Cruces rojas en Minatxuri, la Guerra de la Convención

Por Basozaina

Arburuko harkaitza

Túmulo de Berroeta

Salgo de excursión por Larte el 06.09.2013 con Manu Zeberio y Antton Arrieta. Manu es un joven pero experto arqueólogo de Aranzadi Zientzia Elkartea especializado en el Neolítico o Edad de Bronce. Antton Arrieta es historiador especialista en castillos medievales y entre muchos de sus trabajos destaca la publicación “Gipuzkoako Gazteluak”. Emocionado y algo inquieto con tan estupenda y didáctica compañía, iniciamos el ascenso hacia la roca de Arburu, un arqueólogo, un historiador y servidor biólogo escéptico, quiero enseñarles a Manu y Antton una serie de restos, huellas y peculiares espacios en Arburu de los que otro día nos ocuparemos.

Extraño murete en Arburu

Hace unos dos años contacté con Manu que ya para entonces y junto a Nerea Sarasola habían realizado una cata arqueológica en el paraje Anakar entre Gaztelu y Orexa encontrando restos de cerámicas y otras interesantes piezas. Subí hace un año con Manu a Larte y le indiqué un par de lo que parecían ser túmulos funerarios. En noviembre de 2012 realizaron allí una cata, con interesantes aunque escasos resultados, que próximamente os contaré. Lo más espectacular de todo es que Manu ha identificado en Larte más de 20 túmulos funerarios sin catalogar. Larte es un inmenso cementerio Neolítico sin investigar. Por aquí ha pasado mucha gente, muchos clanes, civilizaciones diferentes, paisanos, montañeros, buscavidas, cuatreros, ganaderos, cazadores, agricultores, soldados, forestales, demasiada gente y demasiadas historias para contarlas en unas pocas líneas.

Murete defensivo de Minatxuri

Paso del camino en el murete defensivo

El final de la excursión fue en la base de Minatxuri o Gazteluhaitza, en su cara norte, hacia Berastegi. Estamos en un entorno rodeado de majadas, interminables muretes de roca caliza extraídos de los lapiaces cercanos, que sirvieron en otros tiempos como cercados para el ganado de montaña. Manu quería enseñarnos un murete de piedra que por el lugar en el que se encuentra, la forma, distribución y orientación del mismo se evidencia que cumple una función diferente a la del cuidado del ganado, un murete con todas las características de ser una estructura defensiva.
Este murete está justo detrás de Minatxuri y en el mismo camino entre Erroizpe y Arburuko harkaitza.

Murete defensivo de Minatxuri

La sorpresa es encontrar en los alrededores que alguien ha pintado unas cruces de color rojo en la propia piedra, resaltando lo que parecen ser cruces cinceladas. Manu nos enseña como en varios bloques de piedra, esta ha sido extraída en horizontal, insiste además que en el lapiaz o cima de Minatxuri, varios bloques verticales han sido extraídos en horizontal. Así mismo, Manu nos enseña claras muestras en la roca de que allí mismo se ha trabajado a cincel vertical. Creo saber quien ha pintado las cruces en rojo, una pista... Mugarriak.

Cruz cincelada en el lapiaz

¿Que tenemos delante? ¿Quien construyó ese murete defensivo? ¿Quien cinceló las cruces? De vuelta a casa, y tras una serie de consultas Antton Arrieta establece la siguiente hipótesis, reconociendo que él solo es un simple “buscador de datos” y no un experto en establecer hipótesis. Antton sugiere que esos muros se construyeron en 1794 durante la Guerra de la Convención. Un interesante y poco divulgado suceso que duró tres años y surge del enfrentamiento entre la recién nacida Revolución Francesa y el Reino de España. Los franceses pretendieron anexionarse Euskalerria, Gipuzkoa pretendió establecerse como república independiente y los españoles ocupados como siempre en sus escasos dineros y pícaros contubernios pasando de todo bajo el imperio de Godoy.

Cruz y señal junto al murete defensivo


Los libros parroquiales de la Iglesia de Santa Maria de la Asunción depositados en el archivo diocesano de Gipuzkoa hacen referencia a los desperfectos sufridos en la iglesia por el ataque de los franceses en Gaztelu durante la Guerra de la Convención.
El murete está claramente construido para cerrar un camino y las cruces talladas en piedra eran comunes en los entornos defensivos de esa época para estigmatizar a los “descreídos” y ateos revolucionarios.
Sólo es una hipótesis que deberá ser reafirmada cuando se investigue el terreno en profundidad, tema difícil en la actual conyuntura económica pero que Manu estima posible hacerlo a lo largo de 2014.