Crónicas del campo santo Nª 6
Se va mayo florido y hermoso abriendo una puerta a la esperanza, la cifra diaria de fallecidos ha disminuido significativamente. Media España ha salido ya de las condiciones extremas de confinamiento, un secuestro express, sin pagar un precio excesivamente alto. Los jóvenes pasan, relativamente, de esta charada que tan solo sirvió para inundar el inconsciente colectivo de miedo cerval. Un auténtico Tsunami.
Como en el viejo cuento de Bagdag se está llevando la ola más gente por miedo que por la peste. Ir perdiendo el miedo a la muerte, o aprender a bucear pues tan solo es la primera de las olas y detrás vendrán...
Chica, ¡es que tengo una tos más rara!¡Tienes el Corona!¡¡¡Aggg...!!!Otro para incinerar.
Cierran las fábricas de automóviles pues a este paso para fin de año sobraran los usados y las ciudades serán cementerios de coches.
Los osos bajan en pandilla a los pueblos de Somiedo. ¿No hay folixa, ho? Cagon mi manto... Parece que se les oyera decir a los paisanos.
A este paso vamos a terminar en las espinas pues el rey ya se comió, ¿o era un mero emperador? Se abren públicamente las “casas de alivio” por mor de la salud púbica. (Vamos a ver, vamos a ver, ¿cuándo cerraron?)
Daniel Paniagua Díez