Crónicas del Campo Santo, Nº 31

Por Daniel Paniagua Díez

Crónicas del Campo Santo Nº 31

Continúa el proceso acelerado de zombificación del pueblo español, y otros. El número de pinchitos no para de crecer, les han hecho creer que estarán... inmunizados. En fin..., contra zombis ya está todo escrito.

Por sumar ideas fértiles en campos agostados: ¿Ha leído algo usted sobre la Teoría de la Panspermia? Básicamente: los ladrillos de la vida, los aminoácidos, están flotando por todo el universo, cuando caen en un planeta que reune unas circunstancias favorables comienzan a producirse formas de vida más y más complejas, dependiendo de los minerales que haya en su superficie.

Comencemos por los minerales: todos los planetas terranos, tipo Venus y Terra Mare, mantienen una serie de minerales en su corteza en cuanto se solidifica lo suficiente. Será caliza, granito, ese tipo de cosas para entendernos. Una vez bien asentada formará la capa superficial, la primera y más densa sobre la que podrá o no nacer vida biológica. Es ciertamente previsible.

Y ahora es cuando entran en juego nuestros "amigos del espacio exterior", estos son Los Meteoritos.

(Consulten ese enlace para saber más al respecto: https://www.litos.net/ )

Por lo general no pasan de ser piedrecitas, aunque se conoce alguno de cierto tamaño, pero lo mas interesante para el caso es que vienen de fuera y traen consigo información diferente, desconocida, que se añade a la de la corteza terrestre. Son pequeñas conciencias que se añaden a la gran conciencia planetaria. ¿Lo pillan?

Prácticamente todas las personas que conozco niegan que los minerales tengan algún tipo de conciencia (hay alguna loca de los cuarzos y cosas de esas, pero ¡bah!; es buena chica y eso...) entonces les resulta completamente imposible comprender qué influencia puede tener un pequeño meteorito sobre el entorno en el que ha caído.

Por disolución, a ver si así lo pillamos. Con el paso de siglos y milenios el meteorito se irá disolviendo, deshaciendo, enterrando, en el lugar donde cayó. A no ser que lo encuentre antes mi amigo José Vicente el Piedras, claro, e irá a parar a su fabulosa colección.

Panspermia, a una conciencia planetaria se le van añadiendo minúsculas porciones (a no ser uno como el que dicen que arrambló con los dinosaurios) de materiales extraños, algunos increíblemente complejos, con densidades muy variables, procedentes incluso de otros sistemas solares. Durante millones y millones de años van cayendo por aquí y por allá...

Van "disolviendo" su conciencia en la planetaria. Sumando, que no restando. Y el más interesante y despreciado de todos los minerales, y meteoros, que disuelve casi todo: El Agua. Después aparece la vida biológica.

Soy un montañero veterano, que ha puesto su lindo culito sobre la cima de unos cuantos picos y hay cosas que tengo bien claro: nosotros nos disolvemos; a algunos no nos queda mucho, por biológico lo digo, y es bueno que así sea.


Daniel Paniagua Díez