Por otro lado está el bloque sur, donde se encuentran el área de educación medioambiental, aunque el día que nosotros fuimos estaba cerrada; la exhibición de técnicas de vuelo de aves rapaces, donde había algunas de ellas que te pasaban rozando la cabeza en pleno vuelo, y como en el bloque anterior, un recinto de otros animales (que en este caso eran hipopótamos, cebras, osos, avestruces y jirafas, entre otros).
Tengo que decir que esta visita me gustó bastante, aunque los zoos siempre despiertan en mí sentimientos contradictorios sin que pueda hacer nada por evitarlo: por un lado, supongo que los animales aquí están muy bien cuidados y lejos de peligros como cazadores furtivos, maltratos, etc.; pero por otro me da muchísima pena pensar que en el fondo están aquí siempre encerrados, por mucho espacio libre que tengan y por el que puedan moverse a sus anchas...
Domingo 3 de enero de 2010. Para despedirnos de Cantabria, decidimos hacer una breve excursión por la mañana (nos habían dicho que a veces hay problemas para conseguir hacer la visita, así que ya habíamos reservado las entradas con antelación) y nos acercamos a ver las famosísimas cuevas del Soplao. Esta es una visita totalmente recomendable, aunque la carretera que lleva hasta allí no es apta para aquellos que se suelan marear en el coche.