Atrás queda la argéntea dermis del océano atlántico y la idílica playa frente al santuario de Nazaré. No abandono, sin embargo, el cobijo monacal que encuentro, esplendoroso y exultante, ante la estructura del monasterio de Batalha (1386-1517), Patrimonio de la Humanidad desde 1989.
En el distrito de Leiria, también conocido como Santa María da Vitoria, es una maravilla arquitectónica construida por Juan I en estilo gótico tardío de influencia inglesa y manuelino.
El monasterio fue erigido como ofrenda a la virgen por la victoria de las tropas portugueses sobre las filas del ejército de Castilla en la épica batalla de Aljubarrota (1835)
Enorme, formidable, hermosísimo, es una muestra alucinante de gótico inglés con pilares colosales que se funden en la profundidad, abrazando el infinito con sus galerías majestuosas y “arqueadas”.
Si ya me arroba el exterior, igualmente me embelesa el claustro (1438-1481), enorme y ajardinado, construido en tiempos de Alfonso V.
CLAUSTRO
Las columnas están ricamente ornamentadas en estilos diversos de influencia inglesa.
Es recurrente el símbolo de la esfera armilar de Manuel I, presente en la bandera nacional.
Llegan mis pasos hasta la anómala área de las majestuosas capillas inacabadas (1433-38), de estilo manuelino, con sus bóvedas desnudas, son una ventana abierta al firmamento, un pasadizo celestial que nos acerca a Dios.
Fueron encomendadas por D.Duarte para su panteón sobre un diseño de Huguet.