Se dice que el arte imita a la naturaleza o al modelo elegido. A veces no es así. El artista o el comunicador (sea cineasta, periodista, publicitario o propagandista) pide a la realidad que que acomode a su obra como modelo.
No hay mucho más que añadir, porque la viñeta de hoy en el New Yorker lo dice todo:
De todos modos, lo que me viene a la mente son los periodistas, propagandistas y publicitarios, más que los artistas que -sin más pudores- declaran trabajar en ficciones con cierta base en la realidad.