Crónicas del campo santo, Nº 3: La ciudad vaciada.

Por Daniel Paniagua Díez

Crónica Nº 3: La ciudad vaciada.
Cuando el día 11 de febrero, viendo las noticias que llegaban de China, di la voz de alarma a mis amistades en facebook y algún otro medio digital parecía que estaba con otra de mis charadas para mongolos. Ponía de ejemplo la estupenda novela de Michael Crichton: La Amenaza de Andrómeda, ¿un poco exagerado tal vez? Fue lo primero que se me ocurrió. Yo no tengo escrito relatos distópicos con pandemias ni cosa similar así pues me pareció un buen ejemplo de lo que se nos podía venir encima si las autoridades competentes no ponían remedios eficaces y rápidos.

Día 15 de febrero de 2020, la depresión, ya ha fallecido en la ciudad de los dos ríos la primera persona por causa del "corona". Fotos del cambio experimentado en el día de ayer, sábado, sin mercado tradicional en la plaza mayor de León, apenas gente por las calles y ni un alma por parques y jardines aunque el día fue primaveral.




Al caer la noche la ciudad parece de ensueño, suenan mis pasos por las calles, se escucha el maullar de los gatos e incluso los chirridos de los murciélagos pasando sobre mi cabeza. Voy a buscar a mi esposa que sale de trabajar a las 22,00 horas y me sorprenden docenas de personas asomadas a las ventanas y balcones poniéndose a aplaudir a las estrellas. ¡Ah! Que no es a las estrellas, es como homenaje a los sanitarios y otros profesionales, como Auro, que están trabajando a estas horas.

Cuando escribo estás lineas las calles están vaciadas, han estado pasando vehículos de policía con la megafonía a tope avisando que no se puede salir a la calle, so pena gorda. Los militares de la Unión Militar de Emergencias patrullan por las afueras pues el número de fallecidos por causa de este nuevo "corona" se acerca peligrosamente a los 300. Se cierran mas y mas fronteras internacionales y los nacionales de España e Italia son los nuevos apestados sociales. No se puede cruzar a Marruecos; ellos sí, de allá para aquí (ya se sabe cómo) Ellos sabrán dónde se meten.En principio parecía exagerado poner esa novela, de la cual se hicieron películas y series de televisión como ejemplo para esta amenaza viral, pero es que tan solo con trajes y equipación especial se puede evitar contraer esta nueva "corona". Las mascarillas y todo eso de la lejía es aguachirle para semejante problema, confío en que me entiendan.
Daniel Paniagua Díez