Crowding Out, Carry Trade y la deuda

Publicado el 04 septiembre 2014 por Monedarota @Monedarota

“Ni prestes ni pidas prestado” aconseja Polonio a su hijo en la obra Hamlet de Shakespeare. Sin embargo si todo el mundo siguiese este consejo, la actividad económica global se iría al garete o ¿No? El primer artículo tras las vacaciones va a ir dirigido hacia un concepto al que he dado vueltas durante este verano: el “Crowding Out”. Para aquellos que no sepan lo que significa este término, el Crowding Out (o efecto expulsión, en castellano) es un efecto que se da en economía cuando la inversión privada cae como consecuencia de un sobreendeudamiento público. Es decir, el Estado gasta más de lo que ingresa, se genera un déficit presupuestario y se reduce el ahorro nacional. En un modelo IS-LM la oferta de fondos prestables disminuye y el tipo de interés de equilibrio se eleva, expulsando a la inversión privada (familias y empresas) por el sobrecoste de endeudamiento. Obviamente, deberíamos entender esto en un supuesto de economía cerrada, puesto que en una abierta los flujos procedentes del extranjero cambian todo el modelo. No obstante, y aunque esto parezca muy teórico, es lo que ocurre en la economía real.

Durante la crisis de deuda las entidades de crédito europeas pusieron en práctica el “Carry Trade” (Para más información pincha aquí). Este mecanismo permitía a los bancos obtener financiación a un bajo precio en el BCE para más tarde depositarlo en deuda soberana de los países miembros en problemas (estados periféricos) a un tipo de interés (rentabilidad) más elevado. Con este sistema, los riesgos del negocio bancario se veían minimizados puesto que comprar bonos de deuda era un negocio más seguro que prestar dinero a empresas/familias. Por un lado, los estados endeudados hasta los límites paralizaron las inversiones públicas, salvaguardando exclusivamente los gastos financieros y los gastos de las administraciones. Un círculo vicioso en el que la inversión pública quedaba estancada ante la necesidad de reducir gastos y potenciar ingresos. Por otro lado, la inversión privada quedaba fuera de juego ante la posición de las entidades de crédito de no prestar prácticamente nada. Su negocio quedaba fuera de la economía real. Estaba en el carry trade y en la economía financiera. Un bucle de difícil resolución teniendo en cuenta además, la inactividad de un BCE pesadumbrado por el poder de los grandes transatlánticos bancarios (entre los que está el Bundesbank alemán).

Deuda pública vs Inversión – Moneda Rota

Fuente: Banco de España, Banco Mundial.

El efecto Crowding Out en España puede verse en forma de correlación en el gráfico anterior para los años 2009-2013. Observamos como los diferentes puntos de deuda pública y Formación Bruta de Capital Fijo (que integra inversión pública e inversión privada) forman una línea totalmente recta que tiene pendiente negativa. Esa pendiente se puede interpretar como el porcentaje de inversión total que se ve sacrificada por el incremento de un 1% de deuda pública. Se puede ver claramente como el aumento del endeudamiento estatal expulsa tanto la inversión privada como la inversión pública. Una, forzada por las restricciones del crédito, y otra, obligada por las frágiles circunstancias financieras por las que atraviesa el país. 

El boletín económico del Banco de España del mes de marzo de 2014 muestra un encauzamiento de la inversión nacional para los años 2014 y 2015. Entre las causas que llevan a pensar que la Formación Bruta de Capital Fijo tiende a recuperarse están las siguientes:  normalización de la situación financiera en Europa (tras las crisis de deuda vividas en 2012 y 2013), el fin del carry trade, la llegada de inversión procedente del exterior. y las medidas adoptadas por el BCE (penalización a la banca por aparcar su dinero en el BCE, entre otras). 

Como vemos existe una relación indiscutible entre deuda y crecimiento económico. La inversión es una de las variables que mayor peso tiene en el crecimiento de las distintas economías. Como se observa en el gráfico, el endeudamiento público (también habría que ver el privado) desincentiva la inversión privada, lo que afecta inevitablemente al crecimiento de los países. Controlar el déficit y reducir la deuda deben ser objetivos prioritarios junto a la generación de empleo. No obstante ambos objetivos parecen incompatibles. Como decía Alexander Hamilton: “una deuda nacional, si no es excesiva, es una bendición nacional”. Pero, ¿Y si es excesiva? Pues eso…