Todas las semanas Facebook recibe millones de actualizaciones altamente personales que se guardan para siempre y van formando una base de datos para generar ganancias por medio de la publicidad personalizada.
Todos los meses diarios gratuitos instalan y rastrean galletas (conocidas como cookies en inglés) en su ordenador, que les dicen cuáles son sus intereses y les permite modificar sus anuncios, y en el futuro, incluso su contenido en torno a sus gustos.
Usted está siendo comercializado y la moneda de cambio ha cambiado. La moneda es ahora la información, su información. Las empresas pueden utilizar esa información para generar muchas ganancias.
A diario facilitamos minutas de nuestra vida a cambio de una red gratis. Ha sido un cambio lento e incluso imperceptible en nuestra cultura y la manera en que valoramos nuestra privacidad.
Pocos de nosotros somos conscientes de las implicaciones de estos cambios, y pocos nos preguntamos si ésta es una transacción comercial que vale la pena. Cuando ponemos nuestra información personal en la red, parece que ya no hay marcha atrás, es como entrar en una de esas sociedades secretas, lo nuestro pasa a ser de otros y esos otros manejan esa información para controlarnos.
Más información en BBC, en El Pais.