¿Cuál es la filosofía detrás del famoso blog de la Tere Marinovic?

Por Jorge Gómez A.
Por Roberto ValenciaDos nombres de película se vienen en mente al analizar a la extravagante bloggera Tere Marinovic (teremarinovic.blogspot.com): El curioso caso de Benjamín Button y Avatar. Explicaremos la asociación de ambos títulos de películas con los contenidos de este famoso blog que ha estado en el ojo del huracán durante la última semana, debido a sus ácidos y poco objetivos comentarios acerca de la realidad nacional.
Dos perspectivas son útiles para desmenuzar sus columnas. La primera la podemos encasillar, extrapolando el título de la primera película a “El curioso caso de Tere Marinovic”, ya que no deja de llamar la atención la aparición de este intento de defensa al conservadurismo y al ambiente social donde se genera, especialmente en los marcos del bloggerismo. Y es que, efectivamente, blogs como el de la Marinovic no son una generalidad en los espacios del 2.0. No se encuentran por doquier.
Ahora, si realmente la autora de las columnas llegase a existir en carne y hueso, elsentido común fácilmente puede advertir las deficiencias cognitivas de sus escritos, las cuales no se condicen con la licenciatura en Filosofía que ostenta la autora. En la superficie, los textos del blog carecen de una estructura lógica, prevalecen constantes ambiguedades y contradicciones en las ideas planteadas.
Por ejemplo, Marinovic ostenta su calidad de teóloga en la Universidad Los Andes. Sin embargo,  en su columna “Por qué tengo tantos hijos”, afirma: “Tengo ocho hijos y otro viene en camino. No, no es que no haya tv en el dormitorio. Puede haber maridos menos atractivos que un plasma, pero el mío… Tampoco es una cuestión de método. Cuando alguien lo atribuye a eso me parece ofensivo, porque me puedo equivocar una vez, pero no nueve. Menos todavía se trata de una prescripción religiosa, de un deber penoso que se me impone desde afuera, y que cumplo estoicamente, porque soy hedonista”.
¿Es creíble que una teóloga de la Universidad del Opus Dei, se refiera a la religiosidad en su vida como “un deber penoso que se impone desde fuera”, en circunstancias de la sistemática intromisión que realiza el Opus Dei en sus adeptos y/o personas que trabajan en sus ambientes?
Otra flor de caso: En la revoltosa columna “Mapuches Malcriados” dice: “Yo no tengo nada en contra del pueblo mapuche. Es verdad que su cultura me resulta lejana porque es un poco machista (mientras el hombre se prepara para la guerra, la mujer se lleva toda la carga del trabajo productivo)”. ¿Habrá una cultura más machista en nuestro país como aquélla que aún trata de inculcar el conservadurismo local, al cual ella adhiere? Lo más cómico es que la Marinovic explicíta abiertamente la cultura machista del ambiente social que dice defender en su columna “Por qué tengo tantos hijos” (jajaja).
Otra más. En “El conservador culposo del Bicentenario”, apela a la necesidad de no sentir culpabilidad por defender las costumbres y la moral de los conservadores, como si esta última fuese irreprochable del punto de vista ético, a la luz de la violencia que ha impulsado nuestro conservadurismo político-social en distintos períodos de nuestra historia contemporánea.
Contradicciones como éstas brotan como burbujas en un caldo hirviendo, pero dejan abierta la pregunta acerca de la existencia real de la Marinovic. Su curioso caso, en el sentido de que no es común ver una defensa del pensamiento social de la derecha de este tipo, tan irreverente y transgresora (eso no significa que las columnas de otros exponentes conservadores no sean absurdas), escudada en supuestos antecedentes académicos, nos permiten advertir la presencia de algo más allá de lo evidente en este blog.
Si nos concentramos en la superficie discursiva de la Marinovic, obtendremos la masiva conclusión que se plasma en los comentarios de los demás cibernautas: estupidez, tontera, cuiquismo y otros tópicos culturales establecidos acerca de la realidad cotidiana de la derecha chilensis. Pero, escarbando esta superficie, se advierte la gran posibilidad de estar presenciando un buen montaje con claros objetivos comunicacionales; un experimento, un proyecto que apunta a generar efectos comunicacionales a partir de la disrrupción y del rechazo. Y aquí el curioso caso de Tere Marinovic pasa a ser analizado bajo la perspectiva de otro título de película: Avatar.
La trama de este film consistía en la utilización de una especie de androide que servía de disfraz a los humanos para infiltrarse en una comunidad de alienígenas. Eso es precisamente lo que puede existir detrás de la foto de Teresa Marinovic: una máscara que esconde a otro (s) personaje (s) anónimo(s) dedicado (s) a escribir estas columnas que tantas ronchas generan en el público 2.0. No por nada, la famosa columna que calificaba a los mapuches de “niños malcriados”, obtuvo la no despreciable suma de 1.120 comentarios en meno de dos días, siendo el blog del momento como lo señalaron varios diarios digitales durante la semana pasada.
Ello nos habla de un efecto inducido en la comunicación social, avalado por el anonimato que ofrecen las redes sociales del 2.0. Existe otro caso similar que circula en los foros de CNN Chile; el de un usuario que se hace apedillar steigner. Bajo la foto trucada de un oficial nazi con cara de inca, el personaje se dedica a apologizar la cultura peruana por sobre la chilena, obteniendo como resultado una cantidad de improperios que terminan disvirtuando el contenido de las discusiones temáticas que dan vida a los foros. Con ello, surge el lamentable fenómeno de desvirtuar el debate y la discusion en esta isla de pluralidad del 2.0.
Sin embargo, en el blog de la MarinovicEfectivamente, debajo de las superficialidades escritas en las columnas, que nos hablan del modo de pensar del conservadurismo en el país, se aprecian influencias filosóficas con una sospechosa y riesgosa hermenéutica.
Todos dudan de la licenciatura en Filosofía de la Marinovic y, más aún, sobre su doctorado con mención a Heidegger. Pero el punto es que, efectivamente, se aprecian ciertos elementos filosóficos que son el trigo que queda después de haberlo limpiado de la paja superficial presente en las columnas. Uno de los elementos comunes en casi todas las columnas es la influencia del pensamiento de Nietzsche, que se deslizan al defender la idea del conservadurismo: “La cosa es que el conservador en su versión 2010 se siente culpable de ser lo que es, y por eso toma los piropos que recibe del mundo progresista como si fueran ofensas. De ahí que se disculpe, por ejemplo, cuando le dicen que sus costumbres y su moral son las de la elite, como si fuera mejor tener las del lumpen”.
Se exhorta al la persona con ideas conservadoras a no tener sentimientos de culpabilidad frente a los cuestionamientos a sus costumbres y moral, algo que Nietzsche siempre dejó entrever para el advenimiento del superhombre que debe ser transgresor e irreverente. Este blog, justamente, ha hecho noticia a partir de la transgresión. Pero, lo peor que podría suceder es la multiplicación de este híbrido “superhombre conservador criollo”, el cual ya se advierte en los ambientes sociales de la derecha de estos tiempos.
Cuando mencionábamos la carencia de estructura lógica en los escritos de la Marinovic, vemos detrás al método utilizado por Nietzsche, quien tendía a distanciarse de una racionalidad asociada a la coherencia y a la falta de contradicciones.
Otros elementos nietzschianos se infieren en párrafos difusos, como cuando menciona: “En fin, a mí no me convencen estas teorías espiritualistas, que dicen que uno puede tomar una cosa sin dejar otra, ser y no ser, estar sin estar… para una materialista como yo, eso es puro esoterismo, y la opción de la maternidad excluye muchas otras, también por razones de salud mental”. Al defender esta diferencia impuesta a la mujer, quienes escriben esto se inclinan al rechazo del relativismo cultural que caracteriza al conservadurismo. La idea de un patrón universal de culto a la diferencia (la mujer en la casa y el hombre en el trabajo) es explicada bajo la óptica nietzscheana en cuanto a que esta verdad creada por la derecha en Chile se debe mantener por la voluntad de poder. Cuando el “avatar Marinovic” dice ser materialista, calza con el enfoque nietzschiano que insiste en diluir las dualidades morales; para “ella”, el hecho de ser una dueña de casa y no trabajar, no debe plantear dilemas morales. Por ello, se busca decir: se es así y basta.
La misma idea fuerza de la Marinovic de considerar a la democracia como “una dulce ilusión: la de que todos somos iguales” evidencia el espíritu de superioridad que buscaba proponer Nietzsche, mediante el rechazo a las teorías socialistas, por considerarlas “una regresión al estado primitivo del hombre”.
A propósito de la crítica al relativismo cultural, mediante la defensa del conservadurismo, este experimento del blog deja algunas pistas para comprender la concepción filosófica que lo anima. En la portada, la Marinovic dice estar leyendo y recomienda la obra “El cierre de la mente moderna” de Allan Bloom, académico de la Universidad de Chicago, especializado en Nietzsche. Su trabajo es una crítica radical al relativismo cultural y una defensa acérrima al conservadurismo norteamericano de religión, familia, Estado, mediante el culto a las diferencias; los hombres hacen roles de hombres y las mujeres cumplen los suyos.
El único problema es que, en su vida sexual privada, Bloom era todo lo contrario de lo que decía escribir en sus estudios. Tanto así, que muchos le achacan ser el padre del fenómeno de los “gaycons”, los llamados gays conservadores estadounidenses, puesto que el círculo íntimo de amigos de Bloom logró dar vida a un pensamiento conservador mediante una homosexualidad visible y normalizada que se opone al activismo gay. ¿Cómo cambiaría la cara de la Tere si supiera esto? y, sobretodo, qué dirían en los ambientes sociales conservadores, que dice defender, si propone obras de este tipo de autores (entiéndase que esto está siendo asimilado a la visión de mundo oficial de la derecha y no pretende reflejar alguna discriminación u homofobia).
Cuando hablamos de la Marinovic como un avatar, una máscara al servicio de la producción de ciertos conocimientos y valores relacionados con el conservadurismo de la derecha, nos encontramos con una idea filosófica importante: el Ser. La sola idea del Ser conservador que ella representa, nos lleva a Heidegger, el cual también es mencionado como una pista en la portada del blog. Se supone que la Marinovic –tal como lo dice- está haciendo su tesis sobre este filósofo contemporáneo, quien ha basado sus propuestas a partir de la obra de Nietzsche.
El eje central de la obra heideggeriana es explicar el Ser a través del Ente. La fotografia de la Marinovic representa a este Ser, en el cual se identifican muchas personas de derecha. Su Ser conservador ha provocado más de mil comentarios -en menos de dos días- en torno a su polémica y transgresora columna sobre la huelga de hambre de los mapuches. Pero, es posible pensar que detrás de este Ser, representado en la foto de la joven, se esconda -como afirmaba Heidegger- un Ente (o unos Entes) que tiene el objetivo de posicionar la apología al conservadurismo desde una óptica que nace de Nietzsche, pasa por Bloom, y termina en Heidegger.
Este último afirmaba que el habla es la casa del Ser. En el caso del blog, los escritos de la Marinovic son la casa del Ser que constituye al conservadurismo chileno de estos tiempos. Heidegger decía que el Ser es el que desvela el lenguaje. Por fortuna, el lenguaje desvelado por la Marinovic en sus columnas ha generado otro tipo de lenguaje: una cantidad enorme de garabatos, lo que hace pensar en un experimento de carácter lúdico, aunque no son desdeñables sus interpretaciones filosóficas para defender al conservadurismo. Mejor esperemos otra columna de “ella”.
Roberto Valencia es periodista y ensayista.