La Dinastía de los Medici se prolongó durante tres siglos (1434-1737), asociada a la belleza, el poder y la intriga. Este junio, con el patrocinio de Discovery Channel, se ha presentado en Florencia un proyecto científico para analizar el ADN de los 49 Medici enterrados en la iglesia de San Lorenzo. Clío es el único medio español que ha tenido acceso a conocer sus claves.
Florencia, mediodía del 26 de abril de 1478. Lorenzo de Medici y su hermano Juliano asisten a la misa celebrada en la catedral. Son nietos de Cosme de Medici, que gobernó la ciudad desde 1434 y es considerado el padre del Renacimiento por su apoyo decidido a las artes y las letras.
Lorenzo también ha destacado como mecenas de las artes y las letras; pero, a diferencia de su discreto abuelo ¿que manejó hábilmente los resortes del poder desde la sombra¿, ha hecho ostentación de lujo y de afán de dominio. Tal conducta ha avivado el resquemor de otras poderosas familias florentinas ante el ascenso de los Medici y el miedo a que estos acaben con las instituciones republicanas que rigen la urbe.
Por esta razón, durante la celebración religiosa está previsto el asesinato de Lorenzo y Juliano como resultado de un complejo complot promovido por la familia florentina de los Pazzi. Ya el día anterior intentaron envenenar a los hermanos en un banquete, pero la ausencia imprevista de Juliano lo impidió. Ahora, los hombres de los Pazzi aguardan expectantes en el templo su momento de entrar en acción.
Durante la eucaristía, Lorenzo y Juliano, con su cortejo familiar, se sientan por separado en los primeros bancos. Han abandonado su actitud vigilante, pues les parece impensable una agresión en el recinto sacro. Pero esta se produce: cuando, en el momento de la consagración, ambos hermanos se arrodillan, los sicarios se abalanzan sobre ellos para acuchillarlos. Juliano es asesinado de inmediato y sus victimarios se ensañan con él, asestándole una veintena de puñaladas. Lorenzo, sin embargo, evita que la hoja asesina corte su cuello y se refugia en la sacristía izquierda. La confusión en el templo es enorme y los criminales huyen, refugiándose en el palacio de la Signoria, protegidos por el arzobispo Salviati. Pero la sangre no ha cesado aún de correr por la ciudad.
Cuando se difunde la noticia del crimen, se desbordan las ansias de venganza popular. Pronto se conoce que el arzobispo ampara a los criminales: estos son rodeados y aniquilados, mientras su protector es ahorcado. La ira desatada contra los Pazzi dejará una verdadera carnicería: ochenta cadáveres.
La ciudad se vuelca en las exequias fúnebres de Juliano y la autoridad de los Medici se fortalece. Desde entonces la historia de Florencia será ya inseparable de la de esta familia, hasta la muerte del último soberano de la dinastía, Juan Gastón, en 1737. Durante tres siglos regirán no solo los destinos de esta ciudad y de la Toscana, sino también de Europa, a través de muchos de sus augustos miembros, sean hombres ¿como los papas León X, Clemente VII y León XI¿ o mujeres ¿como Catalina de Medici, reina de Francia, o Claudia de Medici, archiduquesa de Austria¿. El nombre de la familia, pues, evocará belleza y poder, pero también intrigas y asesinatos. Con tres excepciones (Pedro el Desafortunado, Clemente VII y Catalina de Francia), sus integrantes serán enterrados en la iglesia florentina de San Lorenzo, que con el tiempo reunirá 49 cuerpos: la saga familiar comprendida entre 1434 y 1737 casi al completo.
CSI: Los medici
Florencia, mediodía del 29 de junio de 2004. Los objetivos de numerosas cámaras fotográficas y de televisión se concentran en un grupo de investigadores en el interior de la iglesia de San Lorenzo. Estos presentan en público el ambicioso estudio científico que han iniciado: mediante la aplicación de las tecnologías más modernas a los cuerpos de los Medici allí sepultados pretenden desvelar los secretos que estos aún guardan.
La presencia de periodistas europeos, norteamericanos y asiáticos, entre ellos el enviado especial de CLÍO, único medio de comunicación español que tuvo acceso, testimonia el interés internacional que ha suscitado el estudio. En la restringida presentación, los expertos que hacen realidad el llamado Proyecto Medici ofrecieron los pormenores del mismo.
El estudio, cuya duración prevista es de cinco años, debe llevar a cabo análisis detallados de los restos de los 49 Medici y desvelar numerosos aspectos relativos a su vida, como las enfermedades que contrajeron, su dieta y su estilo de vida, y ¿lo más llamativo¿ debe clarificar las causas de la muerte de algunos de sus miembros, posiblemente asesinados. Ya se han exhumado cuatro cuerpos: los de Cosme I de Medici (1519-1574), su mujer y dos de sus hijos, y contamos ya con algunos datos (comentados más adelante). Discovery Channel divulgará estos primeros resultados en un documental de estreno internacional previsto para octubre: Detective momia: la cripta de los Médicis.
Un "Dream Team" científico
Un equipo de expertos multidisciplinar efectúa la investigación. Así, los tres líderes del Proyecto Medici tienen perfiles académicos muy distintos y aparentemente atípicos para aproximarse a la Europa de la era moderna. Nos referimos a Bob Brier, Gino Fornaciari y Donatella Lippi.
Brier es profesor de la Universidad de Long Island (EE.UU.) y uno de los más reputados expertos internacionales en el estudio de momias (no en vano es conocido en algunos medios como Mister Momia). Fornaciari es profesor de Antropología Forense de la Universidad de Pisa y director del Museo de Patología de esta institución. Lippi es profesora de Historia de la Medicina de la Universidad de Florencia. También participa el profesor Natale Villari, director del Instituto de Radiodiagnóstico de la Universidad de Florencia.
Este dream team debe desentrañar los secretos de la cripta, donde se ha instalado un laboratorio. En cuanto a la financiación inicial del estudio, el grueso de la misma lo constituirán 60.000 euros del ministerio italiano de universidades y 20.000 dólares aportados por Discovery Channel. Cuenta también con una esponsorización para el estudio de ADN de la empresa MGM de biotecnología de Pisa.
Las momias detectives
¿Pero qué nos puede aportar este estudio en realidad? Para contestar a esta pregunta CLÍO habla con Brier, Fornaciari y Lippi, que destacan sus objetivos. El Proyecto Medici, afirman, permitirá avanzar nuestros conocimientos en distintos ámbitos. En relación a la historia de esta familia, dará a conocer las enfermedades que causaron su muerte (como la tuberculosis, la malaria o la sífilis), así como datos de su estilo de vida (sus dietas o determinados hábitos). Desde el punto de vista cultural, iluminará aspectos históricos y artísticos, especialmente de arqueología funeraria, pues se estudiarán las indumentarias y otros objetos que contienen las sepulturas (como joyas o mortajas).
Además, la investigación será importante en términos médicos por distintas razones. En primer lugar, mostrará las dolencias que sufría una familia de estatus social elevado y establecerá el impacto de determinadas afecciones en una época dada (la llamada pathocenosis). En segundo lugar, facilitará el estudio de las técnicas y los remedios médicos del pasado, como la amputación. Así, a Juan de las Bandas Negras ¿un Medici fallecido en 1526¿ se le cortó una pierna en vano para salvarlo de la muerte. Por último, se podrá establecer una nosografía ¿descripción y clasificación de las enfermedades¿ del pasado. En este sentido, el Poyecto Medici contribuirá a reconstruir una historia de la medicina con los parámetros que establecen las evidencias basadas en pruebas o EBM (Evidence Based Medicine). ¿Queremos determinar cómo vivieron los Medici, qué comieron, qué clase de enfermedades sufrieron y las causas reales de su muerte¿, resume el profesor Fornaciari.
En este marco, ¿qué ocurrirá con los posibles asesinatos cometidos? Este investigador de Pisa afirma que seguramente estos se resolverán, pero ello quizás despojará la historia de los Medici de parte de su contenido romántico y seductor: "Descubriremos que los crímenes eran leyendas", manifiesta.
¿Paz eterna? La agitada historia de las tumbas mediceas
Los cuerpos de los Medici inicialmente estaban repartidos entre la sacristía vieja, la nueva y el mausoleo familiar de la iglesia de San Lorenzo. Este templo de fachada austera y magnificencia interior se convirtió en la basílica de los Medici, pues su construcción ¿iniciada a comienzos del siglo XV¿ se paralizó por falta de recursos y la familia Medici los aportó hasta su finalización.
Pero los cuerpos allí sepultados tuvieron una historia movida, que detalla Franco Cesati en Los Médicis (1999). En 1791 se optó por crear un acceso al mausoleo desde la plaza Madonna degli Aldobrandini. La entrada daba directamente a la cripta y se transportaron los ataúdes a otra cripta subterránea. El resultado fue una gran pérdida: "Por el abandono y la entrada fácil, las tumbas fueron presa de ladrones sacrílegos, que las depredaron sistemáticamente, con la excepción de las de los cardenales, la de Cosme III y la de Juan Gastón".
Los cuerpos, pues, dejaron de estar incólumes. En 1857 se constituyó una comisión para velar por su conservación. Acabada esta labor, los restos fueron trasladados en cajas metálicas a la cripta inferior, justo bajo las losas sepulcrales de la cripta superior, con los nombres de cada personaje. Asimismo, se tapió el acceso a la cripta.
Pero en 1949 se abrió una decena de tumbas para someter sus restos a un estudio de antropología craneal que seguía las pautas deterministas de la época. Así, al margen de constatarse las heridas que dejaron en Lorenzo y Juliano de Medici las agresiones del complot de 1478, se publicaron informes sobre Cosme el Viejo, el patriarca de los Medici; su nieto Lorenzo (con especulaciones acerca de la relación entre su cráneo ¿considerado muy pesado¿ y su capacidad intelectual); Pedro el Gotoso, y Juliano, duque de Nemours.
En esta ocasión se malograron de nuevo materiales de estudio: fue escalpado el pelo de la duquesa Leonor de Toledo, que conservaba sus trenzas rubias. Finalmente, las inundaciones provocadas en 1966 por el desbordamiento del Arno también habrían dañado algunos restos mediceos.
En definitiva, los difuntos no conocieron la paz eterna asociada a la muerte, como este estudio ha corroborado. Así, el pasado 7 de julio se abrió la caja del último gran duque de Medici, Juan Gastón (1671-1737), supuestamente intacta. Se comprobó entonces que el saqueo de las tumbas había persistido hasta fechas cercanas: faltaba una corona de oro, un cetro y dos medallas, sustracción producida antes de las inundaciones de 1966 (pues el lodo que dejaron en el suelo y en la caja estaba intacto). La tumba deparó otra sorpresa: contenía los restos de cinco Medici no identificados, esparcidos por el piso y los escalones de la cripta al cometerse el robo.
Cosme I y su familia, primeros Medici examinados
Cosme I de Medici, gran duque de Toscana (1519-1574), que intentó recuperar el esplendor florentino de los fundadores de la dinastía; su mujer, la duquesa Leonor de Toledo (1522-1562), y dos de sus hijos, García (1547-1562) y Juan (1543-1562), están siendo ya estudiados con la nueva tecnología. Es el segundo análisis al que se someten, pues sus cuerpos fueron exhumados ya en 1949, cuando se perdieron los ropajes de los dos hermanos y fue escalpado el pelo de la duquesa.
Se trató de una familia de trágico sino, pues se afirma que la duquesa y los hijos citados fallecieron a causa de una epidemia de malaria, aunque la leyenda atribuye la muerte de Juan a su hermano García. Ahora, los primeros resultados muestran que Leonor habría padecido sífilis e hipercolesterolemia. Los restos de Cosme I reflejan que tenía un cuerpo vigoroso y era un buen jinete; habría padecido problemas de ácido úrico, artrosis y DISH (Diffuse Idiopathic Skeletal Hyperostosis). En cuanto al cardenal Juan, su cadáver presenta numerosas hernias (¿resultado de montar a caballo?) y el de su hermano García señala que era un adolescente enfermizo. ¿Asesinó García a Juan?
La momia-detective aún no ha finalizado su trabajo en la cripta y en el laboratorio y CLÍO mantendrá a sus lectores informados de los resultados durante el próximo otoño. Estos serán dados a conocer en septiembre en un congreso internacional sobre momias que se celebrará en Turín y, como hemos comentado, en octubre en el citado documental de Discovery Channel.
El ADN y las momias, los nuevos detectives
Es cada vez más conocida por el gran público la aplicación de las técnicas forenses y de análisis del ADN al estudio histórico, ya tratada ampliamente en CLÍO (véanse los números 2 y 14).
En el Proyecto Medici, la paleopatología es la protagonista: una ciencia que recurre a las técnicas más avanzadas de la arqueología, la medicina y la antropología para reconstruir la morfología de las enfermedades del pasado. Ello posibilita un diagnóstico certero de dolencias actuales y pretéritas y, entre otros aspectos, facilita el desarrollo de teorías sobre la evolución de los trastornos de la salud en nuestra época.
Estos estudios forman parte de la llamada biohistoria, protagonizada sobre todo por bioquímicos, expertos en genética y antropólogos forenses, y cuyos resultados pueden tener consecuencias imprevistas. Si se descubren huellas de una enfermedad hereditaria en un cadáver, ¿hasta qué punto no se violará la intimidad de sus descendientes? ¿Deben crearse normas legales que garanticen la confidencialidad de estos datos? Por ejemplo, los estudios sobre los Medici señalan que estos tenían una predisposición genética a la gota, agravada por su alto consumo de carne, y, según Fornaciari, se podrá "compaginar un archivo completo de sus enfermedades".
Por otra parte, pese a que estos estudios aportan escasos datos sensacionales, siempre seducen. ¿Por qué?, preguntamos a Bob Brier (Mister Momia): "Porque pueden presentarse como una dramatización de la historia, que es muy atractiva para el gran público, deseoso de resolver misterios". Probablemente una clave para entender el gran eco social de estas investigaciones resida en la cómoda convivencia de ciencia e historia, cuyo impacto favorece inversiones y esponsorizaciones, como refleja el Proyecto Medici.
Un Médicis actual opina sobre el proyecto
En Italia el apellido Medici no es una rareza, pues existe un centenar de familias de¿ Medici. En la conferencia de prensa sobre el estudio quien es presentado en público como descendiente directo de los príncipes Medici de la Toscana en su línea masculina es Ottaviano de¿ Medici, autor de una historia familiar (Storia della mia dinastia, 2002). Aprovechamos la ocasión para pedirle su opinión sobre la investigación: "Enriquecerá la historia familiar y contestará interrogantes que hoy no tienen respuesta", afirma. Ante la pregunta de qué significa su título nobiliario en una república y en pleno siglo XXI, este aristócrata ¿un empresario del ámbito de los seguros¿ contesta que tal condición le impone "el deber de representar a su familia en sentido moderno". Finalmente, le planteamos si se sometería a un análisis de ADN para cotejarlo con el de sus ancestros. "¿Por qué no?", contesta, y trasladamos la propuesta al profesor Fornaciari. Quizás sea esta la contribución de CLÍO al estudio: indagar continuidades genéticas entre los antiguos Medici y los actuales.