Como ya hice con mi viaje a Carcasona, en varias ocasiones en Port Aventura y también en la Isla Fantasía, hoy os explico mi día en el Tibidabo.
Para quien no lo sepa, Tibidabo es el parque de atracciones de la ciudad de Barcelona, situado en lo alto de la montaña del mismo nombre. Inaugurado en el ya muy lejano 1901, se trata de el primer parque de atracciones de España y el segundo mas antiguo de Europa.
Y esa es una de sus grandes ventajas y al mismo tiempo uno de sus inconvenientes. La ventaja es que no es un parque de atracciones en el sentido que los entendemos ahora mismo: enormes extensiones de terreno con atracciones que te pueden ocasionar un ataque al corazón o vomitar todo lo has comido durante el día, patrocinados por grandes estudios de cine, etc…
El Tibidabo es todo lo contrario: atracciones “tradicionales” o incluso históricas como La Atalaya, con sus 50 metros de altura, o los Espejos (que ya se empezaron a usar en el 1905) por no olvidar a El Avion, conviven con la nueva montaña rusa en un entorno que tiene algo de lo que muy pocos parques de atracciones pueden presumir: unas vistas espectaculares. Os dejo una imagen para que lo veáis:
La nueva montaña rusa hace uso de esa singularidad, ya que aunque no es una montaña demasiado espectacular, ni por velocidad (80km/h) ni por altura, si que está diseñada para que su primera bajada tenga vistas a todo el Maresme y Barcelona. Nuevamente es mejor que lo veáis por vosotros mismos:
Por lo demás, hay cosas que si que se han modernizado demasiado: los servicios de comida son exactamente igual de malos y caros que en el resto de parques de atracciones. Es mucho mejor llevarse la comida de casa.
Y para el final dejo el tema de los accesos. Nosotros usamos la opción de dejar el cocho en el aparcamiento del parque situado delante del Hospital de la Vall d´Hebron, desde donde sale cada media hora un autobús hasta el propio parque. La verdad es que esta opción, con un coste de 4,20€ que incluye el autobús y el aparcamiento todo el día, es bastante cómoda, ya que te aseguras aparcamiento casi seguro (en el propio parque es algo difícil aparcar).
Eso es todo, ya que por falta de tiempo (es lo que tiene ir con niños pequeños, que las horas no cunden tanto), no pudimos subir al Avión o visitar el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón que hay en la cima.
Por cierto, si os estáis preguntando si al estar en una montaña hay problemas de accesibilidad (por ejemplo, para los que llevamos carritos con niños o personas con movilidad reducida) os comento que todo el parque es accesible. Pero eso si, ¡cansa un montón!
Un saludo