Crónicas del Campo Santo, Crónica Nº 25

Por Daniel Paniagua Díez

 

Crónicas del Campo Santo Nº 25

Juegan los burros y pagan los arrieros, ¡esto es nuevo!, ¿verdad? Podría llenar una alberca diaria con las tonterías que veo vomitar a las gentes por las calles y ya no digamos en los noticieros.

Algo de andar por casa habrá que pensar; sigo insistiendo en los beneficios de beber agua solarizada, expuesta unos minutos a la luz solar, pero el panorama en las calles, cuando salgo a comprar el pan, es desolador. Está lloviendo, no mucho pero llueve, y la gente va con mascarilla bajo el paraguas para no ser abroncados y multados. ¿Qué nombre hay para eso?

Una balsa de purines se podría llenar, a diario, con las "opiniones autorizadas" de los autodenominados Integrantes del Comité de Expertos en el neoculto del Bicho. Como, al parecer, según dicen y cuentan, la famosa bacteria numerada XIX, mutada artificialmente, sigue campando a sus anchas por campos y veredas (o eso nos quieren hacer creer) la solución encontrada por los dementes dirigentes ha sido: mutar a los seres humanos.

Inmunizados y esterilizados, al abrigo, nos dicen de esa "cosa artificial" pero ¿y de las que son del Natural? Natura es sabia, y aguarda, pues está viendo que están haciendo un pan como unas...

Constantemente se están comprando y vendiendo los datos personales y personalizados que tenemos no solo en las redes sociales si no también en organismos oficiales, tipo SEPE y similares. No hay día que no reciba llamadas al teléfono de números desconocidos para hacerme "ofertas". Y me parece que esto irá a más.

Bueno, bien, ya habéis parado con los vídeos de gatitos, se agradece; vale, este último del gato tomando vino con la patita y después subiendo las escaleras con una torrija del 7 tiene su gracia. Pero vale ya con el tema, ¡porfi!

Comprendamos, compañeros, que las bacterias tienen la sana costumbre de comerse las unas a las otras, y también las empresas capitalistas. No sea usted antibacteriano y aliméntese de ellas, es muy sano. Produzca en su nariz y garganta estupendos macrófagos que se alimenten del fago XIX, que si el video juego produce cocos usted lo ganará usando ¡comecocos!

Con los pinchazos no van a solucionar nada, hay que estar muy ciego para no verlo (oscurecido interiormente) Incluso temo que empeoren la situación y nos hagan pasar otro año haciendo "el pinguino en tierra antartica".


Y no se está pillando al toro por los cuernos si no por el rabo en este asunto: mientras no se prohiba, taxativamente, la producción y experimentación con "bichitos" para la guerra bacteriológica en cuatro años estaremos de nuevo con las mismas mascarillas y tonterías añadidas.

El Prana alimenta, claro que si, especialmente en atmósferas bien cargadas de vida, ¡auténtica vida! Microscópica, germinal, bacteriana; recuerde esto: todos sus antepasados, por milenios, de ella se alimentaron. Ida y Pingala, alimento natural, sin dañar ni a plantas ni animales, ¿esto es nuevo? Vuelva usted a la primera línea de la crónica y encontrará la respuesta a la pregunta.

Daniel Paniagua Díez