23 de abril, Día del libro. Día de San JorGE (no, no es una errata tipográfica San JorGE). Día de paseos entre estantes llenos de libros, entre expositores a rebosar de ejemplares. Día, al fin y al cabo, de libros. Buen momento por lo tanto para recomendar libros, opinar sobre libros y, porque no, recordar libros. ¡Libros, libros, libros!.
'Aniceto, el vencecanguelos'
Autora: Consuelo Armijo
Editorial: SM
Colección: El Barco de Vapor (Col. Azul)
Yo recuerdo una portada azul, como todos de esa colección. Fino, de letras grandes y con un niño soñador en la portada. Su nombre 'Anacleto el vencecanguelos'. Es la historia de un niño que tiene miedo a todo aquello que desconoce. A los dragones, a su clase de química, a su tío Leopoldo y a su tía Carmen. A todo lo que se le pusiese por delante. Hasta que un día, un buen día, decide que 'hasta aquí hemos llegado' y se enfrenta a sus miedos y los supera. Una gran decisión de la que muchos adultos, como un servidor, podrían tomar nota y aplicársela en su día a día.
Esta novela de Barco de Vapor tiene un sitio destacado en mi librería al igual que en mi memoria que aun recuerda el primer pasaje de la obra. No porque sea fabuloso si no por la repetición de la lectura que unas veces conseguía acabar por enésima vez el libro y otras, las que más, no era capaz de pasar de los dos primeros párrafos:
- ¿Cómo te llamas? - Aniceto - ¡Huy que nombre más feo! - Vamos hacer una carrera - Seguro que pierde Aniceto - ¡Seguro! - A la de una, a la de dos y a la de tres! Y todos echaron a correr.
Pero ¿quién había atado las piernas de Aniceto que se movía tan despacio?
-Pierdo, pierdo -pensaba Aniceto sin hacer ningún esfuerzo por desatarlas. Y, claro, perdió. Siguieron jugando y mientras los otros se divertían, ganaban o perdían, Aniceto siempre perdía y los demás se reían; así que acabo yendo a su casa a jugar él solo. Jugó a que hacía una carrera de saltos con todos los demás niños del parque. Saltó por encima de los armarios, paso rozando las lámparas y, naturalmente, ganó. La gente aplaudía y sus compañeros se pusieron rojos de envidia. Estaba Aniceto saludando a sus admiradores, cuando llamaron a la puerta y apareció el vecino de abajo, que también estaba rojo, pero de ira. -Podías dejar de dar esos saltos. ¿Es que no sabes que vive gente debajo? Aniceto se puso rojo de vergüenza (que es otra tonalidad de rojo) y dijo que le perdonara. Cuando el vecino se fue, sus admiradores habían desaparecido. ¡Todo había sido mentira!
Sin duda las aventuras de Anacleto y su lucha contra sí mismo es una de las historias que guardo con cariño y que brotan cuando hablo de mis primeros recuerdos. Luego vino Michael Ende y su inolvidable 'Una historia interminable'. Con sus páginas escritas en color verde y rojo y esa imaginación desbordante. Pero eso fue algo más tarde, y bien merece un post propio.
Disfruten de San Jorge. Del Día del libro. Del paseo por los puestos y de una buena novela. Y sobre todo echen la vista atrás y piensen: ¿Cuál es el libro que me metió el gusanillo de la lectura?