Título: Cruzando la línea.Autor: James Patterson.Editorial: Duomo Ediciones, 2019.Página: 448.
SINOPSIS.
La ciudad se sume en el caos. Una ola de crímenes la recorre y Cross debe enfrentarse a uno de los enigmas más complejos de su carrera como investigador: un despiadado homicida que deja un rastro de sangre y víctimas a su paso, un asesino que se ha tomado la justicia por su mano.
¿QUÉ ES MÁS PELIGROSO QUE UN ASESINO? PARA EL DETECTIVE ALEX CROSS, QUE EL ASESINO SEA JUSTO.
IMPRESIÓN PERSONAL.
He leído varias novelas de este escritor y con todas ellas me ha ocurrido lo mismo: es tal su sencillez y su agilidad que logran que ese "chip" que a veces se nos enciende y que nos atasca en una determinada lectura, se active y desatasque de nuevo todos los orificios para que los renglones vuelvan a fluir. Algo similar me ha ocurrido a mi con esta nueva entrega de Alex Cross. Andaba casi congelada en la lectura de un par de novelas, una que no me estaba gustando y otra, que aunque si lo hacía, era excesivamente densa, y de repente llega Patterson con su ristra de asesinatos y su velocidad a la hora de contar lo que va pasando, que, lo quieras o no, una se espabila y se pone a seguirle el ritmo como si no hubiera un mañana.
A mi además, es que me gusta Alex Cross y su vida familiar. La mayor parte de los policías de novela que conocemos son policías con vidas rotas, amargados muchos de ellos, medio alcohólicos o cosas peores, como si por ser policía uno no pudiera llevar una vida familiar normal, desayunar con sus hijos por la mañana o ir a por una pizza cualquier noche. Si tuviera que decidir mi futuro basándome en la experiencia que me venden novelas y películas sobre la vida policial, seguramente nunca escogería esa profesión. Sin embargo, Patterson nos dibuja un policía con una vida más acorde a la realidad de la profesión. Felizmente casado con otra policía, que además es su jefa, unos hijos a los que educa pasando por las dificultades que pasamos cualquiera de nosotras y una abuela que es todo un símbolo familiar por su sabiduría y que cocina como las diosas. En resumen, una familia normal con problemas normales, donde la profesión de la pareja no impide realizar actividades en común como las que hacemos el resto de mortales.
En definitiva, una novela muy entretenida y adictiva, rápida y escrita con una gran soltura, de tal modo que resulta muy complicado abandonarla sin sentir la curiosidad de ver el siguiente capítulo. Emocionante, entrañable y con unos personajes en los que no es necesario profundizar porque su "normalidad" se identifica rápidamente.