Estos años que Cruyff fuera entrenador del Barcelona quiso implantar una idea de fútbol en todos los equipos de la entidad, incluso (cosa que critica ahora de los demás) llegó a poner en sus contratos una cláusula por la que debía cobrar una peseta más que el jugador que más cobrara de la plantilla.
El fútbol practicado por aquel equipo era digno de ver por su vistosidad y buen manejo del balón de jugadores que en otros equipos ni siquiera destacaban, fue un gran logro suyo, lo cual figura en su haber como también figura en su haber la contratación de los mejores "extranjeros" (recuerden que sólo eran 3 con los que podían contar los equipos anteriormente a la Ley Bosman); Stoichkov, Laudrup, Romario, Koeman....completaron a un buen grupo de españoles que fichó para este equipo (canteranos: pocos, pocos aunque se jacte de ello). También es cierto que esta forma de funcionar y su "herencia", con respecto a la cantera, ha dado sus frutos con, todavía hasta hoy, buenos resultados, lo cuál le ha hecho obtener un buen puñado de títulos y una idiosincrasia particular en su juego, lo cuál ha hecho que despierte admiración en todo el mundo futbolístico, en el que me incluyo.
Ahora el hombre, incluso acaba de presentar un libro "Fútbol. Mi filosofía" que, seguro, leeré porque me atrae todo lo que sea tomar experiencias de los que fueron importantes.
Pero no es todo oro como para sacar pecho o mejor, su lengua a pasear tanto alardeando de todo lo que hizo y mucho menos que su entendimiento futbolístico sea la absoluta panace del fútbol.
En su debe, como los tenemos todos, la Junta Directiva actual del Barça acordó en asamblea retirar la insignia de oro y brillantes que le hubiera otorgado la anterior Junta de Laporta, lo cuál parece ser que no le haya ofendido mucho este hecho. Igualmente, recuerdo que su filosofía no la llevaba a rajatabla como sí ha demostrado Guardiola, ésto es, cuando jugaba en campos importantes, variaba las alineaciones hasta pasar de jugar con 3 defensores a 5 o perder una final de la Copa de Europa por goleada contra el Milan sin dar respuesta desde el banquillo, o más, querer "gobernar" y/o asesorar al presidente de turno del Barça, cual sabelotodo, respecto a temas de vestuario cuando eran otros compañeros a los que les tocaba gestionarlos (Van Gaal, Robson, Rijkard....).
En el deporte y mucho menos en el global de la vida no se puede alardear tanto, ni sacar tanto pecho no ocurra que su posible exceso pase de estar delante a atrás, se convierta en joroba y aunque ésta no se vea, resulta que pesa.
Sr. Cruyff, ahora que usted se jubila entrenando a la Selección de Cataluña, habiendo sido "asesor" del Chivas de México y por la felicidad de contar sus memorias en su nuevo libro, le conviene no dar tantas lecciones así como, sobre todo, respetar y no infravalorar el trabajo que hacen los demás. Sus expresiones de menosprecio y ninguneo a otros equipos, otros compañeros y otras formas de entender el fútbol no hacen más que eliminar piedras de la gran pirámide que usted construyó con su buen hacer en este deporte que no sólo usted ama y entiende de él.