Cruz del rayo, historia de una colonia modélica (1928)

Por Enrique23

La Colonia Cruz del Rayo está delimitada por las calles Príncipe de Vergara, Gabriel Lobo, Rodríguez Marín y A. Rodríguez Villa, es la primera Colonia que sigue de alguna manera el modelo de Ciudad Jardín de Howard.

Cruz del Rayo, una Colonia singular

El catálogo del COAM la define como la primera colonia madrileña (1928-29) que sigue más o menos ejemplarmente el modelo urbano de la ciudad jardín de Howard, con reminiscencias asimismo de algunas actuaciones francesas como la Ciudad Jardín Plessin-Roninson de París. Fue promovida por la Real Institución Cooperativa de Funcionarios del Estado, Provincia y Municipio, y proyectada por Eduardo Ferrés y Puig en unos terrenos adquiridos por Gregorio Iturbe, también propietario de los terrenos de El Viso, y las sucesivas colonias denominadas con su nombre seguidas de un número (Colonia Iturbe I, Iturbe II, etc.), en la segunda zona del ensanche. “El trazado viario  se articula a partir de un foco principal que es la plaza de Aunós, del que parten con disposición en estrella seis vías, dos de las cuales recorren de norte a sur la colonia; hay una segunda red de calles transversales que cortan a las anteriores, así como una vía perimetral que va desde el paseo de Ronda hasta el final de la colonia. La colonia, con 300 viviendas construidas, ofrece una gran variedad tipológica, que abarca desde viviendas unifamiliares aisladas mínimas de 1 y 2 plantas, hasta pequeños bloques de dos plantas de viviendas colectivas. Todas las viviendas poseen un pequeño jardín, haciendo la parte trasera de patio de servicio. Sus fachadas, revocadas, presentan gran variedad decorativa en aleros y balaustres, así como motivos florales o geométricos de influencia modernista en sus revocos”. (Catálogo COAM)

Imagen de una casa de Cruz del Rayo en la calle de Rodríguez Marín (Foto: E. Fidel)

Primeras expropiaciones

Aunque en la actualidad esta colonia se presenta prácticamente como se construyó en origen, con pequeñas variaciones debidas a reformas estructurales o derribos con obras de nueva planta  en bloques de cuatro plantas, cuando esto se podía hacer con la connivencia del poder municipal, la Colonia Cruz del Rayo estuvo a punto de desaparecer.

Desde 1967, año en el que se produce la conexión ferroviaria entre las estaciones de Atocha y la  de Chamartín a través del tunel que discurre bajo la Castellana, fueron numerosos los intentos encaminados a eliminar parte de las casas y a desvalorizar el conjunto urbanístico.  En 1976 la presión sobre la barriada cobró nuevos ímpetus a causa de la construcción de la nueva Estación de Chamartín dentro del Plan de Enlaces Ferroviarios, que en su apartado de “Accesos complementarios” preveía la construcción de la línea 9 de Metro y las consiguientes estaciones y accesos, uno de los cuales se pretendía situar en la Colonia. Las expropiaciones se llevaron a cabo al amparo de un Decreto de 1944.

Especulación y derribos

Durante la década de los setenta fue continua la actuación de determinados promotores urbanísticos que habían adquirido hotelitos en la colonia con la intención de derribarlos. Desde la demolición disimulada de cubiertas y paramentos por las noches con los agravantes de nocturnidad y alevosía,  por individuos anónimos, hasta la retirada de puertas y ventanas  para que los avatares climatológicos se encargasen de arruinarlos.
Una de las zonas objeto de estos procedimientos fue la parcela 60, en la actual calle de Príncipe de Vergara (entonces prolongación de General Mola), que incluía las casas de la calle Estévez, 1 y Gómez Cano, 3. Estos hotelitos estaban protegidos por la Ley de Tesoros Artísticos de 1933 y estaban afectados por una subasta pública celebrada el 10 de julio de 1978, posterior a otra celebrada el 27 de abril del mismo año. Los vecinos de la Colonia histórica recurrieron la subasta en recurso de alzada contra el Ministerio de Transporte y Comunicaciones, que se desestimó. Las dos viviendas fueron adjudicadas a la inmobiliaria Pronor, S.A. por 12 millones de pesetas cada uno, con la autorización para construir en la parcela previo derribo de las mismas.
A pesar de la protección especial que impedía la transformación o derribo de los hoteles de la Colonia Cruz del Rayo, consta que la empresa Idamaco realizó obras de modificación de estructuras y volúmenes en la calle de Gómez Ortega 48 y 50, con la autorización de Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid. (ABC- 13 de septimbre de 1979. Pág. 30)

Fachadas de hotelitos en línea (Foto: Pilar Martín-Serrano)

Ya en mayo de 1978 los vecinos habían observado las sospechosas maniobras de la inmobiliaria Promola que iba comprando uno a uno los hotelitos de la Colonia, con la excepción de unos pocos. Cuál no sería su sorpresa al descubrir que la calle Gómez Ortega de un día para otro había cambiado su nombre por el de Oria, sin que razón alguna justificase la mudanza. El último tramo de la calle de Gómez Ortega se integraba a Oria, que nacía en Serrano y atravesaba Doctor Arce hasta Emilio Campión, para acoger un grupo de casitas. El cambio en el nombre de la calle se resolvió en un acuerdo de la Comisión Municipal de Gobierno el 28 de diciembre de 1977, lo que se interpretó como una maniobra para dejar la citada calle fuera del pre-Catálogo de Edificios y Conjuntos Ambientales a preservar en el que se encontraba incluida la Colonia según la siguiente descripción recogida en la hoja 47 de la “relación de elementos de carácter singular (serie II), punto 8.” que decía:
Colonia Cruz del Rayo. Perímetro: Rodríguez Marín, desde Avenida del Doctor Arce hasta Antonio Rodríguez Villa. Cuarenta Fanegas (Camino), dede Avia hasta Aragón, con parte posterior de hoteles. Interiores: Estévez, General Zabala, Plaza de Aunós, Gómez Ortega, Durán, Lóriga, Franco, Pasaje de Lóriga, Gallarza, Calesas, Marqués de Valdecilla, Joaquín Montes, Jovellar, Gómez Cano.”
(ABC- 26 de enero de 1978. Pág. 37).

Colonia Cruz del Rayo Bien de Interés Cultural

En este año de 1978 se incoaba el expediente para declarar a la Colonia Cruz del Rayo Bien de Interés Cultural (BIC) como Conjunto Histórico, en cuya memoria se expresaba sus condiciones para proporcionar un espacio para la vida y para la convivencia ciudadana con una alta calidad ambiental. Por este motivo, entre otras razones, su conservación se hacía deseable por la mayor parte de sus habitantes, constituyendo un ejemplo a seguir para el futuro planteamiento de viviendas sociales que permitan una digna y adecuada forma de vida para sus habitantes, representado un claro ejemplo de buen urbanismo y buena arquitectura hecha a la escala del hombre y para el hombre, con un claro intento de la monotonía y la rigidez.

Fotogarfía de viviendas pareadas en Cruz del Rayo (FOTO: Pilar Martín)

Llegada la década de los 80 todavía coleaba el asunto de las expropiaciones . El 19 julio 1980 titulaba un periódico nacional una información de la Colonia del siguiente modo: “SIGUE LA PREOCUPACIÓN“, explicandoel desasosiego  que se vivía entre los vecinos de la colonia Cruz del Rayo, por su posible desaparición a causa de la modificación del Plan Especial de Protección y Conservación de Edificios de Conjuntos de Interés Histórico-Artístico de la Villa de Madrid, en la que no se tuvo en cuenta a esta colonia, por lo que  la Asociación de vecinos exponía en un escrito al alcalde su disconformidad por su exclusión y su entorno del mencionado Plan Especial de la Villa 14. Para esas fechas ya se habían sustituido algunas viviendas originales por bloques de pisos en la calle de Rodríguez Marín.

El 30 de mayo de 1980 el Ayuntamiento de Madrid aprobó en Pleno Municipal la modificación del Plan Especial de Protección y Conservación de Edificios de Conjuntos de Interés Histórico-Artístico de la Villa de Madrid. En esta modificación la Colonia Cruz del Rayo no figuraba en ninguno de los tres niveles de protección: integral, estructural y ambiental. A la reunión informativa convocada por Gerencia de Urbanismo acudieron las Asociaciones de Vecinos afectadas por el Plan, a excepción de las Asociaciones de la Colonia Mahou y  de la Colonia Cruz del Rayo, ambas litigantes contra el Ayuntamiento por cuestiones urbanísticas, y a las que no se invitó.
Ante esta incierta situación, la Real Academia de San Fernando entendió la urgente necesidad de proteger la Colonia, por lo que la Dirección General de Patrimonio Artístico ya le había propuesto, con fecha de 13 de mayo, al Ayuntamiento la redacción de un Plan Especial de Protección concreto para la Colonia Cruz del Rayo, haciendo hincapié en que lo que en cincuenta años apenas había sido transformado, se encontraba muy gravemente amenazado por la presión especulativa que cada día se cernía de forma más intensa sobre ese espacio de Madrid. (ABC- 2 de julio de 1980. Pág. 31)

Vista aérea de la Colonia y entorno, en 1956.

Presente de la Colonia

Durante la década de 1980, una parte de los terrenos expropiados, cuya titularidad era del Ministerio de Transportes, se dedicó,  a partir de acuerdos con el Ayuntamiento, a dotaciones y zonas verdes. La parte restante, por medio de subastas, pasó a manos privadas que promovieron edificios de viviendas y oficinas junto a la Colonia, de más de doce alturas, creando un potente impacto visual que rompió la armonía del conjunto, por aquellas fechas ya protegido. Finalmente, en 1983 se inauguró el segundo tramo de la línea 9 de Metro, cuyo trazado discurre por debajo de Príncipe de Vergara, abriéndose una boca fuera del área de la Colonia.

En la actualidad Cruz del Rayo constituye un espacio urbano singular, de especiales caracteristicas ambientales y gran calidad residencial por su entorno tranquilo y agardable, con muy baja incidencia de contaminación acústica y ambiental. Las modestas casitas del primer cuarto del siglo XX que hubieran de pasar por tantos contratiempos, hasta el punto de haber tenido que temer por su pervivencia, son ahora un ejemplo de viviendas de alto nivel, cuyos exclusivos propietarios compiten en estatus con los de El Viso, Parque Conde Orgaz, La Moraleja o Somosaguas, por poner unos cuantos ejemplos. Las duras batallas especulativas entre propietarios y promotoras inmobiliarias, finalmente se han saldado con la victoria de ambos contendientes, en un empate victorioso, gracias a la increible revalorización de la Colonia. Solo un dato para ilustrar esta afirmación:  En 1978  la inmobiliaria Pronor, S.A.  pagó 12 millones de ptas. (72.000 €)  por la adjudicación de una casa. En la actualidad el precio de esa misma casa podría rondar los 250 millones de ptas.(1 millón y medio de euros).

Referencias

Compendio PGUM 2010 (Ayuntamiento de Madrid) PDF

VV.AA.
Arquitectura de Madrid

Fundación COAM
Madrid, 2003