Cuando Alaska perteneció al Imperio Español

Publicado el 13 agosto 2014 por Daniel Prieto González @100cerosblog

Llegada de los españoles a la isla de Nutka.

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Ahora vamos con la entrada. El título puede parecer extraño, ¿qué tienen que ver los españoles con el territorio de Alaska, que primero fue ruso, para más tarde vendérselo a los americanos? Pues resulta que antes de esto, y remontándonos al Tratado de Tordesillas, Alaska se pudo considerar española.
Con la firma del Tratado de Tordesillas por parte de los representantes de los Reyes Católicos y los del rey Juan II de Portugal, el mundo conocido, incluyendo América descubierta recientemente, quedaba repartido por la mitad entre las monarquías hispánica y lusa, utilizando como referente un meridiano situado a 370 millas de Cabo Verde, que incluía la costa brasileña para los portugueses, además de los territorios asiáticos y africanos; mientras a los españoles les correspondían los continentes de América y Oceanía. Con este tratado, Alaska quedaba dentro de la parte española, pero como este era un territorio inhóspito, la monarquía hispánica le prestó poca atención.

Isla de Nutka.

Durante los tres siglos siguientes, los españoles se preocuparon por otros territorios como Sudamérica o el centro de Europa, y aprovechando esta falta de atención, el Imperio Ruso empezó a establecer asentamientos. Mientras los rusos se iban apoderando poco a poco del territorio, los españoles recibieron noticias de estos movimientos, y viendo peligrar la zona, enviaron varias expediciones.
El objetivo principal de estos viajes era intentar colonizar el territorio para ir ganando territorio al imperio del zar, pero tras varios intentos, las expediciones no tuvieron el éxito que se esperaba. La primera fue en 1774, liderada por Juan José Pérez Hernández, cuyo objetivo principal era la colonización del territorio norteamericano, declarando hispana sólo la isla Nutka. La segunda de ellas fue la empresa dirigida por Bruno de Heceta (1775), que supuestamente disipó los "rumores" que decían que los rusos habían ocupado el territorio. Claramente, estos rumores eran verdad, pero con tal de que el Imperio Español, potencia en decadencia en aquella época, quedase como un fuerte estado a nivel internacional. Más tarde, Alejandro Malaspina (1788) vuelve a la zona, pero esta vez con objetivos científicos. De nuevo, y un año más tarde que Malaspina, los españoles, dirigidos por Esteban José Martínez, tomaron y colonizaron Nutka, pero para sorpresa del Capitán Martíanez, los ingleses se encontraban merodeando por allí, además de los rusos, que ya llevaban tiempo por la zona. Sin dudarlo, la pequeña expedición capturó a los ingleses, y provocó una tensa situación político entre Inglaterra y España. En vez de ser recibida como un héroe por el virrey de Nueva España, Martínez tuvo que aguantar una reprimenda; y esto se debe a que el virrey fue sustituido por otro, justo cuando Esteban llegaba de Alaska, provocando un cambio de opinión en el gobierno local sobre el secuestro de los ingleses.

Bandera del Imperio Español.

Tras varias negociaciones entre los países en tensión, con Inglaterra mandando en ellas, los españoles no tuvieron más remedio que devolver los prisioneros a los ingleses. Más tarde, los españoles volvieron a enviar cinco naves, y fortificaron la isla de Nutka con un cuerpo del ejército colonial. Parte de este cuerpo se quedó en Nutka, mientras otros empezaron a colonizar otros territorios. Pero los habitantes de estos territorios no duraron mucho, ya que constantemente se estaban viendo acosados por rusos y ingleses. Ellos resistieron, pero por culpa de los políticos, Alaska nunca más volvió a ser española.
Después de la conquista de Alaska por los rusos, los ingleses no tuvieron más remedio que abandonar sus pretensiones sobre esta inhóspita tierra. Años después, los EE.UU se ven interesados en este terreno, y tras varias negociaciones, los rusos venden Alaska a los americanos por un precio ridículo, 7,2 millones de dólares el 18 de octubre de 1868. Y esta barata compra, se debe a que el Imperio Ruso estaba en una situación de crisis económica, producida por la mala gestión del gobierno, además del fracaso de la Guerra de Crimea. Años después, Alaska se convertiría en en territorio de Estados Unidos, para que el 13 de marzo de 1959 se convirtiera en el estado número 49 de los Estados Unidos de América.