Premiar a un perro es fácil de hacer y de entender. Pero, ¿lo hacemos bien? ¿podemos mejorar? Tendemos a proporcionar a nuestro perro los mismos premios casi siempre. Enseguida nos dejamos llevar por la rutina y la comodidad. Pero si variamos nuestros premios nos haremos más interesantes para nuestro perro. Una opción es ir a nuestra tienda y probar diferentes premios que se venden por las marcas comerciales. Hay muchos y muy buenos. Pero son muy caros. Otra opción es tener nuestra propia lista de premios, de forma que tomando esa referencia, vayamos variándolos o mezclándolos según nos interese. Si somos observadores, descubriremos cuáles son los que más le interesan. De esta forma podremos distinguir entre premios de bajo valor y premios de alto valor. Así podremos usarlos para reforzar conductas más interesantes.
En todo caso no hay que olvidar que el refuerzo social (caricias) es más agradecido por nuestros perros. Si nos limitamos a premios de comida, conseguiremos enseñarle cosas, pero si queremos que la enseñanza dure más en el tiempo, los que mejor resultan son las carantoñas y caricias.