Cuaderno de Bitácola de la Crisis: En tiempos de crisis lo importante son las Ideas. Por Manuel Pizarro

Por Carlos Carlos L, Marco Ortega @carlosmarco22

Manuel Pizarro, junto a la periodista Patricia Rato


Es el primer día lluvioso y fresco del otoño. Conforme accedo a la sexta planta del emblemático edificio de Ibercaja en Madrid, en el tramo de la calle Alcalá más cercano a la Puerta del Sol, ya se palpa en el ambiente que en los bancos la vida empieza temprano. Al entrar en el elegante despacho donde estoy citada, apenas me da tiempo de fijarme en la impresionante calidad de los cuadros que cuelgan de las paredes. "Eso es un Picasso", me dirá poco más tarde mi protagonista. El despacho es luminoso y funcional, tradicional y acogedor, como el saludo que tanto a mí como al equipo de TELVA nos dirige uno de los hombres más importantes de la economía y la empresa de nuestro país en los últimos 30 años. Abogado del Estado y Agente de Cambio y Bolsa, ha sido responsable y presidente de todas las instituciones de gestión económica con las que un país puede contar: desde una caja de ahorros hasta una multinacional energética, desde la Bolsa de Madrid hasta la Federación Iberoamericana de Bolsas y Valores. Ha ostentado ocho cargos en direcciones generales del Estado, y tiene una carrera docente universitaria y académica difícil de igualar. Ha tenido tiempo, además, de presidir o ser consejero y patrono de dieciséis fundaciones que trabajan en todos los ámbitos sociales. Así es Manuel Pizarro.
¿Cuál es el remedio para esta crisis de Occidente?
Lo primero que hay que hacer es sanear el sistema financiero para que el crédito vuelva a la sociedad. Hasta que no se haga esto, no se avanzará. Las entidades deben reconocer a través de sí mismas o del Banco de España cuál es su situación real. Hay que premiar al que lo ha hecho bien y castigar al que lo ha hecho mal. Hasta que los responsables de las entidades no dejen de estar preocupados por sí mismos y empiecen a pensar en cómo devolverle el crédito a la sociedad, esto no se arreglará. Porque además, ésa es la función de una entidad financiera. La crisis inmobiliaria se resolvería igual que las crisis bursátiles: bajando el precio de las cosas para adecuarlo al mercado.
¿Cuál es el problema de Europa?
La falta de liderazgo. Echo de menos a Helmut Kohl. Cuando cae el Muro, a nadie se le ocurre decir que va a dejar de pagar nada. Al año de trabajar en equipo y ser conscientes de ello. Un país es, en muchos aspectos, como una empresa. Una empresa es mucho más ágil si tiene un equipo cohesionado detrás. Los tuyos te siguen, pero el presidente tiene que ir primero, abriendo camino y dando ejemplo. España, si se pone las pilas, es imparable. A este país no lo arrastra nadie si nos esforzamos por salir adelante. Hemos demostrado que podemos estar entre los mejores, y podemos volver a hacerlo. Pero con esfuerzo, siempre con esfuerzo.
¿Qué valores perdidos u olvidados crees que deberíamos recuperar?

La cultura del ahorro y la austeridad fue fundamental para nuestro progreso. Y el respeto a los valores de la familia como entidad moral pero también civil. La familia y la responsabilidad que conlleva es un eje vertebrador importantísimo en la sociedad. Era una España donde se valoraba todo, desde la ropa de tu hermano y los libros que tú mismo heredabas hasta el respeto a la palabra de tu padre y tus mayores. A partir de los años 80, con el cambio de gobierno, se empezó a cambiar esa forma cultural de vivir. Enseñaron a los jóvenes a no valorar nada y a que el Estado cuidara y pagara por todo. Esa política volvió débil e indefensa a la nueva generación. Y un país sin capacidad de esfuerzo y sacrificio se hunde tarde o temprano. Admiro cada vez más la cultura anglosajona, porque se premia el mérito individual, el esfuerzo y el deporte. Muchos de los que empezaron a ostentar el poder en aquella época, lo alcanzaron sin ni siquiera aprobar exámenes técnicos, y ellos mismos no valoraban el trabajo y la lucha individual. Cuando no valoras lo que tienes, ni las empresas salen adelante ni se crea riqueza para la mejora de la vida de las gentes. La búsqueda de la excelencia es clave en todos los órdenes, la vida es una lucha continua.
¿Cómo ha sido posible el desastre de Lehman Brothers y todo lo que ha venido después?
En EEUU no se han exigido responsabilidades ni se ha controlado el sistema financiero. No se pueden evaporar billones de dólares, que nadie sepa nada y que la Reserva Federal no diga nada.
¿Qué ocurrirá con las pensiones en el futuro?
Las pensiones las pagan los jóvenes que trabajan. Y el paro juvenil crece de forma incontrolada. Así que primero hay que solucionar el paro. Pero para ello hay que flexibilizar el mercado de trabajo y ayudar a los empresarios. Es todo una rueda. Por ejemplo, el proceso concursal de la General Motors se hizo en 3 meses. Aquí ese proceso hubiera durado años. Eso hizo que la empresa pudiera reducir costes muy rápido, y seis meses después estaban de nuevo aumentando la producción. Al final, los beneficiados fueron los trabajadores que recuperaron sus trabajos. También es cierto que aquí, por la educación recibida, la gente espera a que se le recoloque. Hay que saber competir y buscarse un medio de vida. Es cuestión de reubicarse, explotar nuestros talentos que quizá son distintos a los que pensábamos. Es lo que hacemos en la Fundación de Albarracín, y el empleo crece cada año.
¿Qué tendría hoy que hacer una pareja joven con pequeños ingresos?
Ser muy rigurosos con el gasto. Gastar siempre menos de lo que se gana. Sea como sea, al menos un euro menos. Y en cualquier caso, calcular bien hasta dónde se pueden endeudar. El endeudamiento en sí mismo no es malo, lo malo es cuando entre los intereses que pagas y los gastos que tienes, se gasta más de lo que ganas.
¿Qué mejoras tendría que encarar el nuevo gobierno en las administraciones públicas?
Soy un gran defensor del funcionariado capacitado. Lo malo es cuando el funcionario lo es sin oposición y formación suficiente. Sólo se valora lo que cuesta. Y si el funcionario no se ha capacitado al máximo porque, además, sus superiores tampoco lo han hecho, difícilmente podemos avanzar. Las cúpulas de las administraciones son cargos públicos que deberían exigir y fomentar la máxima capacitación posible en los órganos inferiores. Creo que es lo más urgente por ejemplo, en el departamento de Justicia.
¿Y con respecto a las ayudas europeas que recibe España?
No tiene sentido que se subvencione un producto que no se consume o no se recoge, en el caso de la agricultura. Habrá que repensar qué hacer y cómo gestionar esos medios. Debemos convencernos de que España ya no va a poder competir como país de precio bajo, sino como país de calidad. Toda la clase empresarial y estudiantil tiene que ser consciente de esto.
¿Cree que habrá más fusiones de bancos y cajas?
Lo que tiene que haber es una regularización. Pero hay que dejar que cada uno sea lo que quiera ser. Hay cajas pequeñas que son muy solventes.
¿Cómo resumes tu etapa como presidente de Endesa?
No quisimos tener 'stock options' ni ventajas añadidas. Cuando se trabaja a largo plazo no puedes fijar las ganancias de los accionistas a corto plazo, porque corres el riesgo de acabar gastándote lo que no generas. Es importante tener un gran conocimiento de las posibilidades de crecimiento reales. Y siempre buscar una coherencia entre lo que se piensa (qué es lo que queremos hacer), lo que se dice (lo que vas promoviendo en tus empleados y directivos) y lo que se hace (cómo se trabaja). Y con el mayor rigor y transparencia posibles. En Endesa no sólo se ganó dinero, sino que además conseguimos crear más de mil empleos (en As Pontes, en Ponferrada, en Andorra) que no tenían nada que ver con la actividad energética en sí misma. Eso es hacer empresa.
¿Cuál ha sido tu mejor legado en esta empresa?
Garantizar los derechos de los trabajadores y de los accionistas. Desde 2002 hasta 2007 multiplicamos el precio de las acciones por cinco.
¿Qué empresarios pondrías como modelo a seguir en nuestro país?
En España hay una gran colección de magníficos empresarios. Amancio Ortega, Tomás Pascual, hombres hechos a sí mismos desde abajo. En todo generador de riqueza hay siempre un hombre que cree en sí mismo, que trabaja más que nadie, que ahorra más que nadie. Y en la banca igual. Un Ignacio Villalonga, un Luis Valls... estos hombres se han dejado su vida ahí. En la Bolsa, Jaime Aguilar, Enrique de Benito, Pedro Rodríguez Ponga...
¿Cuál es su diagnóstico de la España hoy?
España es hoy un país en dificultades, tratando de salir adelante en medio de un desconcierto europeo general. En ese contexto, todos debemos asumir que nos va a tocar trabajar más y que los paradigmas anteriores ya no sirven. Hay que construir un nuevo relato.
Si usted fuera vicepresidente económico, ¿qué medida propondría al jefe del Gobierno para que tomara ya?
La regeneración de la Justicia. Es mi discurso de siempre que, cuanto más difícil es la coyuntura, más validez cobra. La Justicia -una Justicia rápida, porque de lo contrario no es Justicia- es la base de la convivencia y de las relaciones personales y económicas. Donde hay Justicia, hay igualdad de oportunidades, libertad, ejemplaridad y, sobre todo, seguridad y certidumbre. Porque, desde luego, quien abusa de su posición, impone injustamente sus reglas y, en definitiva, lo hace mal, tiene que pagar su daño a la sociedad.
Su experiencia en política, ¿cómo la definiría?
Enriquecedora. No puedo decir otra cosa. Todos los españoles deberían pasar por la política en algún momento de sus vidas. Como escribía Pérez Galdós, que también fue diputado, no se conoce la condición humana hasta que se ha vivido la política. En ese escenario sale lo mejor y lo peor de cada uno. Personalmente, he hecho muchos amigos y, pese a lo que pueda creer alguno, no tengo ninguna amargura de esa experiencia: al contrario, la he disfrutado intensamente.
El presidente Rajoy suele tener palabras muy honrosas hacia Manuel Pizarro. Pero no está en el Gobierno. Y la gente se pregunta, ¿dónde está Pizarro?
En mi  casa, con mi familia y mis amigos. Y en el despacho de Baker & McKenzie, donde trabajo. Y además, ayudando todo lo que puedo en pro del interés general, bien personalmente bien a través de mi presencia en sitios como la Universidad Autónoma de Madrid, la Academia de Jurisprudencia, la Fundación Santa María de Albarracín o el Patronato del Parque Nacional de Ordesa. La verdad es que, más allá de los sinsabores que da la vida, tengo la fortuna de estar rodeado de mucha gente querida y valiosa.
Usted conoce muy bien el tema Cataluña, ¿qué va a pasar en su opinión?
Me parece que abrir el debate territorial en los términos planteados añade incertidumbre a una situación ya de por sí difícil.
En el ‘frontispicio’ de la Compilación del Derecho  Aragonés hay un principio que es pilar de todo lo demás y que dice “Standum est chartae”, o sea, hay que estar a lo pactado. La Constitución es un pacto entre españoles que hay que respetar. Si como ya he dicho, para mí,  la Justicia es la base de la convivencia, hay que hacer cumplir la ley.
Recuerdo que hace cuatro años usted me dijo textualmente: “Esto pinta mal pese a las apariencias… Incluso puede que vayamos a un corralito”. ¿Estamos cerca?
Cuando se secan los mercados financieros internacionales, un país como España, que tiene que refinanciar cada año una parte muy importante de su deuda, tiene que ser muy cuidadoso con su dinero. Hoy en día, los países endeudados están en peor situación que los que no lo están. 
Dígame cómo presenta usted a España desde Baker & McKenzie a los inversores extranjeros, porque usted es un patriota… Un argumento para convencerles de que vengan a nuestro país.
España es un país de oportunidades. Pocas veces se pueden comprar tantos activos a precios tan atractivos como los que ofrece hoy España. Las cosas pueden estar mal, pero los países no mueren.  Por eso, España es hoy una oportunidad única para invertir. Lo repito todos los días ante interlocutores privilegiados y tengo que decir que responden con interés.
Antes de terminar con este interesantísimo artículo, te invito a que veas la siguiente conferencia impartida por Manuel Pizarro en el Campus FAES 2012.
Adelante con ella y espero que resulte de tu interés.

C. Marco