Cuando de grandes personas hablo...

Son tantos los sentimientos que se me acumulan que no se por donde empezar. Tal vez por aquella patada que dice le metí con tres o cuatro años...-que de seguro bien que se lo tenía merecido-...pero la verdad es que mis recuerdos se van a un poco más adelante, cuando tenía nueve o diez. Tengo muchas imágenes, os lo prometo, pero quizás la más involdiable es la del día que me caí de la bicicleta y vino corriendo a ver que me pasaba. Recuerdo a una niña alta, de pelo largo y ojos saltones...que en vez de tranquilizarme me ponía nerviosa, preguntandome mil veces seguidas, casi que sin respirar, que si estaba bien, que como me podía haber caído tan torpemente y que si nos íbamos a por una coca-cola. Ese día empezó a caerme bien. Si, también empezaba a soportar que chillara. A veces incluso siento la brisa, o el dolor de la herida. Como si me estuviese pasando en este mismo instante. O como si hubiese sido ayer...pero la verdad es que ha diluviado desde aquel tiempo....y esa niña de pelo largo, ojos de faraona y pelo de sirena se convirtió con el paso de los años en una de mis mejores amigas. Una incondicional que, independientemente que no me entienda, me escucha.
Dicen que las personas cerradas, esas que nunca dicen lo que sienten, con el paso de los años se van abriendo poquito a poco. Creo que porque descubren que no todo es tan malo o gris. No lo se. Lo que se es que a mi me pasa lo contrario. Desconozco si es bueno o malo. Espero, por la cuenta que me trae, que sea madurez.... Ahora me callo más las cosas y decirle a la gente lo que siento por ellas me cuesta mares....pero hoy no me cuesta nada y, aunque así fuera, me daría totalmente igual...
   Dame un besiño, lurrrrrrrrrrrpia, que eres unha lurrrrrrrpia
Solo quiero desearle lo que le he deseado siempre. Lo mejor. Esta vez, claro, con un “te extraño”...no solo la lejanía hace que brote ese sentimiento....también la cercanía. Vaya si lo hace....
Te quiero, señorita. Feliz cumpleaños.