Crumble de peras y semillas

Por Bouquetgarni
Frutas de estación, algunas semillas, un sencillo arenado (crumble en inglés, streusel en alemán; aunque, en realidad, no quieren decir exactamente lo mismo) y un toque de frutos secos conforman los ingredientes perfectos para elaborar uno de los postres más simples, gustosos y delicados que podemos poner en nuestra mesa. De esos que siempre logran cautivar a nuestra familia, declarándonos cocineras estrella.
Estamos en invierno y encontramos unas peras hermosas en las verdulerías y mercados. Así nació este postre: de unas perfumadísimas peras que compré hace unos días en la verdulería. El crumble es uno de mis postres preferidos, pero hace tiempo que cuando lo preparo le doy una vuelta de rosca a la tradicional receta para aportar más nutrientes e ingredientes "útiles" a la preparación. Por eso, en esta ocasión les presento una receta con muchas semillas, perfumes y sabor...

Aquí, los ingredientes para llevar adelante esta receta con el mayor de los éxitos.

Primero, es el momento de preparar el relleno, esa fruta jugosa y bien gustosa que conformará el corazón de esta sencilla propuesta. Para ello, en un bol mezclá 500 gramos de peras peladas y cortadas en cubitos, con 1 cucharada de canela en polvo, 1 cucharadita de cardamomo en polvo, 2 cucharadas de azúcar orgánica y 2 cucharadas de almendras procesadas o bien picadas. Reservá.

Entretanto, en otro bol y con la ayuda de un cornet (espátula de pastelería/panadería) o de las puntas de los dedos (para aportar la menor cantidad de temperatura posible a la preparación), mezclá 250 gramos de harina 0000 junto con 250 gramos de azúcar orgánica y 160 gramos de manteca/mantequilla fría, cortada en cubos. Con ello, formá un arenado lo más suelto posible y añadí 3 cucharadas de semillas de amapola y 2 cucharadas de mix de semillas andinas (compuesto por semillas de chía, quinua/quinoa y amaranto). Reservá.

Luego, en una fuente apta para horno, enmantecada, disponé la mezcla de peras, almendras, especias y azúcar (incluyendo el jugo que pudiera haberse formado)

Por último, esparcí de manera pareja, por encima de la fruta, el arenado que habías reservado. 
Cociná en horno precalentado a 170°C hasta que la cubierta se dore y adquiera una textura ligeramente crocante.

Podés servirlo tibio o a temperatura ambiente, acompañado por helado de vainilla, crema americana o mascarpone.

Observaciones y recomendaciones finales: Este postre es ideal para prepararse aprovechando la fruta de estación que se presente más económica y oportuna al momento de ir de compras.
Es una excelente oportunidad para incorporar semillas que, tal vez, no sean tan reconocidas o aceptadas por nuestros comensales. Por efecto de la cocción soltarán sus aceites esenciales y, con ellos, sus nutrientes y sabores. Si no consiguen semillas de chía, amaranto o quinua/quinoa, pueden emplear las de su preferencia. Pero, si aún no las han probado, esta receta es una excelente excusa para hacerlo.
A propósito de nutrientes, permítanme recordarles las propiedades nutricionales y los beneficios de algunas de las semillas que utilicé en esta preparación.
La quinua/quinoa es considerada un súper alimento, puesto que ofrece un alto contenido de proteínas completas de alto valor biológico. Es de fácil digestión, no posee gluten (por lo que se convierte en una aliada importante en la dieta celíaca), no eleva los niveles de azúcar en sangre (ideal para diabéticos) y aporta ácido linoleico (muy útil para el normal desarrollo celular y de nuestro sistema nervioso). Además, contiene fibra vegetal, hierro, magnesio, fósforo, calcio y vitaminas C, E, B1 y B2 y B3 (niacina).
Las semillas de chía también son consideradas súper alimentos. Son una excelente fuente de fibras, antioxidantes, calcio, proteínas, fósforo, potasio, hierro, selenio, magnesio y Omega3 (ácidos grasos esenciales que nuestro organismo no es capaz de producir por sí mismo y que ayudan a mantener nuestra salud cardiovascular, reducir el nivel de colesterol y mejorar nuestros sistemas nervioso e inmunológico).
Por último, las semillas de amaranto también contienen gran cantidad de proteínas, hierro, calcio, fósforo, ácido fólico y vitaminas A, B, C, B1, B2 y B3. Además, contribuyen a prevenir la diabetes, la osteoporosis, la obesidad, la hipertensión y algunas formas de cáncer.

Como pueden ver, con alguna rica fruta de estación (cualquiera sea ésta), una pizca de sabores y perfumes, y algunas semillas podemos obtener una versión mejorada del clásico postre de origen inglés que siempre es bienvenido para dar cierra a cualquier comida o deleitarse en una tarde lluviosa o fría de invierno.
Espero que los tiente la propuesta y se animen con este crumble sabroso, simple, bien perfumado, algo crujiente y jugoso.
¡Hasta la próxima semana! Diviértanse experimentando en la cocina y disfruten de sus seres queridos.