INGREDIENTES:
- 500 g de espinacas ya rehogadas
- 1 kg de bacalao al punto de sal
- 50 g de piñones
- 5 cucharadas colmadas de harina
- 1 l de leche
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva extra virgen
- Pan rallado
- Huevo batido
- Primero rehogamos las espinacas si no lo tenemos hecho de antes, para ello, si las espinacas las compramos en manojos o son de nuestro huerto, como es nuestro caso, les cortamos los extremos de los tallos con las raicillas, las lavamos muy bien y las ponemos a escurrir. Si las compramos de bolsa esto nos lo ahorramos.
- En una olla grande, doramos los ajos picados y a continuación añadimos las espinacas, poco a poco, pues todas juntas no cabrán por lo que abultan cuando están frescas, pero a medida que las vamos rehogando van menguando en tamaño. Cuando baje el volumen las troceamos con unas tijeras. Reservamos.
- Quitamos la piel y las espinas del bacalao y lo cortamos en cuadraditos.
- En una sartén echamos aceite de oliva, pero no mucho pues las espinacas también llevan. Cuando el aceite esté caliente doramos los piñones, los apartamos en un plato y reservamos.
- Rehogamos el bacalao en el mismo aceite y cuando esté hecho añadimos la harina, removemos bien y dejamos que se dore un poco, apartamos del fuego.
- Dejamos que baje un poco la temperatura del bacalao con la harina y comenzamos a echar la leche poco a poco y removiendo para que se vaya integrando y no se formen grumos.
- Una vez que hemos echado más o menos la mitad de la leche y queda una masa líquida es el momento de agregar las espinacas, mezclándolas bien y luego el resto de la leche, rectificamos la sal agregamos pimienta al gusto y los piñones.
- Ponemos la sartén al fuego y movemos constantemente hasta que la masa cuaje y se desprenda de la sartén.
- Vertemos la masa en una fuente y dejamos enfriar. Metemos al frigorífico unas horas antes de formar.
- Formamos las croquetas pasándolas por huevo y pan rallado, freímos en abundante aceite caliente y ¡¡YA ESTÁN LISTAS PARA COMER!!