Los suicidios y los desahucios son dos realidades demasiado importantes como para que nos refugiemos en el sensacionalismo.
De los suicidios se habla muy poco en los medios. Existe una buena razón para ello: desde hace décadas se sabe que la información sobre un suicidio puede desencadenar otros. La Organización Mundial de la Salud pide a los medios que sean extremadamente cuidadosos cuando informan sobre suicidios:
La información acerca del suicidio como algo simplista no es apropiada porque nunca es el resultado de un solo factor o hecho.
Este silencio informativo sobre los suicidios tiene, sin embargo, una consecuencia negativa: no somos conscientes de la enorme escala del problema. En España mueren más personas por suicidios que por accidentes de tráfico. Pero como estas tragedias resultan invisibles, la sociedad no pone los recursos suficientes para mitigarlas.
En los últimos meses han aparecido varias noticias sobre los suicidios de personas afectadas por desahucios. La cuestión resulta evidente: ¿cuál es la relación entre suicidios y desahucios?
Los desahucios son una tragedia humana aunque no hubiese suicidios. Como decía Manuel Jabois en este magistral artículo en diario El Mundo:
Lo que realmente no entiendo es por qué despierta más indignación la persona que decide matarse y no el que sigue vagabundeando por la calle con una familia a cuestas tratando de sobrevivir, quizá robando muy a su pesar o prostituyéndose, como contó Pedro Simón en este periódico, para mantener a su hija discapacitada.
El suicidio es un fenómeno extremadamente importante, pero a la vez, muy difícil de comprender. Por ejemplo, aquí están dos datos que desafían toda intuición (bueno, al menos desafían mi intuición)
1) Durante 2010, en plena crisis y último año para el que tengo datos, la tasa de suicidio en Francia era un 500% más alta que en Grecia. (Francia: 16,2 suicidios por cada 100.000 habitantes. Grecia: 3,2).
2) El número de suicidios en España ha variado muy poco entre el “boom” económico y la crisis. (He tomado el gráfico de esta excelente entrada del blog Politikon).
¿Estos datos implican que no hay ninguna relación entre suicidios y desahucios? No, en absoluto. Podría ser que hayan aumentado los suicidios cuyo desencadenante fundamental es un motivo económico mientras descienden los suicidios por otras causas. Lo que muestran los datos es que muchas afirmaciones simplistas que se escuchan estos días resultan profundamente erróneas.
Existen numerosos estudios sobre la relación entre crisis económicas y suicidios. El debate científico al respecto está todavía muy abierto. Por ejemplo, en The Lancet (una prestigiosa revista de investigación médica) podéis encontrar diferentes artículos recientes sobre las causas de suicidio en Grecia con conclusiones opuestas.
Sobre desahucios y suicidios hay muchas cosas que no tengo claras. Así que permitidme concluir con algo de lo que estoy convencido:
1) Me parece un error centrar el debate sobre los desahucios en los casos de suicidio. Los desahucios son una realidad terrible que merece ser noticia por sí misma. Debemos agradecer a movimientos sociales como la PAH haber puesto el problema en la agenda de los medios. Más importante aún: las personas que participan en la PAH están ofreciendo un apoyo humano enorme a quienes sufren desahucios.
2) El suicidio es una tragedia mucho más extendida de lo que parece. Creo que merece un debate serio y razonado. Si los medios hablamos únicamente de los suicidios relacionados con los desahucios (o de personajes famosos que se quitan la vida) estamos cometiendo un error muy grave. Fuente: Principia Marsupia.