“El objetivo del Olimpismo es poner siempre el deporte al servicio del desarrollo armónico del hombre, con el fin de favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana”. Extracto de la Carta Olímpica.
Así, y gracias a diversas historias, los Juegos Olímpicos me resultan mucho más que competencias, registros, medallas y números. Entre mis anécdotas favoritas está el que NINGUNO de los atletas que compitieron en los primeros Juegos Olímpicos modernos, en 1896 en Atenas, ganase medalla de oro. ¿Por qué? Porque entonces se entregaba una medalla de plata para el primer lugar y una medalla de bronce para el segundo, mientras que el tercero no recibía nada de nada. Por cierto que en aquellos juegos hubo una competencia de natación dominada de manera absoluta por atletas griegos; se llamó los “100 metros libres marineros” y entre los requisitos para participar, estaba ser marino... ¡de la real Marina Griega! Así cualquiera...
Hay más discapacitados destacados en la historia de los Juegos Olímpicos: en los Juegos Olímpicos de San Luis, 1904, compitió George Heyser, gimnasta que con una prótesis de madera en su pierna izquierda ganó 6 medallas, incluyendo... ¡salto al potro! Por su parte, Liz Hartel fue la primera mujer en ganar medalla olímpica en deportes ecuestres; la danesa se llevó las medallas de plata en los Juegos Olímpicos de Helsinky, 1952 y de Melbourne, 1956, a pesar de una parálisis parcial que sufría en ambas piernas a causa del polio.
En los recientes Juegos Olímpicos de Londres, el equipo canadiense obtuvo el tercer lugar en la exigentísima prueba masculina de relevo 4 x 100 metros planos, pero el resultado fue posteriormente invalidado porque uno de los integrantes pisó la línea de su carril durante la carrera, lo cual es suficiente para la descalificación. ¡Imagínese usted tener que renunciar a una medalla de bronce por una decisión arbitral! Por justa que esta haya sido, la decepción debe ser inmensa y no solo para los atletas, sino también para sus seguidores. Pues bien, uno de esos seguidores, un niño de 10 años de nombre Elías, quiso animar de alguna manera a sus héroes y les hizo llegar una nota de consolación junto con una medalla que él había ganado en una competencia futbolística.
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