Lanzarse a hacer croquetas por primera vez no es fácil. Nuestro subconsciente sabe que requiere esfuerzo, y nos intenta convencer de que algo va salir mal durante el proceso. Sin embargo, en realidad es mucho más sencillo de lo que parece y se le coge el truco enseguida.
Hacer unas buenas croquetas por primera vez es uno de los mayores logros que se pueden conseguir en la cocina… Así que os animo a hacerlas, porque aunque requieren trabajo, la recompensa merece la pena, y si añadimos a este reto uno de los productos estrella, típicos de la tierra manchega como es el queso, umm… no os digo más!
PREPARACIÓN:
1. Echamos la mantequilla en una sartén bien grande. Cuando esté líquida añadimos la harina, y removemos con el fuego medio-alto durante unos 3-4 minutos.
2. Añadimos un chorrito de leche y removemos. Veréis que la mezcla se hace más sólida. Os aconsejo remover con unas varillas porque es mucho más fácil que con cuchara. Seguimos añadiendo chorritos de leche poco a poco y sin parar de remover hasta que la mezcla se vuelva homogénea, entonces se añade el siguiente chorrito y así hasta que acabemos con toda la leche (dejad como uno o dos dedos en la botella).
Veréis que la mezcla será muy líquida, tenemos que seguir removiendo hasta que la bechamel se despegue de las paredes. A mí normalmente me lleva unos 30 minutos desde el primer chorro de leche.
3. Cuando esté lista, añadimos sal al gusto y echamos el queso que habremos rallado previamente. Removemos hasta que todo el queso se funda y probamos la mezcla para añadir más queso si hiciera falta.
4. Ponemos todo en un plato y tapamos con papel de aluminio que pegaremos a la masa para evitar que se reseque con el aire, y lo dejamos en la nevera hasta el día siguiente.
5. Al día siguiente, colocamos un plato con dos huevos batidos y otro con pan rallado. Cogemos un poco de masa (que ya estará bastante más firme) con ayuda de dos cucharas y la echamos sobre el pan rallado. Espolvoreamos con un poco de pan rallado y le damos la forma que queramos con las manos. Luego la pasamos por huevo y luego otra vez por pan rallado.
Repetimos hasta gastar toda la masa y ya tenemos nuestras croquetas listas para freir a 175º o para congelar.
Recuerda consumir Productos Españoles!
Your Spanish Foods
Fuente: Cocinillas