Le fabricaron una causa judicial amparada en denuncias falsas de la madre de su hijo, debidamente desmentidas por este, cuando denunció internacionalmente que había sido forzado por su madre y por la policía política a declarar contra su propio padre.
La inocencia de Ángel está demostrada con creces y TODOS los cubanos de bien (y los otros) lo saben. Ante la impotencia de la justicia títere para “probar” esas denuncias, a pesar de que la legalidad internacional no lo considera un elemento acusatorio válido, justificaron los cinco años de condena en el informe de una teniente perito calígrafa: “culpable por la altura e inclinación de su letra”.
Unos acuerdos secretos entre la administración del presidente Obama y la dictadura de Raúl Castro, alentados por Su Santidad Francisco I (conocedor del caso “Santiesteban”, pues ha recibido muchas cartas y faxes) han hecho efectiva la reanudación de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Como muestra de “buena voluntad”, el dictador liberó 53 presos políticos, de los cuales 14 ya estaban en libertad, demostrando una vez más cómo se burla de todo el mundo, incluso de quienes se muestran favorables a tratarlo como no se merece.
Ángel no solo quedó fuera de esa lista por ser — según la dictadura, el Papa, el presidente Obama y las organizaciones de derechos humanos intervinientes — un “delincuente común”, sino que además, le tendieron una nueva trampa legal, otorgándole con más de un año de retraso el “beneficio” de la revisión de su juicio farsa. Esta “revisión” aprobada pero no efectuada, lo deja fuera de toda posibilidad de gozar de sus derechos penitenciarios, entre ellos la libertad condicional que le corresponde en el mes de abril, al cumplir la mitad de su condena. La explicación es otra vez burocrática: Mientras hay “asuntos” pendientes con la justicia, no hay condicional; ahora Ángel tiene pendiente una revisión que jamás llegará.
Culpable de esta situación es la dictadura de Raúl Castro y su siempre y nunca muerto hermano Fidel; pero no lo son en menor medida, todos aquellos compatriotas, que se dicen “activistas” y “disidentes”, que sabiendo que NO es un preso común sino un preso de conciencia, lo dejaron solo y lo excluyeron de las listas. Habría que preguntarse cuántos más de estos “presos comunes” han sido también olvidados al confeccionar este listado.
Desde aquí, y condenando el silencio y la complicidad de todos los que intervinieron en estos acuerdos, EXIGIMOS LA LIBERTAD INMEDIATA Y SIN CONDICIONES DE TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS. Lo demás, como dice el pueblo de Cuba, es muela, politiquería barata.
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