Opinión personal:Cuando me enteré de que Begoña Oro iba a publicar una nueva novela juvenil, no dudé ni un momento en hacerme con ella, y más después de haber leído su anterior historia, Pomelo y limón, la cuál me dejó un buen sabor de boca.
En esta ocasión, la historia nos la cuenta Clara Luján Garza, la mejor amiga de María Pinilla, protagonista de Pomelo y limón, y nos cuenta cómo vive su primer amor, la pérdida de un ser querido, el valor de la amistad, problemas familiares, y también... el desagradable sabor del desamor, del querer y no ser correspondido. De esta forma, podemos descubrir lo que ella siente en cada momento, qué personas le caen bien, a quienes no soporta, qué relación tiene con su familia...
Pero, a pesar de que la protagonista sea Clara, cabe destacar a otros personajes muy importantes: Lucas Falcón, ese chico guapo con una sonrisa deslumbrante; Unai Hernán Sabina "No-se-qué" Garzón, un compañero de clase y también amigo de Clara desde que eran pequeños; Natalia, la guapísima y popular de la clase; y el abuelo de Clara que, para mí, ha sido el mejor personaje de todo el libro, el más fresco y divertido, el que me ha sacado más de una sonrisa y una carcajada.
Es destacable la evolución de Clara durante la historia. Poco a poco, según se desarrolla la trama, se va dando cuenta del desengaño que está viviendo; que a veces los amigos no nos dicen lo que creemos que necesitamos oír sino que nos dicen la verdad, aunque esta duela; descubre que algo va mal entre su madre y su abuelo; intenta comprender porqué su amigo Unai se comporta de esa manera... Todo ello en forma de torbellino de emociones que la arrasa como si de un huracán se tratase.
Y quiero mostrarte ahora estas arrugas, para que también a ti te recuerden que después de la primavera va el verano; después del trueno, el relámpago; después de "gracias", "de nada"; pero no siempre después de "te quiero", va "y yo a ti". A veces, después de "te quiero", va "pues yo no". Y no hay forma de decirlo sin arrugar para siempre el corazón de alguien.
El estilo de Begoña Oro me encanta: narra de una forma muy sencilla y se nota la cercanía y sinceridad que aportan sus palabras. Todos los pensamientos y sentimientos que experimenta Clara a lo largo de la historia son muy reales y en algún momento he podido sentirme identificada con ella. Esto es lo que más me gusta de las historias de esta autora, que son sencillas, frescas y, a la vez, realistas.
Por su parte, el ritmo es bastante ágil y fluido: una vez que comienzas a leer, vas pasando las páginas casi sin ser consciente de ello. También influye que es un libro bastante fino, los capítulos son muy breves y hay mucho diálogo y algún que otro dibujo, por lo que ayuda aún más a que la historia se lea sin dificultades.
Croquetas y wasaps es una historia que habla del amor y del desamor, del valor de la amistad y de lo que supone la pérdida de un ser querido. Es una historia sencilla y fresca, con unos personajes muy reales, con los que disfrutarás de una agradable tarde. Una recomendación en toda regla para estas vacaciones.
Puntuación: