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El arte y la palabra son poderes que mueven el mundo, crean escuelas emocionales y fijan valores e ideales. Marina Abramovic, artista serbia, activista y como ella misma se define 'Abuela del arte de la performance' es una muestra de ello. A pesar de que se le ha tachado de sensacionalista, los objetivos de Abramovic son mostrar la relación y los límites con su propio cuerpo y una interacción con el público.
Las performances de Abramovic son sorprendentes, soberbias y hasta escandalosas. Algunas de ellas finalizan cuando el público interviene. Muchas son las performances que la artista ha llevado a cabo los últimos 30 años. Han sido objeto de críticas, aplausos, premios y reacciones de diversa índole.
Una de sus performances más significativas fue
"Balkan Baroque" de 1997, premiada con el León de Oro en la Bienal de Venecia. La artista se presenta en un escenario alumbrada solo por pantallas de vídeo que exhiben imágenes de sus padres, mientras se dedica a limpiar lentamente los restos de carne de un montón de huesos de animales. Al mismo tiempo, narra la leyenda del lobo-rata, criatura que devora a los de su misma especie cuando tiene miedo. La alusión a la guerra de los Balcanes es evidente.El arte de Marina no deja a nadie indiferente, sin duda, un método infalible para la consecución de la expresión en todos los sentidos.
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