecho de propiedad ejercido por uno cualquiera.
Este ejercicio se fundamenta solo en el bien social que del mismo dimana. La religión católica se había olvidado de su origen y de sus máximas y porque se hace de ellas pálido recuerdo en Rerum Novarum, se le da valor fundamental a esas declaraciones. ¡Poco a poco, que el estrépito no se compadece con el fenómeno! ¡Se dan como ejércitos aguerridos, los míseros rebaños de ovejas transhumantes! El delirio, por irrazonable que sea, tiene también límites para su forja.
De la publicación de esta Encíclica, se originó un movimiento denominado "democracia cristiana". Tuvo este movimiento un caudillo y un definidor italiano: el sacerdote Don Sturzo. Y una contraposición evidente en el movimiento fascista. La democracia cristiana pedía respeto para la libertad individual, derecho de educación, reconocimiento de la dignidad humana, sentido de la responsabilidad. El fascismo -que después del triunfo fue haciendo su doctrina entre los viejos telones de foro de la casa de Saboya-, negó la personalidad y afirmó el poder omnisciente del Estado y la moral de la violencia como fórmula de gobierno. La democracia cristiana que se levantó al amparo de las declaraciones de Rerum Novarum, vive hoy estrangulada en Italia y en el mundo. Su conductor sometido a régimen de silencio y alabado y engrandecido el nombre de Mussolini. El sucesor de León XIII ha defraudado a su antecesor, después de conseguido el pacto lateranense. Por la miserable prebenda del reconocimiento de la temporalidad del poder en el límite restricto de la Ciudad Vaticana, la doctrina se ha plegado ante el dictador y el agua bendita ha podido caer como rocío benéfico sobre el ateo de "Avanti" y sobre el novelista ramplón de "La hija del Cardenal". (4)
Por lo demás, véase como el pietismo que surge a la vida al calor de la Encíclica, ha logrado fruto en todos los pueblos. En España, los católicos, se han lucido en la represión y en la persecución. En Francia... Pero, ¿a qué recordar? El espectáculo doloroso ha arrancado bastante quejas y no las suficientes, del corazón de los pueblos. Y a pesar de Rerum Novarum y de su aparente trascendencia, son los clientes de las iglesias y las beatas más asiduas, los que explotan a sus prójimos y esterilizan toda acción de concordia. En las puertas al parecer bien ornamentadas de disimulados conventillos, se alzan los escudos recordatorios de aquel célebre congreso eucarístico. También en algunas residencias conventuales, cuyos habitantes descienden espiritualmente de los que explotaron los yerbales del Paraguay y dieron hambre y dolor a los indios trabajadores.
¡Rerum Novarum! Claro que vendrán los tiempos nuevos. Y entonces los hipócritas rendirán cuentas de su conducta y los mistificadores de su embrujado sortilegio y se hará luz en esta tiniebla moral en que los puros valores del espíritu se desconocen y se alzan con detonantes rótulos, como profetas de la buena nueva, los escribas y los fariseos".
**   *Semblanzas
Augusto Barcia Trelles (1881-1961). "Doctorado en jurisprudencia en su patria, España, fue catedrático, diputado a Cortes, ministro de Estado, y presidente del Consejo de Ministros. Durante la Segunda República representó a su patria en el exterior. Exiliado más tarde, se radicó en la Argentina, donde ejerció el periodismo, representó al gobierno español en el exilio y se dedicó a las investigaciones históricas. Entre sus obras merecen ser recordadas José de San Martín; San Martín en España y San Martín en América. Iniciado muy joven en su patria, fue Gran Maestre Nacional del Grande Oriente Español y Gran Comendador del Supremo Consejo grado 33º para España de 1928 a 1933. En la Argentina se incorporó a la Logia Demócrito Nº 160".
Otro de sus libros importantes fue San Martín en Europa.Cabe agregar que fue un conferencista habitual dentro de la Orden, miembro de honor del Gran Oriente Federal Argentino - G.´.O.´.F.´.A.´. y de la Logia 7 de Junio de 1891 de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires, y, como ya mencioné, uno de los prestigiosos directores de Verbum. Completo de esta manera los datos aportados por Alcibíades Lappas, que omite información de la relación de Barcia con el G.O.F.A.
Luis Jiménez de Asúa (1889-1970) Notable intelectual y exiliado español, el H.·. Luis Jiménez de Asúa 33º, hizo uso frecuente de la palabra en la sede del G.·. O.·. F.·. A.·. Fue un jurista especializado en Derecho Penal y político de relevante actuación durante y después de la Segunda República Española. Padeció la prisión y el destierro. Estudió en Berlín, Ginebra y París. Catedrático; autor de numerosos libros y trabajos científicos y miembro de diversas instituciones internacionales. Diputado a las Cortes de la República, trabajó en la Constitución de 1931. Diplomático en Praga (experiencias de la cual se gestó la presente crónica) y en Polonia. Representó a España ante la Sociedad de Naciones. En 1939 se asiló en Buenos Aires y frecuentó al G.·. O.·. F.·. A.·. y, según Lappas, se afilió a la Resp.·. Log.·. Floridablanca, aunque omite las referencias que lo vinculan al G.O.F.A., quizás por su filiación como historiador de la Gran Logia de la Argentina de extracción Regular. Cuando en 1962 muere Diego Martínez Barrio, Asúa le sucede como Presidente de la República Española en el exilio.
Manuel Blasco Garzón (1885-1954). Fue un abogado español y destacado político sevillano. Notable periodista de abundante producción, publicó también varios libros. Fue diputado a Cortes y Ministro. Asimismo fue cónsul en Uruguay y Argentina, y ministro plenipotenciario ante el gobierno argentino. Aquí, Lappas menciona que fue iniciado en 1905 en la Logia Numancia de Sevilla, aunque otros historiadores señalan que lo fue en la Logia Fe del Grande Oriente Español, hacia 1908-10, destacando muy poco en la Masonería española, y aún así siendo condenado en ausencia por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. En Argentina se afilió a la Logia Prometeo del G.O.F.A., de la Capital Federal; la misma que integró el destacado jurista e ideólogo Virgilio Lasca, Gran Maestre de la Obediencia y, entre otros, Georges Conrard, ex Venerable de la centenaria Logia del Gran Oriente de Francia en Argentina, Les Amiès des Naufragès. Blasco Garzón fue muy activo en numerosas entidades, tanto en su patria como en Argentina. Durante toda su vida mantuvo una profunda amistad con Diego Martínez Barrio.
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Referencias
(1) Los textos provienen de la revista Verbum, Tercera época, marzo, abril y mayo de 1941, AÑO I, NÚM. 8. Archivos del G.O.F.A. y Archivo Masónico de Argentina, 1935-2012.
Verbum fue fundada en 1934 por la Logia Res Non Verba auspiciada por el Grande Oriente Español y luego incorporada al G.O.F.A.
(2) Expresión referida a la Guerra Civil Española, utilizada en explícito apoyo a las fuerzas franquistas.
(3) Policía secreta y represora de Italia, bajo el régimen de Mussolini.
(4) Obras literarias italianas, muy polémicas y prohibidas en su tiempo, que cuentan entre otros aspectos, la vida del clero y el ambiente de Roma.
Las fotografías son inéditas y proceden de los archivos del G.O.F.A. y sus publicaciones, actualmente en el Archivo Masónico de Argentina. La primera imagen pertenece a la sede del G.O.F.A. en la calle Sarmiento 1872, única que he podido hallar hasta ahora. En las siguientes aparecen los IIL.´. HH.´. Augusto Barcia y Luis Jiménez de Asúa hablando en la sede de la Obediencia, durante un banquete de camaradería celebrado con motivo del término del receso de verano, en 1941. En la última fotografía se aprecia el banquete de homenaje al IL.·. H.·. Manuel Blasco Garzón, miembro de honor del Gran Consejo Federal; abril de 1948.