(Volver a) mirar Doce hombres en pugna, la versión de 1957 dirigida por el hace meses fallecido Sidney Lumet, es un ejercicio saludable para quienes están a favor de la pena de muerte y para quienes consideran que el color de piel, la condición económico-social y/o la nacionalidad son indicadores de inevitable e incurable criminalidad. Los primeros se sentirán identificados con el jurado nº 3 a cargo de Lee J. Cobb; los segundos con el jurado nº 10 que Ed Bergley interpreta aquí abajo (perdón por la ausencia de subtitulado).
Dejando la sorna de lado, lo cierto es que dan escalofrío las coincidencias entre estos personajes (re)creados hace más de medio siglo y figuras públicas de nuestra Argentina actual, por ejemplo Susana Giménez o Cacho Castaña. El sinsabor aumenta cuando nos topamos con solicitadas como ésta publicada el domingo pasado, a nombre del candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires por la UDESO, Francisco de Narváez.
Para consolarnos, podemos argumentar que el film donde también actúan el todavía joven Henry Fonda y el casi novato Jack Klugman es un clásico. De ahí su (impresionante) vigencia y las asociaciones libres que provoca.