Cuadros con cubitos de témpera congelada

Por Elisa Hernández @ElisaHernandezG
A finales de verano una seguidora de Twitter (mil gracias Laura) me recomendó la entrada Hielos de témpera del blog En el país de las hadas. En ella la autora explicaba una actividad chulísima que había hecho en verano con sus hijos. Me encantó y nada más que empezó el curso me puse manos a la obra. 
El material que se necesita es:1. Témperas2. Cubiteras (con una basta)3. Papel continuo o cartulinas DinA34. Cuenquitos para dejar los hielos 5. Pinceles finos o medios
Lo primero que tenemos que hacer es llenar las cubiteras con témpera y agua y remover bien con un palito (o con la parte trasera de un pincel) y llevarlas rápidamente al congelador. Si queréis conseguir colores vivos llenad casi todo el huequito de témpera y muy poca agua. Yo la primera vez eché bastante agua (mirad las imágenes) y me quedaron colores pastel. Además, en el tiempo que pasa desde que se mezcla el agua con la témpera hasta que se congela, la témpera "sedimenta" al fondo del hueco de la cubitera por lo que, si echáis poca pintura, una parte del cubito quedará muy clara (prácticamente sólo agua) y toda la pintura quedará en el otro extremo.
Yo puse de todos los colores y mi compañera solo de tonalidades de azul y verde porque ella quería hacer un fondo de mar. Esta vez he usado unas témperas nuevas de La Pajarita que son superlavables y genial porque de verdad lo son (se me manchó de morado la manga de una camiseta blanca y ¡¡se ha quitado!!).

Los dejamos un día en el congelador del cole y a la mañana siguiente, justo antes de empezar la actividad, los fuimos a buscar. Yo hice los cuadros en el rincón de arte. Dejé cada cubito en un tarrito de natillas y los niños que iban al rincón pintaban con ellos de forma totalmente autónoma. Mantuvimos esta fase de la actividad toda la semana por lo que cada día tenía que reponer las cubiteras y llevarlas de nuevo al congelador para que estuvieran congeladas al día siguiente.

Como os podéis imaginar, ¡les encantó!. Pintar con algo tan fresquito les llamó mucho la atención y era casi mágico el que a medida que íban usando los cubitos éstos se fuesen derritiendo. Además, me parece que es una actividad muy buena para trabajar la motricidad fina porque coger el cubito sin que se escape y manejarlo sobre el papel requiere agarrarlo firmemente con los dedos y no siempre les resultaba fácil.

Durante toda esta semana dejamos también en la clase cubitos sin color para observar cómo iban cambiando de sólidos a líquidos a lo largo de la mañana.
La siguiente semana, también en el rincón de arte, pintamos sobre el fondo que habíamos hecho con los cubitos. En este caso quería algo parecido a lo que había visto en el blog Mis técnicas plásticas para las perchas (mis compañeras dicen que yo tengo muchas ideas¡¡pero si hay tanto compartido generosamente en internet...!!).

Les dejé sólo témpera roja, morada y negra nada aguada y pinceles finos y les propuse dibujarse ellos (como era principio de curso me interesaba ver cómo había evolucionado el dibujo de la figura humana). ¡¡Y este fue el maravilloso resultado!!


Yo he hecho la actividad con mis alumnos de 4 años pero creo que se puede hacer perfectamente en 5 años con tonalidades de otoño ahora que entramos en esta estación, y también es ideal para el final de curso de 3 años, cuando empieza a hacer calorcito.